La razón es que esta clase de software integra las principales funciones de la empresa en una única plataforma. Eso significa que compartir datos es muy sencillo, de forma que cualquiera de los departamentos puede tener acceso a las facturas si así lo necesita.
Entre los últimos retos de las pequeñas empresas está la facturación electrónica, ya que aún quedan negocios que las hacen en Excel o incluso a mano. Eso se va a terminar en los próximos años, pues a través de la conocida ley "Crea y Crece" se va a obligar a todas las empresas a que facturen por medios electrónicos.
En el mercado hay múltiples soluciones para confeccionar una factura digital, pero lo cierto es que lo mejor es dejar que un sistema ERP se encargue de todo.
La razón es que esta clase de software integra las principales funciones de la empresa en una única plataforma. Eso significa que compartir datos es muy sencillo, de forma que cualquiera de los departamentos puede tener acceso a las facturas si así lo necesita.
Esto no ocurre si empleamos un software especializado para cada departamento, pues en muchas ocasiones no es posible integrarlos entre sí, complicando el proceso de compartir información. Así, el ERP se puede encargar de las facturas y también de enviarlas a Hacienda, como pasará cuando comience a funcionar el sistema VeriFactu.
Este tiene mucho que ver con la facturación electrónica, ya que enviará todas las que la empresa emita a Hacienda en tiempo real.
Uno de los motivos para implantar este sistema es que se quiere acabar, o al menos reducir a la mínima expresión, con el fraude fiscal. Las cifras son altas en España, y se espera que con la facturación electrónica este se reduzca.
Traerá ventajas a aquellas empresas que hagan las cosas bien, que son la mayoría. Se van a simplificar los procesos administrativos, se reduce la cantidad de papel empleado, será más sencillo gestionar los documentos financieros, etc. De hecho, se espera que gracias a que las facturas llegan a Hacienda de manera directa, a medio plazo se haga mucho más simple todo el procedimiento de entrega de los diversos modelos a Hacienda.
Aquellas empresas que aún no usen un ERP o no empleen las facturas electrónicas tienen que empezar ya la transición. El mejor consejo que podemos dar en este aspecto es que no lo dejen todo para el último día, eligiendo un ERP que se ajuste a sus necesidades de entre los que hay en el mercado.
Usar un ERP no siempre es algo sencillo al principio, por lo que lleva un tiempo de adaptación que se tiene ahora mismo, ya que la facturación electrónica aún no es obligatoria para las pymes. Habrá que formar a los empleados, pero a cambio de unas cuantas horas de cursos y prácticas, se ahorrará una enorme cantidad de trabajo, liberando a los trabajadores de tareas que no aportan nada a la empresa.
De esta manera, la idea de los ERP es que los trabajadores dediquen sus horas a labores más eficientes, olvidándose de trabajos repetitivos que hace mucho tiempo que puede hacer un software.