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Miguel Ángel Oeste presenta en Letras Corsarias 'Perro negro', una novela sobre el músico Nick Drake
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Miguel Ángel Oeste presenta en Letras Corsarias 'Perro negro', una novela sobre el músico Nick Drake

Actualizado 21/04/2024 11:04
Charo Alonso

El autor del aclamado 'Vengo de ese miedo', llega a Salamanca con una hermosa novela centrada en el músico inglés Nick Drake

Llega Miguel Ángel Oeste con el retraso de una estación en obras y una avería incomprensible. El trayecto Madrid-Salamanca se ha convertido en una aventura de la que el autor sale, sin embargo, con una enorme sonrisa, su simpatía malagueña encantada de estar por primera vez en Salamanca y en una librería por la que deambulará después, lector empedernido. Pese al dolor, personal y vicario que destilan sus dos últimos títulos, Miguel Ángel Oeste, licenciado en historia y comunicación, documentalista, hombre de cine, escritor de guiones y ahora, novelas, es una persona alegre y entregada. De ahí que interrumpa generosamente la charla para atender a un grupo de viajeras que visitan la librería como si fuera un monumento más.

Charo Alonso: ¿Es la primera vez que vienes a Salamanca?

Miguel Ángel Oeste: La primera. Me habían hablado mucho y bien de la librería y tenía muchas ganas de conocerla, pero qué odisea… las combinaciones para venir son una poco malas…

Ch.A.: Antes no era así. Tu penúltimo libro hablaba del dolor personal, de un niño que recibe malos tratos y ahora sacas un libro en el que exploras el dolor de un músico que desapareció víctima de la depresión con 26 años… Y por cierto, en él hay un gran componente visual, no en vano perteneces al mundo del cine.

M.A.O.: Me lo preguntan mucho eso del dolor. Sin embargo, este libro es muy diferente al anterior, es otra cosa distinta. Vivimos una época muy visual y yo soy muy inquieto, un escritor muy influido por la cultura popular… el cine, los fanzines, los mangas, la música… por eso todo está ahí. Y el dolor, claro. Pero cada libro es diferente no por el tema, sino por el tono, por el ritmo.

Ch.A.: En esta novela hablas de un cantautor inglés que no tuvo éxito en su vida y ahora es un músico de culto.

M.A.O.: Nick Drake publico tres discos, apenas 30 canciones. Hay muy poquito sobre él. Digo siempre que es una novela “con” Drake, no “sobre” Drake. He querido verlo influenciado por el Drácula de Bram Stoker, que es una novela que me fascina sobre todo por esa estructura del falso diario en la segunda parte. Es como una novela de fantasmas sin fantasma o una novela de vampiros sin vampiros. Quiero ver Perro negro como una novela gótica.

Ch.A.: Pero una novela gótica necesita un castillo terrorífico ¿Dónde estaría?

M.A.O.: ¿Te parecen poco terroríficas las casas familiares? Pero sobre todo el espacio es ese Londres de finales de los años sesenta donde parecía que la música podía cambiar la historia. Un espacio muy resbaladizo, muy especial –Antonio Marcos señalará más tarde en su presentación la importancia y constancia de la lluvia en toda la novela- oscuro, fascinante… En esta novela esta muy clara la influencia de Drácula, la de El Gran Gastby o una novela de Rodrigo Fressán que se llama Los jardines de Kensington sobre Barry. Yo no soy nadie, todo está inventado ya.

Ch.A.: Es verdad, hablas de un personaje que parece no estar, fluir…

M.A.O.: Los personajes secundarios, que en el fondo son los principales, hablan de él y dan versiones muy diferentes. Drake era un misterio para todos los que le conocían, un músico al que los músicos de su tiempo respetaban mucho y que, aunque no tuvo éxito, hay que atribuir que hizo una música atemporal. Le escuchas ahora y es absolutamente actual, su influencia es enorme en gente como Nirvana. Un hombre que tenía los mimbres para triunfar y no lo hizo también por estos problemas –la expresión “perro negro” designa a los problemas mentales y es el título de una de sus canciones- que en esa época no estaban bien diagnosticados y tratados. Para él la música actuó como un salvavidas, pero cuando dejó de serlo, se dejó ir.

Ch.A.: Cuentan que era tan tímido que no quería dar conciertos…

M.A.O.: Cierto, tenía una afinación tan exquisita que tardaba mucho en afinar la guitarra y mientras, no podía mirar al público ni hablar, la gente se cansaba… No hay ninguna imagen en movimiento de él, el último disco lo grabó de noche, con una sola persona en el estudio…

Ch.A.: Miguel Ángel, vienes del mundo del cine, de la comunicación ¿Cuándo comenzaste a escribir novelas?

M.A.O.: En realidad yo escribo desde que era chaval. Lo que de verdad quería era escribir tebeos, pero soy muy mal dibujante. Por mis circunstancias empecé a trabajar desde que era casi un niño, y escribía o no escribía ¡Como dice otra vez Fressán un escritor aunque no escriba está escribiendo! y ahí se quedaba sin respuesta hasta que mi amigo Dani Ruiz ¡Qué novela tan grande la última suya! me animó a enviarla por email a un concurso y ahí empezó todo, con Arena y después Vengo de ese miedo que es el libro del que me gusta menos hablar y que la gente lee como unas memorias al pie de la letra sin saber que la memoria es una ficción. Por cierto, ahora que estamos en una librería, yo me considero un lector que escribe.

Ch.A.: Tres novelas “marca Oeste”: Arena, Vengo de ese miedo y Perro negro.

M.A.O.: Yo no considero que tenga estilo, el estilo lo marca la novela. Y Perro negro es uno de mis primeros escritos después de que un amigo, al final de los noventa, me pusiera una canción de Nick Drake, “River man”. Me documenté mucho, escuchaba sin parar su música, me explicaba la vida a través de él… y me salía un ensayo raro, un diario ficticio, una mezcla… hasta que la he retomado durante un año entero…

Ch.A.: ¿Y por qué Drake?

M.A.O.: Porque es un genio, un ser contradictorio. Un agujero negro que se va tragando a todos los que le rodean. Escuchar la primera canción suya para mí fue un flechazo y no solo quise hablar de él, sino de una época en la que la música lo era todo, podía cambiar el mundo. Ahora la presencia de la música en los medios de comunicación en casi anecdótica, pero en los años 60 no, eran años para mí muy creativos, muy intensos. Pero no quería hacer una biografía al uso de Nick Drake, ya las hay, yo me he imaginado a Drake y a todos los que están a su alrededor con su carga de culpa, de tristeza.

Ch.A.: Esa tristeza que no se asocia con un escritor de cuentos infantiles…

M.A.O.: Hay cosas que yo siempre repito, Charo, por ejemplo, que los libros no tienen edad, y que los libros tampoco se acaban. Yo reescribiría ahora este libro, cada lector lo ve a su manera y me gusta escuchar las opiniones de los otros… porque leer te conecta, te para, te detiene. Mira, la gran revolución ahora es la lectura. Estoy convencido.

Afuera el sábado tiene luz y calor de calle y terraza y entre los libros, la música en sordina de Nick Drake que suena mientras el público se sienta alrededor de letra y música de un tiempo en el que las fotografías en blanco y negro fijan a un hombre hermoso y torturado, el poeta beat, el poeta maldito, el Baudelaire con guitarra que lo tuvo todo para triunfar y no se sabe si eligió aturdir el dolor o marcharse. Es el misterio de Nick Drake que respeta el melancólico perro negro de Oeste. Una novela no sobre un músico, sino sobre una época legendaria… un tiempo en el que llueve sobre mojado, un espacio de descubrimiento al ritmo de lo desconocido. Un tiempo detenido en las páginas de un autor sorprendente: Miguel Ángel Oeste.

Fotografía: Julio Alonso