440 médicos de Familia trabajan en una Atención Primaria salmantina deteriorada, que está “quemando” y desmotivando a los profesionales
El 19 de mayo se celebra el Día Mundial del Médico de Familia para destacar su importancia y contribución en los sistemas de salud. Pero estos profesionales que dan una atención médica integral al paciente no atraviesan su mejor momento. Aunque ejercen en distintos ámbitos, público y privado, hospitales, urgencias, etc. mayoritariamente realizan su trabajo en Atención Primaria, un nivel de asistencia sanitaria que vive una situación crítica, no solo en Salamanca, el problema es global .
Un total de 440 médicos de Familia colegiados en el Colegio Oficial de Salamanca trabajan en la Atención Primaria (AP) de la provincia. De ellos, 290 son mujeres y 150 hombres. En la AP urbana ejercen 166 (52 varones y 114 mujeres) mientras que en la rural son 260 (97 varones y 163 mujeres); en los servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) ejercen 13 mujeres y un varón.
En cuanto a la edad, muchos profesionales están próximos a la jubilación, siendo mayoritarios los que tienen más de 55 años. Así, según los datos del Colegio Oficial de Médicos de Salamanca, solamente 42 profesionales de Medicina de Familia que trabajan en Atención Primaria tienen menos de 35 años; de 35 a 44 años, hay 52; y de 45 a 54, 82. La franja de edad más numerosa se encuentra entre los 55 y 64 años, con 158 profesionales de Familia, siendo también alta la cifra de los que superan los 65 años, 106 profesionales. Un sector envejecido que se une al desconocimiento y la falta de interés de los nuevos médicos por la Medicina de Familia en la AP, lo que está motivando uno de los problemas a los que se enfrentan los profesionales que trabajan en la Atención Primaria, pero no es el único.
La Medicina de Familia es una especialidad “maravillosa”, pero los que la ejercen se "saturan", se ‘queman’, se desmotivan. En los últimos años la Atención Primaria se va deteriorando. La sobrecarga asistencial, el deterioro de la calidad de la asistencia, la educación sanitaria de los ciudadanos, el desconocimiento de la especialidad por parte de otros compañeros, la mala planificación, el envejecimiento de la población, la mayor demanda en salud, las zonas lejanas de difícil cobertura... son muchos los problemas en la AP y, por lo tanto, para los médicos de Familia.
Estos profesionales sanitarios coinciden en la necesidad de una reestructuración para poner fin a una situación que califican como “límite”; una decisión que, insisten, tiene que ser política. Existen problemas en muchos frentes en general en toda la Atención Primaria, pero también hay diferencias entre la urbana y la rural, como cuentan Elena Giner Díez, que trabaja en un centro de salud urbano, y Pablo Baz, con experiencia en centros rurales.