La vida feliz I

“Todos, hermano Galión, quieren vivir felices, pero para prever qué hace una vida feliz están ciegos; por tanto no es fácil alcanzar una vida feliz en tanto que más nos alejamos de ella cuanto más vivamente la buscamos si hemos equivocado el camino”.

Así comienza nuestro filósofo estoico de Córdoba Lucio Anneo Séneca su diálogo “Sobre la vida feliz”, dedicado a su hermano. Lo escribió el año 58 o 59 del siglo I d. C. cuando la situación política y social de aquel momento histórico no tenía nada que envidiar a la de hoy, ni la de hoy es muy distinta de la de aquellos siglos del Imperio Romano. Pero sí creo que hemos progresado mucho en eso de buscar caminos para encontrar la vida feliz, que son tantos como los medios y maneras de vivir una vida placentera. En términos mesurados hablamos del “estado de bienestar” y las sociedades avanzadas lo son más en cuanto más viven en ese estado de bien estar, es decir donde el placer tiene más fácil acceso para toda clase de personas.

No es fácil determinar dónde encuentran el placer o los placeres de la vida los hombres y mujeres de hoy, siglo XXI. Aunque si nos atenemos a los medios de comunicación y las redes sociales tan abundantes, donde quizá la gente se expresa con más espontaneidad, quizá sean los placeres sensuales o de los sentidos los que más se cotizan, se buscan y se disfrutan. Pero bien sabemos que hay otros placeres o maneras de ser feliz que se fundad en los valores más profundos del ser humano. Y nos podríamos preguntar qué placeres busca el hombre de hoy o dónde pretende encontrar la felicidad la sociedad actual.

No pretendo dar una solución a esta cuestión, sino hacer una indagación y proponer y motivar una reflexión a mis lectores sobre un tema fundamental de la existencia humana ya que no sólo el filósofo citado sino los pensadores de toso los tiempos admiten esa verdad que está en la misma naturaleza del ser humano, y consiguientemente todo ser humano aspira a la felicidad consciente o inconscientemente. Y creo que la mejor manera es proponer una pregunta sobre la que cada uno reflexione, como esta: ¿Qué es la felicidad?