Miércoles, 11 de diciembre de 2024
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Charo López, cantos esculpidos en recuerdo de Miguel de Unamuno
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acto en la casa rectoral

Charo López, cantos esculpidos en recuerdo de Miguel de Unamuno

Actualizado 27/09/2024 13:03
César García

La mítica actriz salmantina dramatiza los textos junto al pianista Víctor Carbajo y al barítono Luis Santana

Pura emoción escuchar en persona y en el recinto íntimo del Salón Rectoral a la actriz salmantina. Llama viva, Charo López guarda la esencia de la poesía, la voz grave de la gracia. Verla y oírla es un regalo esta vez fruto de la casualidad unamuniana. Luis Santana, el barítono zamorano, amigo de Ana Chaguaceda, la Directora de una Casa de Unamuno, que es toda una institución en la ciudad del rector, le enseñó a Charo López fotografías de las estancias que guardan su memoria.

Luis Santana, cuyos espectáculos recorren el mundo, trabaja con la actriz charra que se quedó prendada del espacio unamuniano. Y de ella partió la idea de hacer un espectáculo que se quiso en un recinto más grande, una solución que rechazó Charo López. El recital en recuerdo de Unamuno debe hacerse en su casa, en el salón rectoral donde aún resuenan sus pasos. Allí, el espectáculo “Versos Esculpidos”, verso de Unamuno ha mostrado su fantástica voz e inmejorable técnica Luis Santana, de quien Chaguaceda resalta su versatilidad, su voz potente y su deseo de probar cosas nuevas experimentando con el arte, la literatura y la música, lo que le ha llevado a hacer espectáculos con actrices de la talla de Lola Herrera… o Charo López. Un músico dueño del escenario, que bromea en contenidos gestos con la actriz y al que acompaña un magistral Víctor Carbajo, quien es el piano de grandes nombres de la lírica y compositor que ha musicalizado varias piezas unamunianas, junto con otros Jonathan Sánchez y Rubén Vidal.

Piezas en absoluta primicia que se escuchan por primera vez y lo hacen en este salón rectoral de la mano de una de las actrices más queridas en Salamanca, como bien indica Ana Chaguaceda, quien ahora recorre los escenarios con espectáculos como “Verso a verso” o “Mujer y poesía”, una mujer ligada a nuestra historia, protagonista del magnífico documental de Chema de la Peña en la que participa en gran periodista y escritor Nacho Francia. La presentación de Ana Chaguaceda culmina con la llegada de los tres artistas, perfecta e íntimamente unidos en una complicidad que aúna la música, la voz impresionante del barítono y la cercanía de la actriz salmantina que dota de emoción los textos unamunianos. Textos magníficamente elegidos.

Porque nada se deja al azar: se habla de “Recuerdos de niñez y mocedad”, se recuerda al filósofo, al pensador, al doloroso testigo de una época compleja que no sabía callarse “Pobre España”, pronuncia la hermosa voz de Charo López, quien suelta las páginas con energía cuando acaba la lectura, dolor de un hombre que en sus poemas habla de la familia, de los niños, esa vertiente íntima y musical de la poesía unamuniana que sorprende al espectador. Sus nanas, tiernas, musicales, deliciosas, son un regalo tanto en la voz del barítono como en la de la actriz que se deja la emoción en cada pieza. Y se sucede el paisaje “Tú me levantas, tierra castellana”, el recuerdo de la madre, el del nieto que va a ser bautizado, el del niño que sueña… todo con una emotiva capacidad de risa, porque Charo López se confunde, ríe mirando al barítono que la guía, aplaude ante el silencio de la sala, luego se deja aplaudir… es la broma sutil, cercana, de esta mujer que lee los recuerdos unamunianos de futuro filólogo, niño fascinado por el lenguaje –ella también filóloga, licenciada por la universidad de Salamanca- que ríe y que ante la sentida interpretación del poema musicalizado “Zamora” que hace el barítono, se apresta a declamar “Salamanca” en un divertido duelo de voluntades.

La emoción de recordar al Unamuno poeta, poeta de verbo musical, de versos de la memoria y de un hálito noventayochista que nos remite al paisaje, al compromiso político y todo con esas dulcísimas pinceladas de su intimidad de niño, de padre, de abuelo, se deja sentir en un público fascinado. Fascinado por la música, que resuena bajo los arcos del salón rectoral, fascinados por la voz del barítono en cuya chaqueta, como un sol de profundos azules, hay prendido un broche que recuerda el azul del anillo de la actriz. Exquisita elegancia, suprema emoción en la dramatización de textos que ella vive. “Es un orgullo que seas tan salmantina” le dice el zamorano, y nos regalan los tres, tras los aplausos que no cesan, una interpretación de Machado, ese camino al andar que corea un público entregado a este hermoso espectáculo, verso a verso que aúna la música de un piano espléndido, la voz de un barítono capaz de emocionar con cada nota y de una actriz a la que consideramos nuestra. Pura belleza. Y todo, en la casa del rector a quien se homenajea siempre desde la admiración y la sorpresa… recuperando la magia de su poesía, su amor por la palabra viva cercana a una niñez que acuna el futuro, cuna de luna, luna de cuna donde duerme el genio eterno de Miguel de Unamuno.

Charo Alonso. Fotos de Carmen Borrego