La importancia de una buena educación para los futuros profesionales del sector es primordial, porque no todos los profesores actúan bien
El acoso escolar continua presente en la sociedad y, aunque cada vez hay más personas que reconocen la gravedad de este problema social, aún queda mucho camino por recorrer. “Persisten estereotipos, perfiles y etiquetas que distorsionan la realidad”, explica a SALAMANCArtv AL DÍA Carmen Guillén, presidenta de Ascbyc.
“Es urgente avanzar en la concienciación social y trabajar más rápido para resolver esta cuestión. No se trata de restarle importancia a los esfuerzos ya realizados, sino de continuar con ellos y no estancarse en el camino”, alarma la profesional.
El pasado año atendieron 138 casos. Solo ASCBYC recibió más de 5.000 llamadas para asistir a personas afectadas por el acoso, lo que pone de manifiesto la magnitud del problema. “No se limita únicamente a los casos que se hacen visibles, sino que se extiende mucho más allá”, afirma.
Las redes sociales, así como la inteligencia artificial, también tienen un impacto importante en esta problemática. “Aunque las redes han estado presentes desde hace tiempo, y la inteligencia artificial ha irrumpido con fuerza, el verdadero problema radica en el mal uso que se hace de estas herramientas. Las tecnologías, en sí mismas, pueden traer avances enormes, sobre todo en áreas como la educación o la sanidad, pero si se usan de manera irresponsable, pueden tener efectos devastadores”, especifica Guillén.
Además, “en España aún no hemos desarrollado una cultura digital sólida. La pandemia evidenció lo mal preparados que estábamos para depender de Internet, y los efectos fueron evidentes. Si no aprendemos a utilizar las tecnologías de forma responsable y positiva, los resultados seguirán siendo negativos”, alerta.
En cuanto a los centros escolares, la situación es variada. ¿Mirar para otro lado o actúan? “Hay centros que hacen un trabajo ejemplar, mientras que otros no dan la importancia que requiere el tema del acoso escolar. A nivel de formación, queda mucho por hacer. Desde nuestra asociación y la Federación Nacional, estamos luchando para que los futuros profesionales que trabajen con niños —ya sean maestros, psicólogos o cualquier otra disciplina— reciban formación obligatoria sobre acoso escolar. Esta formación debería ser parte del currículo universitario”, reivindican desde ASBYC.
“La prevención y la intervención temprana son cruciales para evitar que una situación de acoso se convierta en algo irreversible. No podemos permitirnos no actuar a tiempo. A pesar de que la sociedad está más concienciada y cada vez muestra más empatía, sigue existiendo una desconexión en cuanto a la gravedad del acoso escolar. El problema radica en que todavía seguimos minimizando el fenómeno. Hay quienes lo llaman ‘cosas de niños’ o ‘conflictos en la convivencia’, cuando lo que realmente estamos viendo es acoso escolar, y así debemos llamarlo”, reflexiona.
Por ello, hay que darle la visibilidad que merece. “Mientras sigamos encubriendo los problemas, restándoles importancia o ignorándolos, no avanzaremos. Las personas que han vivido el acoso escolar son, sin lugar a dudas, las mejores expertas en el tema. Nadie puede entender mejor el sufrimiento de una víctima que quien lo ha vivido en carne propia. Si seguimos enviando mensajes equivocados a la sociedad, si seguimos culpando a las víctimas y normalizando el acoso, la situación no cambiará”, asegura.
Por ello, reclama que no se victimice a las víctimas. “Las víctimas necesitan apoyo y comprensión, no juicio. Es fundamental que la sociedad tome conciencia de que el problema no está en las personas que sufren, sino en el entorno que permite o ignora estas situaciones”, concluye.