Resalta la importancia de la cultura y las tradiciones en la identidad de la ciudad, y muestra su “orgullo” por el equipo humano que hay en el consistorio
Carmen Seguín es la primera concejala de origen hispano en el Ayuntamiento de Salamanca. Asume la concejalía de Relaciones Institucionales, Festejos y Tradiciones desde el año pasado. Nacida en Ambato (Ecuador) y con una rica herencia cultural que combina raíces gallegas y palestinas, llegó a España a los 20 años y ha dedicado su carrera a la política y a la comunicación. Antes de asumir su cargo actual, Seguín trabajó durante 13 años en el Partido Popular de Extremadura, donde adquirió experiencia en gestión y comunicación.
Su paso por el Ayuntamiento de Salamanca comenzó como directora de comunicación, un rol que le permitió conocer de cerca las dinámicas políticas y sociales de la ciudad. La pandemia presentó un desafío sin precedentes para la gestión municipal, pero Carmen asegura que el Ayuntamiento se destacó por su capacidad de respuesta y por lograr un acuerdo unánime entre todos los partidos en un momento de crisis. “Fue un hito importante que demuestra que, a pesar de las diferencias, siempre hay más que nos une”, afirma.
En una entrevista para SALAMANCA AL DÍA, Seguín resalta la importancia de la cultura y las tradiciones en la identidad de Salamanca, y se confiesa como una enamorada de esta ciudad que es “tan viva y de calle”. Recuerda el momento en el que el alcalde Carlos García Carbayo le comunica que iría en las listas municipales y hace balance de lo vivido en estos últimos meses.
Una concejala atípica. Viene a Salamanca como directora de comunicación y acaba siendo concejala.
Es curioso, sí. Yo siempre he llevado un poquito de España en mi corazón por la parte de mi padre que es gallego. Me vine a España a estudiar periodismo en Sevilla, y siempre he sido un poco nómada (risas). Tras Sevilla viví en Mérida, en Málaga, un mes en Valladolid y la última parada aquí, en Salamanca, donde he encontrado mi lugar y estoy feliz. Me propusieron llevar las riendas de comunicación del Ayuntamiento y no lo dudé, la verdad. Soy una mujer de retos, y Salamanca es una ciudad que siempre consideré muy cosmopolita, una ciudad en la que convive gente de diferentes partes del mundo y preciosa por supuesto.
¿Cómo se ve Salamanca en Hispanoamérica?
Allí el nombre de Salamanca resuena con muchísima fuerza, precisamente por la vinculación que ha habido siempre entre su Universidad y las universidades hispanas. Muchas veces puedes decir otro nombre de una ciudad española y pasa más desapercibido, pero inmediatamente si dices Salamanca, todo el mundo la ubica y sabe de qué se está hablando. La imagen que tiene esta ciudad es muy importante. Se le considera, pues, una de las cunas del saber más destacadas del mundo. Muchas veces me ha aparecido que el propio salmantino no es consciente de la grandeza de las aportaciones que Salamanca ha hecho a la historia del mundo. El mismo hecho de que el germen de los derechos humanos tenga su cuna en Salamanca dice mucho de lo que esta ciudad ha hecho por el mundo. Yo la verdad es que estoy muy orgullosa de trabajar por esta ciudad, acerté al aceptar el reto de venirme a vivir.
Empieza a trabajar aquí y estalla la pandemia. ¿Fue el reto más difícil al que se ha enfrentado?
Sí, tengo que reconocer que me costó por lo que eso supone para un Ayuntamiento. Fue algo nuevo para todos, y muy complejo, morían personas todos los días; fue una situación sobrevenida que nadie se esperaba y que realmente nadie sabía muy bien cómo gestionar porque, evidentemente, llevaba muchas complicaciones. Pese a la dificultad, creo que el Ayuntamiento de Salamanca estuvo muy a la altura, no solamente porque intentaba siempre anticiparse a todos los problemas, sino también porque se trabajó de la mano con el resto de partidos, y ahí creo que fuimos un ejemplo de diálogo. El alcalde siempre lo recuerda, porque creo que es un hito importante que todos debemos tener presente. Fue el primer ayuntamiento de España en conseguir un acuerdo unánime de todos los partidos en una situación de extrema gravedad, donde todo el mundo fuimos capaces de aparcar las diferencias y centrarnos en lo que nos une que siempre, es más. En ese sentido creo que Salamanca fue ejemplar.
Semanas antes de las elecciones municipales de mayo del 2023 nos sorprenden las listas de Carlos García Carbayo con su inclusión como candidata en el número 14…
Fue algo que a mí misma me sorprendió. Yo estaba en casa y me llama un domingo para que vaya al Ayuntamiento a preparar el comunicado del día siguiente que se presentaban las listas. Recuerdo que escribió los catorce primeros nombres en un papel, tapó los trece primeros y dijo, mira la catorce. Y la verdad es que fue muy emocionante para mí porque no me lo esperaba. Estoy muy agradecida. Era un reto muy interesante; durante los últimos años había estado muy vinculada a la política, y bueno, como te he dicho, siempre me gusta moverme entre retos, eso sí, este era de dimensiones altas y lo asumí con mucha satisfacción porque admiro mucho al alcalde, y no es peloteo (risas).
¿Cómo es Carbayo en las distancias cortas?
Es una persona que vive y respira Salamanca las veinticuatro horas del día. Está muy pendiente de todo, tiene un control extremo de todo lo que ocurre en el ayuntamiento. Es una persona muy cercana, siempre está a pie de calle. Siempre prefiere ir andando de un sitio para otro porque le van parando y le gusta mucho hablar con la gente, no solamente para que le digan las cosas que están bien, especialmente le gusta que los vecinos le digan las cosas que están mal, y automáticamente lo intenta corregir. Ante esa actitud, nos tramite el compromiso con la ciudad, y te motiva para trabajar con entrega y dedicación plena.
¿Cuáles fueron sus argumentos para incluirle en esa lista?
Al final la dedicación y la forma en la que ya habíamos trabajado codo con codo en el mandato anterior creo que fue su motivación. El hecho de liderar la comunicación y el gabinete te da ciertos conocimientos de prácticamente todas las concejalías, y valoró mi esfuerzo.
Relaciones Institucionales, Festejos y Tradiciones. Esa combinación en una misma concejalía también es algo nuevo…
Sí, incluir el área de Tradiciones es un compromiso personal del alcalde que apuesta mucho por la difusión de las costumbres y tradiciones, y eso es un fiel reflejo de las actividades escolares municipales que se realizan con mucho éxito y cada año se aumenta en el número de los que se inscriben en clases de tamboril, bailes charros… Él quería darle visibilidad a todas esas personas que se esfuerzan tanto para que el espíritu charro mantenga la esencia de Salamanca y eso es algo que también se ve reflejado en el festival de Folklore que ya celebramos este año con la tercera edición que también fue una apuesta clara del alcalde con un sonoro éxito y que esperamos repetir cada verano.
¿Cómo lleva las críticas? Son muchos los que cuestionaron las Ferias y Fiestas de este año, por ejemplo, aunque luego el resultado de público ha sido positivo.
Las críticas constructivas siempre se reciben con agrado, pero una vez que las decisiones están tomadas, que los programas están anunciados, hay que asumir lo que venga. Siempre se reciben críticas, hay algunas sin justificación, pero he aprendido a relativizar, si no sería muy complicado, tendría que taparme con una manta en casa y no salir. Es difícil acertar con todos los públicos, pero se intenta siempre porque hay una colaboración casi diaria con asociaciones y colectivos que ayudan también a la hora de definir la programación, y siempre teniendo en cuenta que hay que cumplir con el presupuesto previamente definido. Yo estaba satisfecha con el programa de las fiestas, y creo que los salmantinos también, porque han respondido de forma masiva a todas las actividades. El argumento de algunos que dicen que la gente va porque hay fiesta en la calle me parece muy simple, y es menospreciar el criterio de los salmantinos: si se ha llenado la plaza en los conciertos, si las actividades deportivas han sido exitosas, los cabezudos masivos… si todo eso se ha logrado es porque la gente apoya el programa. Detrás de cada evento organizado hay mucha gente implicada detrás, no solo depende de esta concejalía, hay muchos compañeros concejales detrás, así como el equipo de limpieza, de seguridad, mantenimiento… el éxito es de todos.
¿De qué se siente más orgullosa respecto a lo realizado en este apenas año y medio?
Me siento muy orgullosa del equipo que tengo a mi lado. Y respecto a proyectos concretos, fue muy satisfactorio el año pasado la puesta en marcha del parque de Navidad porque es algo que figuraba en el programa electoral y tuvimos muy poco tiempo para elaborarlo. La respuesta del público fue masiva, e insisto que para mí ese es el termómetro más real para medir si lo que estás haciendo gusta o no. La gente no acude a las cosas porque sí.
¿Cómo define al equipo humano que hay en el consistorio?
Un equipo con experiencia al servicio de las personas. Nos gusta escuchar, nos gusta atender todas las peticiones. Evidentemente, no siempre se consigue, pero estamos ahí, y nuestro trabajo es atender a los vecinos de Salamanca, y creo que eso lo compartimos todos, somos un equipo cercano. Es lo que además aprendemos de nuestro alcalde, que nos tiene muy dicho que tenemos que estar a pie de calle y es lo que procuramos hacer siempre.
¿Hay algún proyecto en cartera que se pueda avanzar?
No me gusta avanzar lo que no está cerrado en su totalidad (risas) pero hay muchos proyectos en cartera, y poco a poco se irán conociendo. La ventaja de mi concejalía es que te permite gran margen para creatividad. Me considero una persona creativa, porque me gusta mucho andar enredando, proponiendo nuevas ideas, analizando lo que se hace en otras ciudades… y siempre intentar innovar manteniendo la esencia, por supuesto. Creo que tenemos algo en común todas las Ciudades Patrimonio de la Humanidad y nosotros desde luego trabajamos en esa línea, que es la de darle vida al patrimonio, dotarle de contenido, con el objetivo de que no sólo disfruten de esos lugares emblemáticos los visitantes, si no también la gente de la ciudad que vive en un lugar patrimonial tan bonito, y que puedan disfrutar allí de eventos y encuentros.