“No se puede explicar con palabras lo que se vive allí”, manifiesta, haciendo un símil a la sensación de ser padre: “Hasta que no se vive en primera persona, no se sabe lo que es”
Entre los miles de salmantinos que están prestando su ayuda en la catástrofe ocasionada por la DANA en Valencia se encuentra José Ricardo, a quien el viernes de la semana pasada le saltaron las alarmas y se puso manos a la obra: “Un primo de mi chica me dijo que había que hacer algo ante la situación que se estaba viviendo. Yo me ofrecí a organizarlo si él me ayudaba con las furgonetas. Me dijo que sí y me puse a escribir a Carlos de Picolinos. A partir de ahí se empezó a movilizar a la gente por redes sociales y conseguimos llenar cuatro furgonetas que salieron para allá el sábado al mediodía”.
El viaje hasta Catarroja discurrió con toda normalidad, tal y como recuerda este salmantino para SALAMANCArtv AL DÍA: “Fuimos con todo despejado. Había una pequeña patrulla a unos 40 kilómetros de la entrada al pueblo, en la autovía, y no hicieron ni gesto para pararnos. Una vez que estábamos entrando en Catarroja, la Policía Local nos pidió explicaciones y como teníamos conversaciones con gente del ayuntamiento y diferentes vecinos, nos dejaron entrar sin problemas. Los vecinos eran los únicos que gestionaban todo con la ayuda de los concejales”.
A su llegada acudieron a descargar las furgonetas al polideportivo de Catarroja, pero lo primero que realizaron fue ayudar a vaciar un tráiler lleno de ropa junto a los Bomberos de Navarra. Posteriormente ya procedieron a descargar la mercancía que portaban procedente desde Salamanca. Tras esa labor, cenaron y se quedaron a dormir en el suelo del polideportivo o en alguno de los vehículos. Al día siguiente vivieron la realidad de la catástrofe: “La única forma de explicar lo que se vive allí es estando. No se puede explicar con palabras ni imágenes ni vídeos. Es similar a cuando te dicen que qué se siente cuando se es padre. Hasta que no lo vives en primera persona no sabes lo que es”, manifiesta José Ricardo, a quien tras venir a Salamanca el lunes le “explotó la cabeza”, según él mismo confiesa.
En este momento se puso manos a la obra para crear un grupo de WhatsApp (Vamos con Todo Valencia) en el que poder conectar a diferentes personas que querían prestar su ayuda en la catástrofe de Valencia. En apenas 24 horas, hay más de 500 personas en el grupo. “Es una acogida espectacular la que ha tenido”, indica el salmantino, quien añade: “Simplemente se me ocurrió el poder conectar gente con gente para hacerlo más fácil a todo el mundo. Por ejemplo hay gente que quiere ir pero no tiene cómo, pero otra persona dispone de un autobús en su empresa que lo cede para que esas personas puedan viajar a Valencia. Hay gente que tiene mercancía y productos pero no tiene como llevarla, pero hay otro que tiene un tráiler o un camión y no tiene productos. Los pongo en contacto y se organizan. En eso consiste”.
El agradecimiento de los vecinos de Catarroja está siendo abrumador: “Me dicen que cómo es posible que esté logrando esto. Yo entiendo que gente con poder tendría que tener bastante más fácil organizar este tipo de iniciativas que yo. Yo lo hago sin autoridades, sin organismos públicos, sin Cáritas, sin Cruz Roja… Simplemente con mi voluntad de ayudar e intentando conectar a gente que quiera ayudar con gente que quiera ayudar”.
Preguntado por si volverá a acudir a Valencia, lo tiene claro. Sí volverá, pero no inmediatamente. La razón es la siguiente: "Creo que a la larga nos pasará como la pandemia y nos pasará como con todas las cosas. Que se nos olvidará la tragedia que se vive. Por tanto, quiero volver a bajar junto a mi familia en el Puente de la Constitución, si no se han inventado alguna norma o alguna locura que restrinja, prohíba o impida bajar a ayudar. Todo puede pasar”. Llama la atención que este salmantino que ya ha vivido de primera mano la magnitud de la destrucción en estos pueblos, considere que dentro de un mes siga siendo necesaria la ayuda humanitaria por parte de voluntarios: “Si este Gobierno sigue tardando en movilizar lo que tiene que movilizar, no creo que en un mes esté eso arreglado. Ni en un mes, ni en muchos meses. Espero confundirme en lo más profundo, pero no lo creo”.