Para intentar comprender la religiosidad tradicional africana[1] hay que tener presente que la vida y la religión del ser humano africano sólo tiene sentido relacionada con los demás y con la naturaleza, lo que está muy lejos de pensamiento individualista occidental. Un popular dicho africano dice “yo soy porque somos y porque somos, soy”
Aunque la mayoría de los africanos creen en un Ser creador de todo no es habitual rendirle culto. El mundo está plagado de 'poderes', de energías de la naturaleza y de espíritus de los antepasados, por eso son animistas[2]. Y como la muerte definitiva no existe ya que sólo se trata de un tránsito entre distintos modos de existencia que conviven, en sus celebraciones siempre vemos mascarás, disfraces y objetos mágicos que mantienen abiertos los portales de unión con aquellos que han pasado a otro nivel de existencia, pero que continúan presente. Muchos antropólogos defienden la idea de que el animismo es el origen de todas las religiones.
El mundo de las religiones tradicionales africanas no es, por lo general, objeto de reflexión intelectual o filosófica, se viven día a día tanto en lo personal como en lo social. John Samuel Mbiti filósofo y escritor nacido en Kenia y considerado como unos de los padres de la teología africana moderna, escribe en su libro "Entre Dios y el tiempo": Los pueblos africanos esperan que la historia humana continúe siempre, según el ritmo del movimiento … los días, meses, estaciones y años no tienen fin, así como tampoco tiene fin el ritmo del nacimiento, matrimonio, procreación y muerte. Por tanto no hay ningún fin de los tiempos.
Tampoco hay libros sagrados, ya que todo lo que es necesario conocer está en la naturaleza, presente en la vida cotidiana y se trasmite oralmente para que se transcriba a los corazones y las mentes. Con ese fin se recuerda con frecuencia en numerosos ritos, danzas, canciones y ceremonias ancestrales en que se armoniza el mundo con todos los niveles de la existencia humana y con los antepasados, cuya presencia es esencial, porque siempre están dispuestos a ayudar a la comunidad. Y es que según el saber africano para educar a un niño es necesaria toda la tribu.
Al igual que otras mitologías sus relatos tratan de dar explicación a todo lo que existe. Si en Grecia Ovidio en su libro Las Metamorfosis, nos cuenta como Aracne, conocida por su gran talento para tejer, se atrevió a retar a la diosa Atenea diciendo que era mejor que ella y ofendiendo así a los dioses por lo que fue convertida en una araña[3] y condenada junto a su descendencia, a tejer telas en rincones y oquedades con el fin de alimentarse. Los Yumboes, de Senegal cuentan la historia de forma parecida.
En una familia el padre, Anaanu, reunió a su esposa Kornorley y su hijo Kwakute para decirles que moriría pronto. Quería que le enterraran en una caja sin clavos, con un cuenco de ñame (una especie de patata) y una cuchara. Al morir se hizo exactamente lo que Anaanu había pedido. Cuando la familia iba a visitarlo cada día notaron que los ñames de sus plantaciones desaparecían. El hijo se canso y quiso atrapar al ladrón. Para ello puso cerca los campos un espantapájaros untado de pegamento. Cuando el padre salió de su caja aquella noche se asusto del espantapájaros y comenzó a golpearlo por lo que se quedó pegado y allí lo encontró su familia a la mañana siguiente. Avergonzado por haber actuado así ofendiendo a sus antepasados y a su propia familia fue transformado en una araña y corrió a esconderse en los techos del granero. Por eso él y otros muchos ladrones convertidos en arañas deben tejer sus telas para alimentarse.
También cuentas con muchos relatos y dichos de la sabiduría popular que se repiten para enseñar a los niños y jóvenes como: Sólo un tonto mete los dos pies en el agua para medir la profundidad; Cuando dos elefantes luchan es la hierba la que sufre o Una mentira puede matar mil verdades.
Muchos mitos, ritos, ceremonias mágicas y dioses africanos cruzaron el Atlántico durante el período del comercio de esclavos con América y fueron incorporándose a creencias indígenas como la caribeña, cubana o brasileña. El candomblé, sumó a los ritos católicos muchas creencias africana, y aunque se practicó de forma clandestina en Brasil durante muchas décadas, hoy tiene más de 70 millones de seguidores. ?
En la santería politeísta cubana se mezclan las credos indígenas con las africanos y los santos católicos desde finales del siglo XIX. Más tarde de forma progresiva se extendió por Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela y Panamá.
Otro ejemplo es el vudú de Haití cuyo nombre deriva del francés criollo (vodún) y significa "espíritu", es una de las más antiguas, y ya disponía de un sustrato de doctrinas indígenas antes de la llegada de los esclavos con sus religiones tradicionales africanas. Evolucionó desde finales del siglo XVII y se ha asentado en muchos lugares del Caribe llegando hasta Luisiana, en los Estados Unidos.
El vudú tiene una inmerecida mala prensa y una injusta leyenda negra, ya que entre sus principios rectores podemos encontrar algunos como: el respeto a la Gran Madre (la Tierra) y a los muertos; el reconocimiento, obediencia y cuidado de los ancianos, la generosidad y buena convivencia con los vecinos y los extranjeros, así como la solidaridad y ayuda a familiares y amigos. Pero popularmente todo parece reducirse a secretos ritos y sacrificios de animales. Mucha fake news.
El gran boxeador estadounidense Cassius Clay, que fuera campeón del mundo de los pesos pesados y se negó a participar en la guerra de Vietnam tras convertirse al Islam y cambiar su nombre por el de Muhammad Ali, dijo: Ríos, lagos, lagunas, arroyos, tienen nombres diferentes pero todos contienen agua. Así son las religiones todas contienen verdades. Y así es.
[1] En la actualidad muy influida por el cristianismo (45%) en el sur del continente y el Islam (40%) en el norte.
[2] En el animismo las montañas, ríos, el cielo, la tierra, determinados lugares, espíritus, rocas, plantas, animales, árboles, etc.; están dotados de movimiento, vida, alma y consciencia propia.
[3] Aracne en griego significa "araña" y por a estos artrópodos los llamamos "arácnidos"
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.