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España gana, ganan los españoles
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Al cabo de la calle

España gana, ganan los españoles

Actualizado 20/07/2024 09:14
Francisco Aguadero

La Selección Española de Fútbol y el tenista Carlos Alcaraz han llenado de ilusión a todo el país. Lástima que esa ilusión transversal sea flor de unos días. Quedará en el contexto internacional el poso de la buena imagen y mejor reputación de España, como campeona europea de fútbol y paso firme en el mundo del tenis, al proclamarse el español Carlos Alcaraz campeón de Wimbledon. España gana, ganan los españoles.

Tras un año de lo más complicado en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) con el caso Luis Manuel Rubiales Béjar (más conocido como Luis Rubiales) presidente de la RFEF entre 2018 y 2023 y vicepresidente de la UEFA entre 2019 y 2023, sobre el que se han vertido ríos de tinta, sus consecuencias en el mundo deportivo, en la igualdad de género y en los tribunales. Así como el caso de su sucesor en el cargo Pedro Rocha, recientemente sancionado e inhabilitado por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para no poder seguir al frente de la RFEF ni de ninguna otra federación deportiva durante dos años. En medio de ese ambiente tan borrascoso y negativo, la Selección Española de Fútbol va y gana, ante la también finalista Selección Inglesa, la cuarta Eurocopa, único país que alcanza tan merecido galardón por cuarta vez. España gana, ganan los españoles.

Por otra parte, en el mismo día 14 de julio de 2024, Carlos Alcaraz ganó el Campeonato de Wimbledon, el torneo de tenis oficial más antiguo del mundo que se realiza anualmente en el All England Lawn Tennis and Croquet Club en Wimbledon (Londres) desde 1877 sobre pistas de hierba y al aire libre. Es el evento tenístico más grande del mundo, con máximo prestigio y uno de los cuatro torneos de Grand Slam (torneos de tenis más importantes por otorgar a los ganadores el mayor número de puntos para la clasificación mundial) junto con el Abierto de Australia, el Abierto de Francia y el Abierto de Estados Unidos. Y lo ganó Carlos Alcaraz frente al ex número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, haciendo historia con una final épica. España gana, ganan los españoles.

Los efectos positivos y beneficios del éxito de la Selección Española de Fútbol, también conocida como La Roja, son un buen reflejo de la España diversa actual y el resultado de haber conseguido poner en comunión a un país polarizado, como el nuestro. Estamos en un momento y circunstancias de la vida política y social española en el que la polarización, el enfrentamiento y la fragmentación, parecen acaparar tanto la conversación pública como la privada, aunque esta última en menor medida. El gran éxito de la Selección Española de Fútbol se ha convertido en un punto de encuentro para la celebración, sino de todos sí de la inmensa mayoría de los españoles.

Al igual que ocurriera hace casi un año con la victoria mundial de la Selección Española Femenina de Fútbol, es evidente el efecto emocional espontáneo y generalizado que el equipo nacional de fútbol masculino ha conseguido en millones de españoles de cualquier tendencia política, rango social o territorio, especialmente con los más jóvenes con quienes ha conectado de forma espectacular. Las audiencias millonarias durante el campeonato europeo y el entusiasmo suscitado por todos y cada uno de los jugadores, convocados por el seleccionador Luis de la Fuente, ponen de manifiesto que los sentimientos y las emociones generan una fuerza mayor, difícil de conseguir por otros caminos.

No es cuestión de excederse concediendo a los deportes de masas poderes excepcionales sobre el comportamiento humano con base en su componente sentimental y su naturaleza competitiva, pero no es menos cierto que se prestan a opiniones e interpretaciones hiperbólicas que, en muchos casos, acaban en un uso político descarado. Ejemplo palmario de ello fue cuando Argentina ganó su primer Campeonato del Mundo de Fútbol en 1978 y que la dictadura militar trató de utilizarla como una forma de legitimarse así misma ante la opinión pública internacional. O el cómo los estados y sus gobernantes de la antigua URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) concebían el triunfo deportivo como una muestra de superioridad en plena Guerra Fría y se volcaban en su consecución, mientras practicaban una política bastante menos humanitaria para con los ciudadanos comunes.

Hasta ahí, con la práctica de un juego de calidad, una profunda labor de equipo y un alto espíritu deportivo, España gana, ganan los españoles. Otra cosa es cuando se abandona el campo de fútbol y entran en juego los matices políticos y los comportamientos cívicos, áreas en las que hay mucho espacio para la mejora. El protagonismo mediático que correspondía a la gran épica colectiva de ser campeones, quedó opacado por comportamientos individuales como el frío e irrespetuoso saludo de Carbajal al Presidente del Gobierno, que lo es de todos, independientemente de la ideología o pensamiento que tengamos cada uno. Con el hecho de no mirarle a la cara durante el saludo no solo rompió el protocolo que rige las recepciones institucionales, sino que también mostró una falta de educación, algo incompatible con los valores del deporte.

Tampoco ha sido del gusto de todos la fiesta de celebración realizada el lunes en torno a la Plaza de Cibeles. La retransmisión global de esa fiesta era otra oportunidad para mostrarle al mundo que se sabe ganar y divertirse, como corresponde tras alcanzar el campeonato europeo. Pero no aprovechamos esa oportunidad. Al contrario, más bien pareció una fiesta un tanto cutre propia de una despedida de soltero. Junto a la tardanza en el comienzo de los actos, aparecieron los protagonistas sin la tradicional camiseta identificativa de la Selección y representativa del país, España, incluso alguno llegó a estar descamisado. Afloraron las faltas de respeto con la embriaguez de algo de los protagonistas y del público, volaron botellas de vidrio, se corearon cánticos racistas y alusiones a Gibraltar que provocaron un comunicado de protesta por parte del Gobierno gibraltareño.

Desde aquí reconocemos la gran valía y alta calidad de la actual Selección Española de Fútbol, agradecemos su aportación a la buena imagen y reputación de España y deseamos mucho éxito a la Selección Olímpica Española de Fútbol que en los próximos días debutará en los Juegos Olímpicos de París. Como diría Juan Antonio Samaranch, a la sazón Presidente del Comité Olímpico Internacional, durante los Juego Olímpicos de 1992: “lo que necesitamos es ganar medallas” para superar divisiones y encontrar más unión y entusiasmo entre los españoles.

Escuchemos a Queen en We Are The Champions:

https://www.youtube.com/watch?v=zJBE7vfXou4

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© Francisco Aguadero Fernández, 19 de julio de 2024

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