Parajes de difícil acceso protegidos de multitudes
Entre las más conocidas playas europeas, se encuentran otras sólo aptas para personas con condiciones físicas adecuadas para descender empinadas laderas o, al menos, recorrer un buen trozo de sinuoso camino a pie, antes de descubrir un pequeño y reservado paraíso donde extender la toalla.
La plataforma European Best Destination ha publicado la lista de 16 playas recónditas de Europa, esas que encontraremos casi vacías, en lugares de belleza inhóspita y con la cualidad apetecible de creerse muy lejos, aun estando muy cerca de la civilización.
La playa de Ponta Pequena, la playa de João d´Arens y la playa de Alpertuche son las tres playas portuguesas que se cuelan en esa lista, donde también aparecen playas españolas, italianas, griegas, croatas y turcas.
Las playas de Ponta Pequena y João d´Arens están en el Algarve y la playa de Alpertuche en la Serra da Arrábida, en Setúbal. Todas son solamente accesibles en barco o a pie.
Según European Best Destination, para realizar esta lista se han basado en los votos de viajeros de todo el mundo.
Alpertuche está en pleno Parque Natural da Serra de Arrábida, entre Sesimbra y Setúbal, al sur de Lisboa, una reserva protegida del tráfico rodado, con circulación muy limitada durante los meses de verano, para preservar al máximo este patrimonio natural. Se trata de una playa minúscula, sin acceso directo, con el mar enfrente y la sierra atrás, un lugar que merece la pena atesorar egoístamente.
En el Algarve occidental está la playa de João d´Arens, entre Portimão y Alvor. Escondida entre acantilados, solo es accesible con marea baja por un empinado sendero que desciende desde la punta de un despeñadero, no apto para todo tipo de movilidades.
Según se dice, la playa lleva el nombre de un pastor de la zona. Está divida en dos partes por un peñasco, aunque unidas a través de un túnel abierto por la erosión. Esté atento a los cambios en las mareas y al posible desprendimiento de rocas.
Un poco más hacia el Algarve central y también de difícil acceso encontramos la Praia da Ponta Pequena, medio escondida en una gruta, entre figuras rocosas dibujadas por el mar.
La región del Algarve es la que presenta más diversidad de playas y ambientes en el Portugal peninsular. Desde las casi desérticas, hasta las abarrotadas. Desde las playas surfistas, a las nudistas o aquellas para familias con todo tipo de servicios. Con 300 kilómetros de costa, el Algarve es la región portuguesa que ofrece mayor concentración de banderas azules.
Ni que decir tiene que estas “playas secretas” no cuentan con ningún tipo de servicio cerca, ni socorristas ni vigilancia. Por su discreción, en algunas se practica el nudismo. Aquí sólo hay cielo, mar, arena, rocas y silencio. Nada más. Y nada menos.