Lunes, 06 de mayo de 2024
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“La falta de mano de obra es un problema grave, pero lo peor va a venir más adelante, porque es un sector envejecido y no hay relevo”
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Manuel Prieto, presidente de AESCON

“La falta de mano de obra es un problema grave, pero lo peor va a venir más adelante, porque es un sector envejecido y no hay relevo”

Actualizado 21/04/2024 09:01
Rosa M. García

El sector de la construcción salmantino está en una situación normal, asegura el presidente de AESCON, con subsectores parados y otros con buen ritmo, como la reforma y la rehabilitación; sin embargo, en unos años puede haber paralización

La falta de mano de obra y el intrusismo son quizás los principales problemas a los que se enfrenta el sector de la construcción de Salamanca, que vive una situación global normal, con el subsector de las reformas y la rehabilitación como el mejor situado, tal y como apunta el presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de la Construcción, Obras Públicas y Auxiliares (AESCON), Manuel Prieto. Además se espera la llegada de los fondos europeos para la rehabilitación energética de edificios, que será clave para el sector.

¿Cómo está el sector de la construcción en Salamanca?

En estos momentos, los subsectores de la construcción no están igual. El de vivienda nueva está bastante parado y más con la subida de los tipos de interés del año pasado; el de rehabilitación y reforma mantiene un ritmo constante ya durante varios años, está en una situación más que aceptable; y el de obra pública ahora mismo tampoco está mal.

Entonces, ¿se podría decir que el sector globalmente está en una situación regular?

En global, normal, ni buena ni mala. No es una época boyante, pero tampoco es mala. Lo que sí estamos viendo es que existe cierta ralentización, porque si se habla con arquitectos y arquitectos técnicos te dicen que no les están entrando proyectos nuevos y eso significa que probablemente dentro de uno o dos años, salvo que se hagan cosas nuevas, haya una paralización. Esperábamos y esperamos los fondos europeos, que son muchos, para la rehabilitación energética de edificios, incluso de barrios, pero llevamos dos años y medio y no han llegado. La gestión de los mismos, desde mi punto de vista, no está siendo la adecuada, porque no están llegando de momento y eso, sin duda, está afectando. Si son capaces de gestionarlo bien, ayudará mucho al sector, pero de momento no está siendo así.

¿El retraso es por el Gobierno o las comunidades?

Ahí intervienen, primero Europa, luego el Gobierno y después las comunidades, y no sé en realidad quién es el culpable, no sé exactamente dónde se está parando y dónde no, o si la tramitación es compleja, pero lo cierto es que no están llegando y estamos hablando de fondos que se empezaron a pedir en octubre del 2022.

Y serían fundamentales para el sector ¿no?

Sí, porque vendría un nivel de subvenciones que no ha habido nunca y para las comunidades sería muy beneficioso. También es cierto que ahora las comunidades con todos los vaivenes que ha habido de subida de calefacciones, luz y demás, y los tipos de interés a la gente, pues están ahora en otra situación que hace dos años, que estaban mucho más receptivas que en la actualidad.

¿Cuáles son los principales problemas del sector? ¿La falta de mano de obra quizás?

La falta de mano de obra, ya se va notando una cierta ralentización. No es que se encuentre mano de obra enseguida, pero por lo menos algo se encuentra. Sigue siendo un problema grave y el problema va a venir más adelante, porque es un sector envejecido, donde la media de los trabajadores es de 50-52 años y estos años se van a jubilar muchos y a darse de baja muchas empresas. El problema de todo eso es que no hay relevo; si vas por las obras te encuentras, por ejemplo, que si hay cinco, tres superan los 50 o 60 años, otro tiene entre 40 y 50, y jóvenes hay muy pocos.

A los jóvenes parece que no les atrae este sector ¿Desde la asociación se está haciendo o se puede hacer algo para atraerlos o es complicado?

Desde la asociación se está intentando, a través sobre todo a través de la nacional y regional, hacer llegar a la gente las bonanzas del sector, porque da estabilidad, además el importe que cobran por convenio es bastante superior a otros sectores. Está algo demonizado, porque siempre se ha dicho que en la construcción se trabaja mucho, que es un poco duro, y eso hay que ponerlo entrecomillas, ya que hay mucha maquinaria que te está ayudando continuamente; yo llevo en esto bastantes años y el trabajo no es el mismo ahora que hace 20-25 años, ha cambiado muchísimo, como de la noche al día.

Además de la falta de mano de obra, también hay muchas carencias de determinadas especialidades en construcción…

Totalmente. Estamos viendo la punta del iceberg, en los próximos años va a ser complicado, no hay sustitutos, no hay gente en espera. Cuando el boom de la construcción, la media era muy inferior, pero ahora es un sector envejecido. Y los especialistas buenos suelen ser la gente que tiene experiencia, porque en este sector se evoluciona y se aprende con la experiencia en muchos casos.

Es un sector en el que nunca va a faltar trabajo…

No va a faltar trabajo, creo que no. Pero ahora vienen los fondos europeos, dicen que si se aplican como se tienen que aplicar, van a hacer falta 500.000 trabajadores. Y ahí tenemos una ecuación difícil de resolver.

¿Cómo está ahora el encarecimiento de los materiales?

Los materiales nos desbordaron mucho en el 2022 y parte de 2023, porque el incremento de las obras fue del 30-35%. Desde entonces no ha vuelto a haber subidas. Hay materiales que han bajado, otros que han subido un poco, pero dentro de una normalidad. Lo que pasa que no ejecutas una obra al mismo precio que lo hacías en el año 2021, es imposible, había otras condiciones.

Me comentaba antes que las reformas y la rehabilitación es en lo que más se trabaja ahora…

Reformas y sobre todo por donde van más las cosas es por rehabilitación energética. Ahora hay que empezar a ahorrar energéticamente y luego se paga sola, como se suele decir.

¿Es dónde está la salida del sector?

Claro y hay ayudas europeas del 60, 70 y 80%. En una rehabilitación energética te ahorras como mínimo un 30% del consumo de energía, solo con ese ahorro pagas la rehabilitación en unos años. Se paga sola, como digo yo. Además dentro de unos años hay que aislar térmicamente todos los edificios; hablan de que en 2030, pero seguramente serán más, los edificios que no tengan una determinada calificación energética, pues a lo mejor tienen problemas para alquilar y vender, porque lo exige la normativa europea. No se sabe exactamente cuándo llegará, pero por ahí van los tiros.

¿En Salamanca hay mucha obra de rehabilitación?

Bastante. Este año se han pedido entre declaraciones responsables y licencias unas 3.000. Hay obras que son muy pequeñas y obras que son un poco más grandes, pero la reforma y la rehabilitación está manteniéndose con un listón alto. Desde mi punto de vista, aunque hay que hacer lo que cada uno quiera, yo no invertiría en fachadas para limpiarlas, cambiar cuatro cosas o lo que sea, yo lo destinaría a que ese edificio fuera energéticamente mejor de lo que es, porque al final lo vas a tener que hacer.

¿Algún problema más aparte de la mano de obra?

También hay un problema desde hace muchos años que es el intrusismo; no somos capaces de que disminuya, tampoco sabemos exactamente de cuánto es. Hace 8 o 9 años la confederación castellana de la construcción hizo un estudio y hablaba de un 25%. Eso puede generar problemas para el que lo contrata; en una situación normal, a lo mejor no pasa nada, pero si hay accidentes… y las garantías posventa, por ejemplo. No se está sabiendo atajar y es un problema latente desde hace muchos años. Tienen que ser las administraciones, nosotros no podemos hacerlo, pero no es fácil.

La construcción siempre fue un sector con mucha siniestralidad laboral ¿Cómo está ahora?

Ha bajado, sobre todo los accidentes graves. Ahora mismo los coordinadores de seguridad que tiene que haber en las obras exigen que se cumplan todas las medidas de seguridad y el empresario lleva mucho tiempo mentalizado de que hay que cumplirlas. El accidente siempre puede existir, pero creo que por lo menos en el sector está bastante controlado. Tiene que haber un coordinador de seguridad en una obra y controlar todo, el máximo interesado es él. Hacen una labor encomiable y tienen que actuar así, haciendo cumplir todo. Ese es un principio básico que tenemos que tener en la cabeza, que lo primero es la seguridad de los agentes que intervienen en la obra y a partir de ahí, hay que hacer la obra.

Cambiando de asunto, háblenos de AESCON. ¿Cuánto lleva de presidente? ¿Qué ofrece?

Estuve 6 años y ahora llevo otros 5 o 6. En la junta directiva llevo 22 años. La asociación ofrece muchos servicios: gestiona el libro de subcontratación, algún plan de prevención, tenemos asesor jurídico, asesor en temas urbanísticos asesor a disposición todos asociaciones, convenio para la atención de las certificaciones de calidad, para la ley protección de datos, convenios con aseguradoras para un mejor precio socios, etc. Por la cuota que se paga, merece la pena estar, aunque parezca que no, todavía hay muchas empresas de uno o dos trabajadores donde la gestión administrativa, que no es poca, les cuesta y se la tiene que ayudar a hacer desde la asociación

¿Están asociadas casi todas las empresas constructoras grandes de Salamanca?

Sí, en AESCON están prácticamente todas. Lleva 44 años, por algo será, ha aguantado crisis y más crisis. Estar asociado hoy en día es fundamental, además los intereses del sector solo se pueden defender si tenemos asociaciones fuertes. Si estamos diseminados, como pasa ahora, que hay dos asociaciones, no conseguiremos nunca nada. Es un error de bulto que haya dos, tanto en construcción como en otros sectores; no nos podemos permitir ese privilegio, no tiene sentido. Ahora hay un proceso de acercamiento, pero tenemos que conseguir unirnos, no se puede tener el sector dividido. Unidos somos más fuertes y transmitimos el mismo mensaje. Si vamos nosotros por un lado y ellos por otro, a lo mejor transmitimos lo mismo pero de distinta manera y ya al que nos recibe lo hacemos dudar. Salamanca no puede permitirse eso; la unión es imprescindible, tenemos que ser capaces y creo que puede llegar, porque somos conscientes que, de una forma u otra, hay que unirse.