Tres vaquillas lograron traer los caballistas y una de las reses se dio la vuelta a las puertas de la plaza de tientas y volvió al campo
El Payo ha vivido con paroxismo la festividad de San Juan Bautista durante todo el fin de semana. Desde se izara la viga el viernes por la tarde, los payengos han disfrutado de una apretada agenda cultural y taurina en la cual los encierros a caballo han sido la novedad de estas fiestas patronales.
El domingo y último día de celebraciones tuvo lugar un encierro a caballo en la cual la participación de jinetes fue magna, al igual que lo fue la asistencia de público que aguantó pacientemente los cuarenta minutos de retraso desde la hora programada bajo un sol de justicia.
La cosa no se dio de igual manera que el día anterior, solamente tres vaquillas lograron traer los caballistas desde el campo hasta la plaza de tientas y, una de ellas se dio la vuelta volviendo de nuevo al lugar de salida en pleno campo, revirtiendo los jinetes de nuevo a buscarla.
A pesar de esto contado, el espectáculo campestre siempre agrada la vista y la espera mereció la pena, aunque no fuera el resultado esperado por la afición llegada de las zonas limítrofes de Extremadura y Portugal, además de la comarca mirobrigense.
Con la tarde dominical llegaba la recta final de la programación festiva que puso su broche final a ritmo de música latina.