Magnífico modelo de parada con todos los "detalles", en Rector Esperabé. Incluso farola "propia", ante la habitual falta de iluminación en las marquesinas salmantinas.
El verano es una época paradójica, la actividad tiende a ralentizarse notablemente, incluso a casi paralizarse en las administraciones públicas (salvo algún juez redentor). Curiosamente esto permite actuar en la ciudad con más facilidad, y menos molestias. Es buen momento para cosas pendientes, o acelerar infraestructuras de gran envergadura. Claro que si son obras en barrio periféricos no parece importar el momento ni qué se comentará. Como sufren todos los días desde hace meses, casi más en prórroga, los vecinos de Pizarrales con la Carretera de Ledesma.
En Urgencias aunque la pantalla "apunta" a la izquierda, los autobuses paran hacia la derecha desde la marquesina.
Aquí nos fijaremos en el ritmo cansino de mejoras en los autobuses urbanos. Tras el desembarco de los elegantes y cómodos, salvo alguna cosa, vehículos eléctricos, se han ido instalando nuevas marquesinas en paradas no tan nuevas en algún caso. Tras ello se va modernizando, y adecentando, su información, incluso añaden su localización, coincidente con la megafonía interior de los vehículos. Aunque no usar denominaciones como Correos suena desacertado, o Paseo de San Vicente ese ene en vez de Hospital, o no mencionar las Consultas. Lo de agrandar marquesinas donde se concentra mucha gente esperando les cuesta, salvo algún raro caso.
Quizás en la Plaza de San Julián el criterio para dirigir la pantalla sea atender sus tradicionales colas. La marquesina es igual que las de Reyes de España.
Reinstalar pantallas interiores de aviso en los vehículos va con calma, aparte del habitual raro funcionamiento de algunas. Y por fin van poniendo nuevas pantallas en bastantes paradas sin ellas. El problema surge en los criterios para colocarlas de forma útil y cómoda para los usuarios. Y ciertamente entramos en un campo especulativo y de variedad de opiniones, pero algunas decisiones parecen discutibles. Al menos lo de “hablar” la parada, móvil mediante, me parece un gran acierto en su accesibilidad.
Parada en Reyes de España con la pantalla integrada desde hace años. En el panel blanco figura ahora su denominación-ubicación.
No mantener el modelo tradicional integrando la pantalla en la marquesina, me parece un error. Cuesta entender, en la era del diseño compacto, los impedimentos técnicos. Salvo algún raro interés en pagar por elementos prescindibles como los postes para sujetarlas. La cosa es que en realidad tienden a ignorar la marquesina, mas usadas por los viajeros más frágiles físicamente, como sus asientos. Claro que las solanas veraniegas, inevitables en los modelos habituales salmantinos, disuaden su uso en importantes momentos del día. Creo deberían darle una vuelta más a todo esto.
Interesante solución para informar a los usuarios, en la Avenida de Ignacio Ellacuría.
Como básicamente se cumple el pliego de condiciones, sin participación ajena al Ayuntamiento, debemos contentarnos. Como siempre se avanza a trompicones. Sería deseable algo, tan soviético, como planificar globalmente la mejora de las paradas según las necesidades en cada una y con nuevas perspectivas. Teniendo en cuenta, además, la inversión anual de todo este servicio público. Aunque sería inevitable afrontar tabús municipales, moderno en algunas formas pero rancio en demasiados conceptos básicos. Mantienen al coche como el rey de la calle, recobrando espacios peatonales con la nueva señalización de la Zona de Bajas Emisiones.
En Gran Vía esa marquesina queda al margen de la pantalla informativa. Bien es cierto que, salvo personas mayores o con lluvia, se espera hacia la derecha.
Seguirán obviando marquesinas más grandes donde se concentra mucho usuario a la espera. También realizar la parada en el carril de circulación, más seguro y rápido para el viajero. De paso ganando espacio en aceras “imposibles” de ampliar. Obligando al resto de vehículos a ir al compás del transporte público, se establece un radical cambio de jerarquía en la calzada. Ralentizando de paso velocidades todavía ignorantes de la realidad legal. Volver la Gran Vía en exclusiva para el transporte público supongo es un sueño todavía lejano. Más cerca tenemos “un nuevo modelo de movilidad de Castilla y León” referido al transporte metropolitano, ¿nos sorprenderán?
Pantalla hace años colocada de forma interesante, sin marquesina, en la Avenida de Mirat. Lástima de tanto obstáculo donde debe quedar la entrada al autobús.
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