El mantenimiento de un vehículo eléctrico es más barato que cualquier otro coche
Actualmente, todos los vehículos eléctricos están equipados con las mismas tecnologías y comodidades que cualquier otro coche del mercado. La diferencia está en el motor de combustión: se usa la electricidad en lugar del combustible (gasolina o diésel). El precio de compra es la única variable a la hora de elegir entre un tipo u otro de vehículo, porque el coste del mantenimiento suele ser más asequible en un eléctrico. ¿Entonces? Quizá un problema sea el desconocer qué ayudas estatales y autonómicas existen para comprar un coche eléctrico. ¡Te ayudamos!
Aunque se espera que el Gobierno de España avance algunas novedades económicas, en estos próximos meses, con el objetivo de impulsar las compras de coches eléctricos, actualmente ya existen importantes bonificaciones englobadas dentro del Plan Moves III (que se actualiza cada cierto tiempo), el cual también incentiva la adquisición de coches híbridos enchufables.
Estas ayudas económicas (que deberán reflejase en la declaración de la Renta de toda persona física), en términos generales, son las siguientes:
· 4.500 euros de ayuda económica para comprar un coche eléctrico cuyo coste sea inferior a los 45.000 euros (IVA aparte).
· Otros 2.500 euros de bonificación si se entrega un coche de más de siete años de antigüedad (el mismo iría destinado a chatarra).
· Y otros 1.000 euros de ayuda de parte de los fabricantes de coches eléctricos.
Estas ayudas estatales tendrían un suplemento de un 10% de ayuda económica en aquellas personas con una movilidad reducida; en aquellas personas dedicadas al transporte de viajeros y para aquellas otras personas que tengan una residencia fija en municipios de menos de 5.000 habitantes censados. Asimismo, existe una deducción del 15% en la Declaración de la Renta, aunque con un condicionante: no superar los 20.000 euros a deducir.
Si bien es cierto que desde las diferentes asociaciones de fabricantes se reclaman mejores ayudas (los coches con el precio más baratos representan sólo el 4% de las ventas), y máxime si nos comparamos con otros países europeos donde el uso del vehículo eléctrico está más extendido que en España. Pese a ello, el mercado ofrece la opción de adquirir un coche de estas características desde los 20.000 euros, cumpliendo de esta forma con todas las características establecidas en los decretos de las ayudas públicas para coches eléctricos del Gobierno de España.
Posteriormente, y de forma compatible con las ayudas indicadas en anteriormente, todo usuario puede acogerse a las bonificaciones establecidas en cada Comunidad Autónoma. Eso sí, salvo alguna excepción, tanto las ayudas estatales como locales requieren de un cierto tiempo administrativo; es decir, no son ayudas ni directas ni inmediatas. Aparte de este condicionante, si usted vive en La Rioja, Castilla y León, Asturias y Navarra deberán prestar atención a las deducciones, puesto que son las más avanzadas.
En Asturias, por ejemplo, el montante económico deducible máximo está fijado en los 50.000 euros (en la Declaración de la Renta) y de forma autonómica en los 7.500 euros. Y en otras comunidades, como el caso de Navarra, hay ayudas a la instalación de infraestructuras de carga de las baterías eléctricas de estos vehículos. Quizá este punto menos conocido es objeto de debate porque también encarece la adquisición, aunque a largo plazo sale más rentable que llenar el depósito de un utilitario que funciona con combustible.
Siempre se argumentó que comprarse un coche de alta gama (en los referidos a la combustión) no era imposible para nadie, sino que lo complicado era mantener ese coche. En los eléctricos, esta máxima no se cumple. Al contrario. El mantenimiento de un vehículo eléctrico es más barato que cualquier otro coche. Las piezas y la mano de obra son más baratas porque el mantenimiento es menos laborioso.
La razón que explica esta circunstancia está en que el motor de un coche eléctrico no cuenta con tantas piezas como un coche de combustión. Y esto simplifica cualquier estancia en un talle de reparación. Asimismo, el número de posibles averías también se reduce de forma considerable. En un coche eléctrico no hay correas de distribución; tampoco hay que cambiar el aceite; ni los filtros; ni cuidar el embrague o la caja de cambios. Además, los neumáticos se desgastan menos porque algunos optimizan el desgaste de las rodaduras. Los frenos también sufren un menor desgaste porque el mismo motor ayuda a la frenada.
El mantenimiento de un coche eléctrico se centra, especialmente, en el cuidado de su batería. Como consejos básicos: no cargar la batería por completo. Siempre debe mantenerse entre una horquilla del 20% al 80%. No utilizar siempre los denominados cargadores rápidos; no aparcar el coche al sol en verano (las baterías se calientan más); o evitar que las baterías se descarguen. El cable de recarga también debe limpiarse cada cierto tiempo y no utilizar cables que no admitan los voltajes necesarios. Lo mismo en cuanto a los cargadores.