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La escultura de Santiago Apóstol se expone en Medina del Campo
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ALBA DE TORMES

La escultura de Santiago Apóstol se expone en Medina del Campo

Actualizado 30/06/2024 08:39
Roberto Jimenez

La valiosa pieza de Juan de Montejo se puede contemplar habitualmente en el camarín del sepulcro de Santa Teresa de Jesús

'El escultor Juan de Montejo y la Abadía de Medina del Campo' es el título de la exposición en la que colabora el Museo Carmus y que tendrá lugar en Medina del Campo en el Museo las Ferias, concretamente en la Sala Simón Ruiz del 27 de junio al 8 de septiembre de 2024. La muestra está organizada por la Fundación Museo de las Ferias, con la colaboración del Ayuntamiento de Medina del Campo y la Diputación de Valladolid.

La exposición cuenta con la participación del profesor Sergio Pérez Martín, uno de los mejores conocedores de la obra de Montejo y autor del estudio monográfico del libro catálogo que acompaña a la exposición. La colección expuesta consta de una docena de magníficas esculturas y relieves procedentes, entre otras instituciones, del Museo Nacional de Escultura, el Museo Carmus de Alba de Tormes, la Catedral de Zamora o la Colegiata de San Antolín de Medina del Campo, así como con documentación original del Archivo Simón Ruíz.

Para esta ocasión el Museo Carmus ha cedido una brillante talla de Santiago Apóstol del siglo XVI, obra de Juan Montejo.

Juan de Montejo y el Carmelo Albense

El gran escultor Juan de Montejo nace en Salamanca a mediados del s. XVI y muere en Alba de Tormes (Salamanca), el XI-XII.1601. Seguidor de Juan de Juni. Perteneciente a una influyente familia de artistas salmantinos.

A finales de la década de 1570 se encontraba trabajando en la diócesis de Zamora, concretamente en la villa de Fuentesauco y en la propia Zamora. Durante la década de 1580 recogió algunos encargos de la vicaría de Toro.

La década de 1590 fue la etapa más fructífera de este escultor. Su amplio taller le permitió atender gran número de encargos e incluso extender su radio de acción a la ciudad de Salamanca, donde se asentó en los últimos años y desde donde recibió encomiendas de las vicarías de Alba de Tormes y Medina del Campo.

En Alba de Tormes son los más destacados los encargos para el convento de las Madres Carmelitas Descalzas de la Villa Ducal. La fachada de la Basílica de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, donde se venera el sepulcro de Santa Teresa de Jesús, se debe a sus cinceles y el sepulcro de Simón Galarza y su mujer es un primor ornamental, en la misma Basílica, demostrativo de su capacidad técnica en el trabajo de la piedra.

En Medina del Campo, entonces vicaría salmantina, se conserva un San José con el Niño en el colateral de la Epístola de la iglesia del Hospital de Simón Ruiz, documentado por el propio Montejo en su testamento.

Redactó su postrimera voluntad el 13 de noviembre de 1601. Estuvo casado con Isabel Vázquez, con la que tuvo tres hijos: Isabel, Juan y José. El segundo siguió los pasos de su padre y trabajó con él en su taller, siendo el encargado de terminar las obras pendientes a la muerte del progenitor. Su vocación religiosa lo llevó a profesar como monje bernardo en el Monasterio de la Santa Espina de Valladolid.

Obras: Retablo, Jambrina (Zamora), c. 1590; Retablo, Morales del Vino (Zamora), c. 1590; Nacimiento de San Juan Bautista, Museo de Arte Antiga, Lisboa, c. 1590; Retablo, San Cipriano (Zamora), 1592; Sepulcro de Simón de Galarza en las Carmelitas Descalzas, Alba de Tormes (Salamanca), c. 1595; Retablo de la capilla sacramental, catedral, Zamora, 1596; Nacimiento, catedral, Zamora, c. 1600; San Antonio Abad, Jambrina (Zamora), c. 1600.

El escultor Juan de Montejo es una de figuras más personales e interesantes –pero, a la vez, de las más desconocidas– de la plástica escultórica del tercer cuarto del siglo XVI en el occidente castellano. Nacido en Salamanca en 1555, en el seno de una saga familiar dedicada al arte de la pintura, pudo formarse en el entorno vallisoletano o con algún maestro conocedor del estilo de Juan de Juni, sustrato sobre el que asienta toda su obra. A partir de aquí, su vida transcurre entre las diócesis de Salamanca y Zamora, con algunas incursiones a fines de la década de 1590 en los territorios de la antigua abadía de Medina, por entonces ya integrados en la nueva sede de Valladolid. En Medina del Campo Montejo toma contacto con escultores como Francisco de Rincón, Pedro de la Cuadra, Esteban Jordán, etc., gracias a las grandes empresas del Colegio de los Jesuitas y del Hospital Simón Ruiz.