Llevaba cerca de 40 años como docente de infantil en el mismo centro y en el último día se encontró con una gran sorpresa
Pilar López Merino acudía a su lugar de trabajo, pero no era un día más, era el último de su vida laboral, ya que había alcanzado la edad de la jubilación. Por eso, los escolares y docentes del centro en el que llevaba cerca de 40 años como profesora de Educación Infantil, el Colegio Sagrado Corazón (Jesuitinas), en Salamanca capital, le habían preparado una gran sorpresa.
Organizaron un gran pasillo humano que tuvo que recorrer, muy emocionada, entre los aplausos de todos, donde pudo leer también carteles en los que le daban las gracias por su labor, y al final recibió un hermoso ramo de flores. Sin duda, una escena que recordará toda su vida.