Estas mujeres tardan de media 18 años en solicitar ayuda
La Asociación Proyecto Hombre ha presentado hoy el Informe 2023 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento, en la Asociación de la Prensa de Madrid.
El porcentaje de mujeres atendidas en Proyecto Hombre ha descendido levemente con respecto al año pasado, pasando de un 18,6% a 16,7%, mientras que el número de hombres se mantiene estable o en aumento.
“Tenemos que visibilizar una realidad dura que nos afecta a todos directa o indirectamente. No podemos mirar hacia otro lado. No se trata de poner sobre la mesa números y datos sino vivencias reales personas que están peleando en el día a día por un cambio de vida y necesitamos que esta sociedad sea más solidaria que sea capaz de reinsertar”, explica Manuel Muiños, presidente nacional de la Asociación Proyecto Hombre, durante la presentación del Informe 2023 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento.
Para Proyecto Hombre el sexo es un factor condicionante cuando se trata del uso y abuso de sustancias y, por lo tanto, la aplicación del enfoque de género en el ámbito de las adicciones es una necesidad, una cuestión de derechos y de efectividad de sus intervenciones.
La edad media de las mujeres que acuden a los centros es de 41,6 años, más de dos años superior a la del hombre (39,9). En las mujeres el consumo problemático de alcohol (46,8%) adquiere mayor protagonismo que el de cocaína (35,5%) a diferencia de en los hombres, que la cocaína ocupa el primer lugar (41,9%) y en segundo lugar el alcohol (33,6%). Por primera vez, la cocaína ha alcanzado el 35,5% de referencia en los ingresos de mujeres; una tendencia ascendente desde 2018.
“La diferencia en el consumo de alcohol en grandes dosis entre hombres y mujeres (33,6% ellos, frente a 46,8% ellas), es un dato que nos ha impactado. El hecho de que el alcohol sea una droga legal y cuyo uso esté aceptado socialmente, hace que la percepción de riesgo disminuya y que estas mujeres normalicen su consumo y tarden más tiempo en pedir ayuda”, afirma Ángeles de la Rosa, coordinadora de la Comisión de Evaluación de la Asociación Proyecto Hombre.
Las benzodiacepinas y otros sedantes (como sustancia principal de acceso a tratamiento) siguen siendo comparativamente superior entre las mujeres (1,4%) frente a los hombres (0,6%). Otra sustancia de uso legal.
La tendencia general es que las mujeres inician el consumo regular o problemático a mayor edad que los hombres. Destaca de manera especial el alcohol en grandes cantidades 5 años más tarde, a los 26 años y otros opiáceos/analgésicos, que se inicia 4 años más tarde también en mujeres (28,6).
“En general, las mujeres tienden a silenciar o a ocultar su consumo. Tardan, de media, aproximadamente 18 años en pedir ayuda. La normalización del consumo de sustancias como el alcohol o las benzodiacepinas, la baja percepción del riesgo, el temor al estigma o priorizar el cuidado de los demás, suelen ser los motivos para retrasar el tratamiento. En muchos casos tienen miedo a perder la custodia de sus hijos e hijas al hacer pública su adicción y suelen contar con menor apoyo familiar, económico y social. Un 10,2% viven solas con sus hijos, frente al 1,6% de los varones. Por eso, cuando por fin deciden acudir, lo hacen física y psicológicamente más afectadas”, afirma De la Rosa.