El número de personas que decidieron acabar con su vida en el año 2023, fueron 3.952. El dato es preocupante y mucho más que la gran mayoría no contara con ninguna ayuda profesional: solo el 19% de las personas que se presentaron ideación suicida tuvieron algún tipo de asistencia profesional y solo el 23% de las que finalmente lo consumaron.
Esto datos no son míos o de mi campo de seguimiento, es el Ministerio de Sanidad quien lo confirma. Pensemos que cada muerte diarias en España, es alrededor de 11 personas son una tragedia, que nos exige una reflexión muy profunda, para saber donde fallamos.
Se necesita un Plan efectivo que contemple la prevención en situaciones de vulnerabilidad (personas mayores que viven en soledad no deseada y adolescentes. Algunos factores, como los problemas médicos, familiares y sociales, pueden hacer que algunos niños en la adolescencia sean más propensos a intentar quitarse la vida. Muchos de los adolescentes que se suicidan o lo intentan tienen una enfermedad de salud mental. Como resultado de ella, presentan problemas para lidiar con el estrés de la edad: Pueden tener muchas el rechazo social o escolar, el fracaso de la interacción, las rupturas, perdidas por fallecimiento dentro de la familia, problemas escolares o problemas familiares.
También es posible que no puedan entender que el sacarse la vida no va a cambiar sus problemas. Asimismo, puede que no entiendan completamente que el suicidio es una respuesta sin vuelta atrás, no una solución, a un problema a corto plazo. Se debe crear un sistema de vigilancia que incluya la conducta suicida, y la autolisis, así como un observatorio y registro de casos.
En cuanto al abordaje sanitario, hay varios frentes necesarios: mayor dotación de recursos en las urgencias de los hospitales y la creación de programas alternativos a la hospitalización en unidades psiquiátricas.
En mayo del año 2022 se creó el teléfono 024, de atención a la conducta suicida. Desde su puesta en marcha y hasta el pasado 31 de agosto se recibieron un total de 306.614 llamadas, aproximadamente 12.000 cada mes, según datos de la comisionada para la salud mental del ministerio. El 39,8% fueron realizadas por mujeres y el 33,5 por ciento, por hombres, pese a que son estos últimos los que presentan mayores tasas de consumación al suicidio Por grupos el que mas utiliza esta línea es el comprendido entre 50 y 59 años.
Sin embargo, desde junio de este pasado 2023 la línea 024 dispone también de un servicio de chat y en este caso son los jóvenes de entre 20 y 29 años los que más lo utilizan. Desde su puesta en marcha se han recibido un total de 10.665 contactos, aproximadamente 1.800 al mes.
Es bueno estar atento a algunos factores de riesgo. Los problemas médicos o físicos que pueden aumentar el riesgo de suicidio son:
Tener una enfermedad mental como depresión, ansiedad, un trastorno bipolar o un trastorno de oposición desafiante.
Cambios relacionados con la pubertad o una enfermedad a largo plazo.
Un trastorno por consumo de sustancias adictivas.
Entre las circunstancias vitales que pueden aumentar el riesgo se encuentran las siguientes:
Antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo, suicidio o acciones que podrían llevar al suicidio.
Exposición al suicidio de un familiar o amigo.
Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual, o exposición a la violencia o acoso.
Acceso a medios de suicidio, como armas de fuego o medicamentos.
Perder a amigos cercanos o familiares, o tener conflictos con ellos.
Ser de género diverso con factores de riesgo como acoso escolar y conflictos familiares o sociales.
Ser adoptado.
Los niños que intentaron suicidarse en el pasado también corren un mayor riesgo.
Señales:
Algunos signos de alerta de que un adolescente puede estar pensando en el suicidio pueden ser los siguientes:
Hablar o escribir sobre el suicidio. Por ejemplo, hacer declaraciones como "me voy a matar" o "ya voy a dejar de ser un problema para ti".
Consumir cada vez más alcohol o drogas.
Sentirse atrapado, sin esperanzas o sin remedio a causa de alguna situación.
Actuar de manera arriesgada o autodestructiva.
Dar artículos personales sin ningún motivo lógico o claro.
Algunas otras señales de alerta podrían confundirse con la conducta típica de un adolescente:
Cambiar la rutina normal, incluidos los hábitos de alimentación y sueño.
Ser cada vez menos social y querer estar solo.
Tener cambios de humor.
Los adolescentes suicidas también pueden experimentar cambios en la personalidad o estar muy ansiosos o agitados cuando experimenten algunas de las señales de alerta mencionadas anteriormente.
Que debo hacer si sospecho que mi hijo tiene intención de suicidarse:
Si sospechas que tu hijo adolescente podría estar pensando en suicidarse, habla con él inmediatamente. No tengas miedo a utilizar la palabra "suicidio". Hablar sobre el suicidio no implantará ideas de autolesiones en la cabeza de tu hijo.
Preg
El número de personas que decidieron acabar con su vida en el año 2023, fueron 3.952. El dato es preocupante y mucho más que la gran mayoría no contara con ninguna ayuda profesional: solo el 19% de las personas que se presentaron ideación suicida tuvieron algún tipo de asistencia profesional y solo el 23% de las que finalmente lo consumaron.
Esto datos no son míos o de mi campo de seguimiento, es el Ministerio de Sanidad quien lo confirma. Pensemos que cada muerte diarias en España, es alrededor de 11 personas son una tragedia, que nos exige una reflexión muy profunda, para saber donde fallamos.
Se necesita un Plan efectivo que contemple la prevención en situaciones de vulnerabilidad (personas mayores que viven en soledad no deseada y adolescentes. Algunos factores, como los problemas médicos, familiares y sociales, pueden hacer que algunos niños en la adolescencia sean más propensos a intentar quitarse la vida. Muchos de los adolescentes que se suicidan o lo intentan tienen una enfermedad de salud mental. Como resultado de ella, presentan problemas para lidiar con el estrés de la edad: Pueden tener muchas el rechazo social o escolar, el fracaso de la interacción, las rupturas, perdidas por fallecimiento dentro de la familia, problemas escolares o problemas familiares.
También es posible que no puedan entender que el sacarse la vida no va a cambiar sus problemas. Asimismo, puede que no entiendan completamente que el suicidio es una respuesta sin vuelta atrás, no una solución, a un problema a corto plazo. Se debe crear un sistema de vigilancia que incluya la conducta suicida, y la autolisis, así como un observatorio y registro de casos.
En cuanto al abordaje sanitario, hay varios frentes necesarios: mayor dotación de recursos en las urgencias de los hospitales y la creación de programas alternativos a la hospitalización en unidades psiquiátricas.
En mayo del año 2022 se creó el teléfono 024, de atención a la conducta suicida. Desde su puesta en marcha y hasta el pasado 31 de agosto se recibieron un total de 306.614 llamadas, aproximadamente 12.000 cada mes, según datos de la comisionada para la salud mental del ministerio. El 39,8% fueron realizadas por mujeres y el 33,5 por ciento, por hombres, pese a que son estos últimos los que presentan mayores tasas de consumación al suicidio Por grupos el que mas utiliza esta línea es el comprendido entre 50 y 59 años.
Sin embargo, desde junio de este pasado 2023 la línea 024 dispone también de un servicio de chat y en este caso son los jóvenes de entre 20 y 29 años los que más lo utilizan. Desde su puesta en marcha se han recibido un total de 10.665 contactos, aproximadamente 1.800 al mes.
Es bueno estar atento a algunos factores de riesgo. Los problemas médicos o físicos que pueden aumentar el riesgo de suicidio son:
Tener una enfermedad mental como depresión, ansiedad, un trastorno bipolar o un trastorno de oposición desafiante.
Cambios relacionados con la pubertad o una enfermedad a largo plazo.
Un trastorno por consumo de sustancias adictivas.
Entre las circunstancias vitales que pueden aumentar el riesgo se encuentran las siguientes:
Antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo, suicidio o acciones que podrían llevar al suicidio.
Exposición al suicidio de un familiar o amigo.
Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual, o exposición a la violencia o acoso.
Acceso a medios de suicidio, como armas de fuego o medicamentos.
Perder a amigos cercanos o familiares, o tener conflictos con ellos.
Ser de género diverso con factores de riesgo como acoso escolar y conflictos familiares o sociales.
Ser adoptado.
Los niños que intentaron suicidarse en el pasado también corren un mayor riesgo.
Señales:
Algunos signos de alerta de que un adolescente puede estar pensando en el suicidio pueden ser los siguientes:
Hablar o escribir sobre el suicidio. Por ejemplo, hacer declaraciones como "me voy a matar" o "ya voy a dejar de ser un problema para ti".
Consumir cada vez más alcohol o drogas.
Sentirse atrapado, sin esperanzas o sin remedio a causa de alguna situación.
Actuar de manera arriesgada o autodestructiva.
Dar artículos personales sin ningún motivo lógico o claro.
Algunas otras señales de alerta podrían confundirse con la conducta típica de un adolescente:
Cambiar la rutina normal, incluidos los hábitos de alimentación y sueño.
Ser cada vez menos social y querer estar solo.
Tener cambios de humor.
Los adolescentes suicidas también pueden experimentar cambios en la personalidad o estar muy ansiosos o agitados cuando experimenten algunas de las señales de alerta mencionadas anteriormente.
Que debo hacer si sospecho que mi hijo tiene intención de suicidarse:
Si sospechas que tu hijo adolescente podría estar pensando en suicidarse, habla con él inmediatamente. No tengas miedo a utilizar la palabra "suicidio". Hablar sobre el suicidio no implantará ideas de autolesiones en la cabeza de tu hijo.
Pregúntale a tu hijo adolescente cómo se siente y escúchalo. No desestimes sus problemas. En su lugar, demuéstrale que le quieres. Recuerda a tu hijo adolescente que, juntos, pueden afrontar cualquier situación por la que esté pasando.
Además, busca ayuda médica
No es alarmismo, es la realidad de un tema que va creciendo año tras año. El problema no es del suicida, inmiscuye a toda la sociedad. En mucho estamos fallando. Ojalá este comentario sirva para despertar conciencias desde el Ministerio, facultativos de Atención Primaria, Urgencias y, por supuesto, la familia principal, núcleo donde se desenvuelve tanto el joven como la persona mayor que vive sola. Hagamos una sociedad más sana, más homogénea, y más solidaria.
úntale a tu hijo adolescente cómo se siente y escúchalo. No desestimes sus problemas. En su lugar, demuéstrale que le quieres. Recuerda a tu hijo adolescente que, juntos, pueden afrontar cualquier situación por la que esté pasando.
Además, busca ayuda médica
No es alarmismo, es la realidad de un tema que va creciendo año tras año. El problema no es del suicida, inmiscuye a toda la sociedad. En mucho estamos fallando. Ojalá este comentario sirva para despertar conciencias desde el Ministerio, facultativos de Atención Primaria, Urgencias y, por supuesto, la familia principal, núcleo donde se desenvuelve tanto el joven como la persona mayor que vive sola. Hagamos una sociedad más sana, más homogénea, y más solidaria.
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