Los dos últimos ataques se han producido en la noche del viernes al sábado en el municipio de Villaseco de los Gamitos y la noche del domingo al lunes ataco en el municipio de Encina de San Silvestre
Upa Salamanca y afectados por los innumerables ataques de los lobos desde mayo en nuestra provincia, se reunirán este miércoles, 11 de septiembre, “en las oficinas que la Diputación presta para esta funciones”, con la oficina del Defensor del común (en su visita a Salamanca), con el fin de trasmitirle las quejas de estos ganaderos y el "calvario" que están sufriendo.
Desde UPA aseguran que “los ataques a sus explotaciones son incesantes, el lobo no descansa ni en ferias”. Los dos últimos producidos son de la noche del viernes al sábado en el municipio de Villaseco de los Gamitos, con el resultado de 5 ovejas muertas y otras tantas heridas y la noche del domingo al lunes ataco en el municipio de Encina de San Silvestre con el resultado de 3 muertas y 5 heridas, aumentando la desesperación de estos ganaderos, que ven como sus rebaños disminuyen, sin que pasados ya más de 4 meses del inicio de los ataques en esta zona, estos no solo no cesan, sino que ya han empezado a los terneros.
Ante esta reunión desde la Junta “han comenzado a abonar algunos de los ataques que estos ganaderos han sufrido, pero no les informan de que les indemnizan, a que ataques corresponden, ni nada, ante lo cual desde UPA nos hemos dirigido al Consejero de Medio ambiente, instándole a enviar a los afectados, junto con la indemnización, la resolución de a que ataques corresponden, con el fin de que el ganaderos pueda constatar que la indemnización corresponde con el daño sufrido por el lobo en cada uno de los ataques, según lo estipulado en la orden MAV/475/2023 de 12 de abril, dado que a los ganaderos afectados, no les salen las cuentas”, aseguran.
En esta reunión, los ganaderos, a parte de entregarle documentos con los ataques sufridos, cartas a las administraciones que desde UPA “hemos mandado, tienen previsto dejar claro y patente al defensor del común, el desamparo y la impotencia que están sufriendo, ante un problema que lleva mas de 4 meses y que parece no tener ninguna solución, lo que por un lado pone en riesgo la viabilidad de sus explotaciones, pero lo peor son los daños psicológicos que están sufriendo y que estos no tienen indemnización posible”.