Nereida Sanchón, cantar con los ojos cerrados
Qué cosa tan bonita tiene esta niña. Junto al río que nos lleva, tiene Nereida Sanchón la levedad de una gacela, la ligereza de sus veinte años, sus trenzas, su diminuto tatuaje, su gusto por los videojuegos, los streamers… Sin embargo, cuando habla hay en su voz una seguridad sorprendente, vocación de agua que canta, segura de sus dones. Es sosegada y firme, con la profunda hondura del que sabe, cualidad flamenca de un quejido viejo de tiempos inmemoriales. Tiene veinte años y una voz del pasado, una forma de cantar de legado hondo, herencia emocionada. Fue Pedro Pérez Castro quien nos dijo de esta criselefantina: “Escuchadla cantar «La llorona»”, y la vieja canción mexicana de antiguos dolores surgió de esta sirena niña, de esta muchacha breve como junco de la orilla con la profundidad de una emoción que roza a todo el que la escucha…
Charo Alonso: ¿Cómo eliges las canciones que versionas, que haces tuyas? La última que te he oído es “La gata bajo la lluvia”.
Nereida Sanchón: Yo soy muy defensora de lo antiguo, creo en las versiones de canciones y artistas antiguos porque es la influencia que tengo. Forman parte de mi vida y es lo que oigo realmente a diario y, a veces, con una canción que me gusta, cuando la escucho me visualizo cantándola.
Carmen Borrego: Esa canción es muy viral, la gente joven la canta y la sube a Instagram, a Tik tok.
N.S.: La subió un dj de un modo más tecno y luego la versionaron en OT y yo, ya después, viendo que se ha puesto otra vez de moda, la he cantado en un parking que tiene una sonoridad muy especial.
Ch.A.: Has participado en el concurso de “La Voz”, pero llevas muchos años cantando a pesar de lo joven que eres. ¿Qué piensas de una educación creativa, como la que tuviste?
N.S.: El Maestro Ávila es un colegio que se mueve mucho y hace actividades muy diferentes. Con los musicales pude entender mejor lo mucho que me iba a gustar la música, lo mucho que ya me gustaba y lo mucho que la disfrutaba. Se debería intentar aplicar más la práctica, que el propio niño haga cosas él solo y no siga un guion siempre.
Ch.A.: ¿Qué tal de alumna eras en la clase de literatura?
N.S.: ¡Empiezas fuerte! Me gustaba mucho y me costaba un poco.
Ch.A.: Lo decía porque escribes tus canciones… ¿Cómo lo haces, primero la letra y luego la música?
N.S.: Depende, hay veces que me sale una música muy clara, con una serie de acordes y luego, hay veces que estoy sentada y se me ocurre una letra. Se lo he escuchado a más gente, a lo mejor estoy echada en la cama, ya para dormirme, y me da una venada y me pongo en las notas de voz a cantar bajito (porque si no, van a pensar en mi casa que estoy muy mal, jajaja) y voy guardando ahí todas las ideas. Me vienen solas cuando quieren y las voy apuntando. He intentado componer en lugares más públicos pero no, tengo que estar sola.
Ch.A.: Viéndote en directo llego a la conclusión de que eres muy sencilla, vistiendo, saliendo al escenario…
N.S.: A ver, dentro de todo lo que hago no es la parte a la que más importancia le doy… No significa que no me importe, me importa mucho. Hoy he dicho, a ver, un vestido y ya está, yo voy muy así. Mi madre siempre me dice, cógete algo, ponte esto, lo otro. Yo voy vestida porque hay que ir vestida, pero no me complico mucho.
Ch.A.: Pero sí cuidas mucho una seña tuya de identidad que es el pelo.
N.S.: Sí. Mi pelo para mí es una parte de todo lo que hago, porque parece una tontería, pero es verdad, mi pelo es el que me da muchas veces fuerza cuando estoy cantando, es el que me da la seguridad que me hace falta, y me gusta soltármelo cuando canto porque me hace estar más firme. Una vez me lo corté y estuve llorando muchísimo tiempo.
C. B.: Es una barrera protectora, te envuelve. ¿Sientes miedo en el escenario?
N.S.: Sí, correcto, el pelo me da seguridad. El miedo… yo me subí por primera vez a un escenario con ocho años, muy prontito, y verte ahí con mucha gente mirándote impone mucho. Tengo anécdotas… Hoy lo trato con más tranquilidad, es algo que me gusta mucho y que disfruto cada día más.
Ch.A.: Cada vez eres más conocida, te seguimos, ¿sientes cierta responsabilidad?
N.S.: Yo lo estoy notando sobre todo con las composiciones, porque voy a sacar prontito música mía y pienso: ¿Será lo que la gente está esperando? Yo versionar siempre voy a seguir versionando, porque son canciones que me gusta modernizar, pero hay que sacar algo propio y que la gente pueda conectar con lo que estoy contando.
Ch.A.: Me sorprende ese quejío tuyo, que te guste el flamenco, incluso pensé que venías de una familia de raíces gitanas… te sale de forma genuina.
N.S.: Yo escucho muchísimo flamenco, sé que en mi entorno y a mi edad no suele ser así, depende de lo que te hayan enseñado. Nosotros estamos muy ligados, como ya he dicho alguna vez, a Andalucía por mis abuelos, a esa música. Me fascina todo ese mundo, aquí me fascina Amos Lora, que toca increíble, yo lo sigo muchísimo. Todo el que hace flamenco para mí tiene el respeto máximo. El flamenco puro siempre estará ahí.
Ch.A.: ¿Y no dices, dejo la música aflamencada y voy directamente al flamenco?
N.S.: Siempre digo que yo al flamenco le tengo mucho respeto y que yo para nada me considero cantante flamenca, soy muy fanática de él, lo escucho mucho y lo vivo mucho. Al principio hacía mis pinitos con esa música y con algunos palos del flamenco, pero a mí, realmente, lo que me gusta es conectar esa raíz con algo más popero, me gusta la mezcla.
Ch.A.: ¿Qué tal vives el directo? ¿Prefieres un teatro como el Nuevo Alcalá o un espacio abierto?
N.S.: Creo que la parte más bonita de todo esto es conectar con las personas en el momento. Un directo se vive para todos, no solamente para el que canta, sirve para conectar más con los músicos. Y cada lugar aporta algo diferente, en el teatro se guarda mucho la acústica, pero un espacio abierto te llena cuando es tan precioso como los lugares en los que he tocado, como la Casa Lis.
C.B.: Ese lugar es mágico. Tienes una manera muy especial de cantar, te me pareces a mucha gente y a ninguna. Versionas con alma y cantas de una forma muy especial, como si estuvieras sola.
N.S.: Yo siempre intento, ya que versionas, por lo menos salir de las versiones que hay, darle un toque diferente, único. Y es verdad lo que dices, me han comentado: abre los ojos de vez en cuando… Pero a veces, hay canciones que vivo tanto y que siento tanto, que las vivo como desde dentro. La gente lo está escuchando pero yo lo estoy viviendo.
C.B.: Eso no está ni mecanizado ni ensayado. Ni tú estás mecanizada ni ensayada.
N.S.: Yo me preparo mis guiones cuando hago conciertos y me olvido de algunas cosas, meto otras… Me gusta mucho el directo y el ahora, el como salga, la naturalidad del momento.
Ch.A.: ¿Dónde te va llevar esta carrera tuya?
N.S.: Yo tengo muchas ganas de abrirme a cosas nuevas, este verano estoy trabajando en muchos lugares y estamos súper felices. Ya me irá diciendo la vida dónde ir. Por lo pronto, cuando se pase este verano, entraré de lleno en las composiciones propias, sacaré música propia.
Ch.A.: Tocas con una banda, ¿cómo es la experiencia? Porque la cabeza del proyecto eres tú, gestionas tú, tienes que estar atenta a muchas cuestiones complejas y ¡Mandas tú!
N.S.: Desde que empecé con la banda ha habido muchos cambios, pero sé que los que siempre han estado ahí van a seguir estando y los que han ido cruzándose en el camino me han enseñado mucho. Vas afianzando y tengo a mis padres a los que doy las gracias porque me han quitado de muchísimo trabajo, pero es verdad que me toca ahora hacer y deshacer. De todas formas, a mí mandar no se me da muy bien, pero cada día aprendo cosas nuevas y a resolver problemas nuevos.
Ch.A.: En el programa de televisión has conocido a mucha gente importante. Momento fan: ¿Quién te ha impresionado más?
N.S.: No tanto fan, que sí lo era de esta persona. Pero gracias al concurso he conocido a una persona maravillosa que, sabía que tenía un gran corazón, pero no sabía hasta qué punto, que ha sido Israel Fernández. Para mí ha sido un descubrimiento total, me parece una persona maravillosa, que no le importa para nada darte lo que tiene, y darte tu espacio, me ha fascinado. Y encima, son personas que te hacen decir: ojalá yo pueda verme así cuando tenga la oportunidad de dejar ese espacio a otro artista. A muchos ahí se les olvida el otro, entonces, el verlo a él es “Yo quiero ser así”. Es algo mágico.