El famoso novelista presenta este miércoles en Salamanca su nueva novela “Mil ojos esconde la noche. La ciudad sin luz”
El salón de actos de la biblioteca de la Casa de las Conchas acoge este miércoles a las 19:30 horas la presentación de la novela “Mil ojos esconde la noche. La ciudad sin luz”, del famoso novelista Juan Manuel de Prada. Este acto organizado por el Ateneo de Salamanca contará con la presencia del autor, quien horas antes de su presencia en nuestra ciudad conversa con SALAMANCArtv AL DÍA.
- Juan Manuel, ¿cómo nace esta nueva novela?
- Es producto de mis investigaciones en Francia sobre una mujer a la que le dediqué un libro anterior, una biografía a Ana María Martínez Sagi, una poeta catalana que vivió en París durante los años de la Segunda Guerra Mundial, exiliada de la Guerra Civil. Investigando sobre ella descubrí que en los archivos franceses había expedientes muy sabrosos de casi todos los escritores y artistas españoles exiliados en París durante estos años de la ocupación nazi. Me pareció que era un tema muy interesante, poco explorado, y además que me permitía recuperar al narrador de mi primera novela, “Las máscaras del héroe”.
- Entiendo que hablas de Fernando Navales.
- Sí, efectivamente. En esa primera novela era un joven que nos cuenta los ambientes literarios madrileños de los años 20 y 30, y aquí un poco ya más veterano, cuarentón, nos cuenta los ambientes también literarios y artísticos de los españoles que estaban viviendo en París en el año 40. Fueron bastantes, algunos personajes muy célebres de la cultura española, como Picasso, Valerio Marañón, como la actriz María Casares, y otros más desconocidos, pero no menos interesantes, no menos jugosos. Humanamente, personajes verdaderamente atractivos.
- ¿Te ves reflejado en ese narrador de ambas historias o es fruto de la imaginación?
- Digamos que es criatura mía. Es un hombre que tiene unas actitudes vitales distintas a las mías, un hombre muy marcado por resentimiento porque considera que no se le han reconocido sus méritos. Es un hombre con una mirada efectivamente muy corrosiva sobre sus contemporáneos, en especial sobre las personas que se dedican a labores artísticas y literarias.
- ¿Qué hace de singular y especial esta nueva novela “Mil ojos esconde la noche. La ciudad sin luz”?
- Creo que lo que ha llamado la atención es precisamente el descubrimiento de todas esas vidas de españoles en París en un momento histórico tan candente que a todos nos fascina. Esa imagen de París, la ciudad de la luz, sometida a una dominación extranjera, obligada a vivir en condiciones muy penosas, con toques de queda, con restricciones de alimentos, de electricidad, y donde todo el mundo es sospechoso de algo… Creo que eso ha generado mucho interés.
- ¿Y personalmente? ¿Qué te ha aportado?
- Es una novela en la que me ha dejado la vida. Esta obra que presentamos este miércoles en la Casa de las Conchas es la primera parte de una novela que en total tiene 1.600 páginas. La segunda parte se publicará el año próximo. No es que sean dos partes, es una novela muy extensa que la editorial decidió publicar en dos entregas. Repito que es una novela en la que me ha dejado la vida, tanto en lo que ha sido la labor de documentación como luego sobre todo en la labor de escritura, que ha sido muy intensa y dura.
- ¿Por qué Salamanca para esta puesta de largo?
- Para mí es muy importante presentar a Salamanca porque es una ciudad en la que viví 10 años y porque fue el lugar donde yo escribí mis primeras obras. Ahí escribí la obra con la que gané el Premio Planeta. Volver a Salamanca es como volver a casa. Es una ciudad que está muy ligada al nacimiento de mi vocación, a mis primeros esfuerzos. Por tanto, cuando recibí la propuesta del Ateneo, accedí encantado.
- Hablábamos antes de ese París misterioso que tiene muchas historias por contar. ¿Se puede decir que Salamanca es también una ciudad de novela?
- Hombre, sin duda. Salamanca es una ciudad de novela en todos los órdenes. Es una ciudad que tiene primero el poso histórico, y luego la vida que se da en ella. Es una ciudad universitaria muy importante, y por tanto con un gran tránsito de gentes. Muchas de esas gentes tienen vidas novelescas, de manera que sí, tanto en el aspecto histórico como en el aspecto plenamente actual, creo que Salamanca es una ciudad idónea para escribir una novela y para ambientarla.
- Y para terminar, ¿cuánto de importante es en esta era digital, en la que todo parece que nos llega a través del teléfono móvil, que se sigan manteniendo este tipo de actos como el que organiza el Ateneo?
- En una vida gobernada por la tecnología y las urgencias que la tecnología nos impone, debemos tener al menos un rato así al día en el que uno pueda desconectar y dedicarse a las actividades del alma, a las actividades del espíritu… Creo que es fundamental para no enloquecer, para sobrevivir. Es importante mantener nuestro amor a los libros, a la lectura reposada, a la lectura meditada, a la degustación literaria. Es algo que desgraciadamente mucha gente está abandonando y, abandonarlo es abandonar un poco nuestra condición humana y convertirnos un poco en máquinas.