Es una gran lacra social que nosotros también lo vivimos en las casas escuela. Evidentemente intentamos combatirlo con educación. Dedicamos nuestros esfuerzos a empoderar a chicas y chicos que en nuestro caso mayoritariamente provienen unas y otros de la exclusión social.
Se acentúa cuando hay problemas de apego, viniendo del abandono o de los abusos ya de adultos, incluso de la propia familia.
El miedo a perder a la persona de la que creen estar enamoradas o enamorados suele provocar celos bastante patológicos. Los celos suelen ser en ambas direcciones, lo que agrava la discriminación por sexo suele ser de bagaje cultural, social y de diferencias físicas. La violencia masculina es mayoritariamente más letal.
Hay un machismo histórico que estamos combatiendo en la escuela. Pero queda mucho recorrido. Tenemos muchos protocolos de protección aunque nunca son suficientes.
Las redes sociales complican las seguridades de todos. Hay un condicionamiento de los gustos y de las relaciones de pareja y sexuales.
La autoestima se debilita cuando te autoexiges unos patrones de belleza, de comportamiento o de éxito. Descubrir quién soy se convierte en un enigma.
Llevo siendo feminista toda la vida consciente, aunque difiero de muchas proclamas de algún grupo actual que politiza las desgracias de mujeres y niñas con las que no han compartido vida.
Nosotros hemos hecho muchas denuncias de chicos y mayores por supuestos acosos y abusos. Con los menores mientras cumplían la pena seguimos trabajando sus estudios y su reeducación.
En todos nuestros programas educativos buscamos el empoderamiento de las chicas en sus relaciones. Esto se hace en terapias individuales y colectivas, entre chicas, entre chicos y mezclados. Se trabaja en asambleas, en el deporte, en el circo, en el cine y en la música.
La autonomía emocional no puede ser una utopía, construirla en chicas con autolesiones e intentos de suicidio es posible. He visto niñas en Marruecos que no se atrevían a soñar y he visto niñas aquí en Salamanca que no se atreven a querer por miedo. Debemos contribuir a la construcción de seguridades individuales y colectivas que no les avoquen a riesgos irreversibles.
Los roles de género se van difuminando tenemos soldadoras, mecánicas y muchas integradoras sociales y pocos integradores. Las asambleas las lideran las chicas.
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