En el argot militar, dar una vuelta al horizonte es describir y valorar, en un recorrido de 360º desde el lugar en que uno se encuentra hasta el horizonte, todos los accidentes topográficos, obstáculos, núcleos de población, vías de comunicación, recursos logísticos; en una palabra, todo aquello que pudiera ser importante en una hipotética acción bélica. En todo planeamiento previo, el reconocimiento del terreno tiene una importancia capital. Emprender una acción a ciegas equivale a una derrota segura.
España no está pasando precisamente por uno de sus mejores momentos y bueno será dar una vuelta al horizonte que nos domina y ver el panorama que se divisa en los 360º de nuestra situación actual.
Con los pies firmemente apoyados en nuestro punto de observación, debemos comenzar a describir y valorar la realidad que tenemos ante nosotros. Comencemos por el mayor obstáculo. Se trata de un Presidente que pretende dar lecciones de democracia y progresismo, pero que adolece de la antidemocrática y antiprogresista costumbre de mentir a todas horas. No conforme con eso, no le duelen prendas a la hora de saltarse las leyes que signifiquen una barrera para sus planes; arremete descaradamente con quienes le llevan la contraria y, para congratularse con quienes le mantienen en el cargo, está dispuesto a dejar sin efecto las condenas que han recaído sobre ellos por haber querido atentar contra el sistema de gobierno, la unidad territorial y la convivencia entre todos los españoles.
Ha colonizado los organismos judiciales en tal medida que ha llegado a modificar de raíz la misión de la Fiscalía de forma que, cuando el sujeto encausado es de su cuerda, o pertenece al grupo de los que sujetan su sillón, podrá contar con la ayuda de su propio defensor y la del fiscal de turno. Ya lo ha reconocido públicamente: ¿De quién depende el fiscal? Pues eso.
No ha sentido vergüenza para negociar en el extranjero con los huidos de la justicia hasta amnistiarlos para no perder su apoyo, ni ha dudado a la hora de condonar deudas a cambio de votos.
Cuando los casos de corrupción arrecian, hay que hacer desaparecer los añejos borrones que siguen salpicando la honradez del PSOE. Todavía colea el tema del “EREGATE” y trece años no han sido suficientes para saber dónde están los millones que faltan. Demostrado y sancionado que la UGT andaluza dilapidó 680 millones de euros (113.000 millones de pesetas) destinados a complementar la retribución de sus compañeros en paro. Conviene aclarar que todavía está pendiente de calcular lo desfalcado durante otros tres años, con lo que la cifra anterior puede alcanzar los 1.000 millones. Sánchez decreta que todo es pecata minuta. El manto de la amnistía ha borrado cualquier resquicio de desfalco y todo el mundo a la calle
Éramos pocos y parió la abuela. Aún recuerdo las bromas de los críticos con Felipe González cuando exclamaban aquello de: ¡Felipe, colócanos a todos! Se ve que ese anhelo ha calado hondo en el particular progresismo sanchista porque ahora sale a la luz la posible implicación de la esposa del presidente en un turbio afer por el que está siendo investigada ¡Qué mala suerte! El hermano de Pedro también está en los papeles por “huir de su sombra”. Tras reñidísima oposición – esa plaza nunca salió a concurso-, fue nombrado Director de Artes Escénicas de la Diputación de Badajoz. Dotado de batuta mágica, fijó su residencia en Portugal, no para dirigir la orquesta “on line”. No; ahora resulta que las malas lenguas de los fachas dicen que lo hizo para no pagar impuestos en España !No hay derecho! ¿Para cuándo dar el nombre del juez Peinado a una estación madrileña?
Huele tan mal este asunto que Sánchez se ha apresurado a firmar la amnistía de los dos máximos responsables condenados por el desfalco andaluz para que el hedor no siga contagiando un ambiente que comienza a ser irrespirable. Hay que ir limpiando el camino, aunque se vaya amontonando la suciedad en las cunetas y acabe por inundar otra vez la calzada. Los dos ex presidentes de la Junta declararon desconocer el fraude de sus subordinados. Si es verdad, son reos de la culpa “in vigilando” y, por añadidura, inútiles. Haremos un acto de fe.
Avancemos en nuestra vuelta. Si la ignominiosa cesión de prebendas que ha negociado Sánchez en Cataluña significan toda una bofetada en la dignidad de los españoles, lo concedido a los separatistas vascos no se queda atrás. El no va más de la deshonra es apoyar su acceso al poder en partidos que nunca han condenado los crímenes de ETA y suavizar las penas de los pistoleros que continúan en prisión, permitiendo que se rinda homenaje a los que salen de ella sabiendo que no se arrepienten de nada y se niegan a colaborar en la identificación de los responsables de más de trescientos asesinatos sin resolver. Si quiere ver el estado de ánimo de muchos españoles, comience por preguntar a los familiares de las víctimas.
La marea arrecia y el cerco se estrecha sobre Sánchez. El Juzgado de Instrucción nº 41 de Madrid ha provocado un terremoto en el subsuelo de La Moncloa llamando a declarar por segunda vez a la esposa del Presidente, -que, acogiéndose a su derecho, no ha colaborado con el juez. Para poder recabar más información, el juez ha decidido citar al esposo en calidad de testigo. Por ley, tampoco está obligado a declarar en contra de su esposa, pero sí a decir la verdad ¡Mala la hubisteis, juez Peinado!, porque Sánchez no sabe hablar sin mentir. Ministros y ministras de todos los colores no se cortan a la hora de amenazar al juez. Ninguno de ellos se quejó cuando fueron citados a declarar los dirigentes de otros partidos. Este es el progresismo de la ley del embudo.
En este estado de cosas, las cocinas de La Moncloa trabajan a destajo y está a punto de salir la propuesta sanchista de un nuevo Plan de Regeneración Democrática. Vistos los motivos que justifican esta repentina necesidad, todo parece indicar que estamos a punto de conocer lo que piensa legislar Sánchez sobre los medios de comunicación que se permitan el lujo de investigar la labor del gobierno. Ya no se conforma con repartir la publicidad oficial y los fondos europeos de forma clamorosamente asimétrica; ahora amenazan también a los periodistas.
Lo dicho, esta vuelta al horizonte no presagia nada bueno.
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