Enorme dimensión del salmantino, que cortó seis orejas y dos rabos
Se llenó hasta la bandera la plaza de toros de San Miguel de Valero para ver a Marco Pérez. No entraba ni un alfiler en los tendidos de la coqueta plaza de la villa serrana. No defraudó el salmantino a la expectación generada y cortó seis orejas y dos rabos tras ofrecer una extraordinaria dimensión frente a novillos de Loreto Charro con mucha nobleza y calidad.
Dos orejas cortó Marco Pérez al primer novillo de la tarde tras una demostración de capacidad y dominio. Tuvo nobleza el de Loreto Charro por el pitón derecho, pero por el izquierdo no se lo puso fácil al novillero, llegando a sufrir una colada en la que a punto estuvo de echárselo a los lomos. Se repuso Marco Pérez para poco a poco ir construyendo una faena en la que destacó su temple, robando muletazos de mucho poso y empaque por el lado derecho. Mató de estocada tendida.
El saludo a la verónica de Marco Pérez al segundo fue primoroso. Tuvo cadencia, compás, ritmo... Tras un leve picotazo en el caballo montado por Currito Sánchez, Marco realizó un vistoso quite con el capote a la espalda. Derrochó dulzura y clase el de Loreto Charro en la faena de muleta, que dio comienzo con dos cambiados por la espalda antes de torear encajado y con reposo con la mano derecha. También al natural alcanzó altos vuelos la faena del charro, que volvió a demostrar su frescura y rotundidad. Los remates de las series tuvieron torería. Todo siempre con mucho temple y muy medido. En cercanías fue una apisonadora y el espadazo final muy certero, poniendo en sus manos los máximos trofeos en la que fue la obra cumbre de la tarde.
Otras dos orejas y rabo cortó del tercer novillo de la tarde, que fue premiado con la vuelta al ruedo pese a que fue el de menos opciones en la muleta del salmantino. Aprovechó Pérez la nobleza del novillo de Loreto Charro para firmar otra notable faena. Lo mejor llegó toreando con la mano derecha en series con ligazón y mando, pero con el astado transmitiendo poco. El final en cercanías tuvo muchísima autoridad, con un dominio de todos los registros. Acabó por luquesinas antes de enterrar el acero en otro soberbio volapié.
Plaza de toros de San Miguel de Valero. Lleno en tarde soleada y agradable. Novillos de Loreto Charro, muy bien presentados, con cuajo y rematados. Nobles en su conjunto, destacó el segundo. El tercero fue premiado con la vuelta al ruedo.
Marco Pérez, en solitario, de verde manzana y oro: dos orejas, dos orejas y rabo, y dos orejas y rabo.