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El milagro que dio nombre a esta calle salmantina
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junto a la catedral

El milagro que dio nombre a esta calle salmantina

Actualizado 12/08/2024 11:46
Miguel Ángel González

Su historia se remonta al siglo XV y está ligada a un conocido religioso

La cuesta ubicada en el centro de Salamanca, conocida hoy como calle Tentenecio, tiene una historia ligada a un milagro atribuido a Fray Juan de Sahagún. Un fraile agustino del siglo XV, que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de los salmantinos.

En la antigüedad, esta calle servía como entrada a la ciudad de Salamanca, desde la desaparecida Puerta del Río hasta la zona de las Catedrales. Posteriormente, la Puerta de San Pablo se convirtió en la entrada principal debido a su mayor comodidad. Hoy en día, la calle Tentenecio es frecuentada por numerosos salmantinos y turistas, atraídos por su encanto y las vistas que ofrece de la Catedral.

Este lugar debe su nombre al milagro realizado hace más de cinco siglos por el fraile agustino Juan de Sahagún. Según la tradición, Fray Juan se encontró con un toro que se había escapado de un mercado, se colocó frente al animal, pronunció las palabras “tente necio”, y en ese instante el animal se detuvo, permitiendo que fuera devuelto sin problemas al corral del que se había escapado.

La calle Tentenecio, además de este nombre ha tenido otros a lo largo de su historia. Antes del milagro, existen documentos del siglo XV que mencionan a esta vía como la calle de Santa Catalina, un nombre que probablemente se debe a la proximidad de la capilla homónima en el claustro de la Catedral Vieja. A mediados del siglo XIX, el Ayuntamiento de Salamanca decidió renombrar la calle como calle de San Juan de Sahagún. Este nombre se mantuvo hasta el 4 de octubre de 1937, cuando se restableció el tradicional nombre de Tentenecio.

San Juan de Sahagún

El fraile agustino, cuyo verdadero nombre era Juan González del Castrillo, nació en Sahagún, León, en 1430. Falleció el 11 de junio de 1479, aunque no se sabe el motivo de su muerte, se debate entre si fue envenenado o si en realidad fue apuñalado. Fue canonizado por el papa Alejandro VII en 1691 y, desde 1868, es el patrón de Salamanca, cuya festividad se celebra el 12 de junio.