Las Catedrales de Salamanca: los dos baluartes del casco histórico
La ciudad charra es una de las seis ciudades españolas que cuenta con dos catedrales entre su arquitectura
Este domingo día 20 de octubre se celebra el Día Internacional de las Catedrales. La ciudad de Salamanca es una auténtica privilegiada, no solo por la belleza de sus dos templos, sino porque es una de las seis ciudades españolas que tienen dos seos. Zaragoza, Lleida, Cádiz, Vitoria y Plasencia comparten este inmenso honor.
La Catedral Vieja de Salamanca, que está dedicada a Santa María de la Sede, fue construida a lo largo de los siglos XII y XIII. Se presenta como un templo con planta basilical de tres naves y crucero desarrollado en planta y altura, conformando una cruz latina. De factura románica en su conjunto, el edificio está rematado con bóvedas de transición al gótico. Entre los maestros que dirigieron la obra, los documentos conservados en el Archivo Catedral mencionan a Florín de Pituenga, Casandro Romano, Alvar García, Pedro de la Obra, Juan el Pedrero, Sancho Pedro, Juan Franco o Petrus Petri.
La nave central, que muestra un instante de transición al gótico, cuenta con capiteles y repisas decoradas con figuras de personajes bíblicos, animales, decoración vegetal y mascarones. A ambos lados se encuentran la nave del Evangelio y la nave de la Epístola. En el muro de la nave de la Epístola, aún se pueden encontrar los restos de la Capilla del Cristo de las Batallas, donde se encuentra sepultado el obispo Mauro Rubio Repullés, presidida por una gran imagen de Cristo Crucificado.
Uno de los elementos más destacados de esta construcción es el cimborrio o Torre del Gallo, que se puede observar cubierta toda de escamas y coronada por la veleta del gallo, de la que toma nombre. Además, en la Catedral Vieja se encuentra el maravilloso retablo de los hermanos Delli en la Capilla Mayor; varios sepulcros de obispos en la Capilla de San Martín; un magnífico conjunto de claustro, capillas y antiguas salas capitulares que fue sede de acontecimientos muy notables como por ejemplo ser germen de la Universidad de Salamanca, la Capilla de Santa Bárbara donde se celebraban los grados universitarios; la Capilla de Santa Catalina o la de San Bartolomé, recinto funerario del arzobispo Anaya.
La famosa Torre de las Campanas, compartida por ambas catedrales, sufrió importantes deterioros en el terremoto de Lisboa de 1755. Su interior está conformado por la yuxtaposición de la Capilla de San Martín, la Sala de la Bóveda, la Sala del Reloj, el Patio de Campanas, la cúpula, el cupulín y la veleta.
La Catedral Nueva, adosada a la Vieja, se comenzó a construir en 1513, inaugurándose en agosto de 1733. A petición del Cabildo Catedralicio, en su promoción intervinieron los Reyes Católicos. Juan y Rodrigo Gil de Hontañón, Juan de Álava, Juan Setién Güemes, Pantaleón Pontón, los hermanos Churriguera y Juan de Sagarbinag fueron algunos de los grandes maestros que confluyeron en la construcción de esta gran obra.
La Iglesia recibe la luz de casi un centenar de espectaculares vidrieras, procedentes originariamente de Flandes aquellas que muestran un episodio bíblico. En sus muros también se extienden dos galerías corridas, en dos alturas, numerosos medallones con bustos de profetas, evangelistas, personajes de las Sagradas Escrituras y doctores, y otros tantos escudos catedralicios con el búcaro de azucenas.
En su exterior cabe mencionar los relieves de las escenas del Nacimiento y la Epifanía, cobijado todo ello bajo un gran arco conopial que es culminado por un soberbio Calvario, flanqueado por las efigies de los Santos Pedro y Pablo. Además, la Puerta de Ramos despliega un interesante conjunto iconográfico en el que destaca el grupo escultórico de la Entrada de Jesús en Jerusalén y los evangelistas que jalonan la puerta. En el año 1993, y atendiendo al compromiso de reflejar en el conjunto histórico los acontecimientos más importantes de la época se incorporan al conjunto una serie de elementos identificativos como el famoso astronauta, epicentro de las miradas más curiosas y de los turistas que acuden en masa a disfrutar de este impresionante conjunto arquitectónico y, que sin duda constituye uno de los grandes reclamos de la ciudad de Salamanca.