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“Las Siete Trompetas del Apocalipsis” 1ª parte
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“Las Siete Trompetas del Apocalipsis” 1ª parte

Actualizado 31/03/2024 19:59
Isaura Díaz Figueiredo

Siete Arcángeles con sus siete trompetas serán los protagonistas y encargados de revelar el final de nuestros días. Tienen una función particular: están destinados a protegernos y cuidarnos. Seres de luz que nos acompañan en todo momento, cada Arcángel tiene su reino o morada claramente determinada.

¿Es el apocalipsis lo que realmente nos da miedo? Creo que no, el terror nos los traen aquellos que hablan del sectarismo, de independentismo de reducir la libertad hablada y escrita, de holocausto nuclear, de España fraccionada en republiquetas sin ciudadanos y sin medios para sostenerse.

El APOCALIPSIS según Juan

"Dios lo creará todo nuevo y hará un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva que algún día todos compartiremos. Esta será la casa de Dios con los hombres: Él vivirá con ellos y ellos serán su pueblo. Dios secará sus lágrimas. La muerte ha sido vencida y ya no habrá más dolor.

Actualmente no hace falta abrir uno de los siete sellos que cierran los siete libros, y mucho menos que lo haga Dios.

Desde su despacho, rodeado de todas las comodidades el psicópata de turno aprieta el botón y la carnicería está hecha: Israel África y Ucrania, Asia…

¿Podemos evitar que todo se desmorone? El año 2024 comenzó con guerras en Gaza, Sudán y Ucrania, y las labores para el restablecimiento de la paz en crisis. En todo el mundo, los esfuerzos diplomáticos para acabar con los enfrentamientos están fracasando. Cada vez más líderes persiguen sus objetivos militarmente y más aún creen que podrán salirse con la suya.

Desde aproximadamente el año 2012 el número de guerras ha ido creciendo, después de una disminución en la década de 1990 y principios de la década de 2000. Primero surgieron conflictos en Libia, Siria y Yemen, desencadenados por las revueltas árabes de 2011. La inestabilidad en Libia se extendió hacia el sur, lo que contribuyó a una crisis prolongada en la región del Sahel. Después vino una nueva ola de conflictos importantes: la guerra azerbaiyano-armenia de 2020 sobre el enclave de Nagorno-Karabaj, semanas después comenzaron los horribles enfrentamientos en la región de Tigray en el norte de Etiopía, el conflicto provocado por el golpe de Estado del ejército de Birmania en 2021 y la invasión de Rusia a Ucrania en 2022. A estos se suman la devastación en Sudán y Gaza en 2023. Alrededor del mundo, a diferencia de otras décadas, más personas están muriendo en combates, siendo desplazadas de sus hogares o necesitando ayuda para salvar sus vidas.

En algunos conflictos, la construcción de la paz es inexistente o muestra escasos avances.

La junta militar en Birmania y los oficiales que han tomado el poder en el Sahel están decididos a acabar con sus rivales. En Sudán, posiblemente la peor guerra en términos de número de personas asesinadas y desplazadas en la actualidad, los esfuerzos diplomáticos liderados por EE. UU. y Arabia Saudita fueron desordenados y poco entusiastas durante meses. El presidente ruso, Vladimir Putin, considerando el menguante apoyo occidental a Kiev, busca forzar a Ucrania a rendirse y desmilitarizarse, condiciones que son comprensiblemente inaceptables para los ucranianos. En todos estos lugares, la diplomacia, como tal, se ha centrado en gestionar las consecuencias: negociar el acceso humanitario o el intercambio de prisioneros, o llegar a acuerdos como el que permitió que el grano ucraniano llegara a los mercados globales a través del Mar Negro. Estos esfuerzos, aunque son vitales, no son un sustituto para las conversaciones políticas.

Donde han terminado las hostilidades, la calma se debe menos a negociaciones que a victorias en el campo de batalla. En Afganistán, los talibanes tomaron el poder mientras las tropas estadounidenses se retiraban, sin negociar con los rivales afganos. El primer ministro etíope Abiy Ahmed llegó a un acuerdo a finales de 2022 con líderes rebeldes que puso fin a la guerra en Tigray, pero fue más una consolidación de la victoria de Abiy que un acuerdo sobre el futuro de la región. El año pasado, Azerbaiyán recuperó el control de Nagorno-Karabaj; su ofensiva en septiembre finalizó lo que la guerra de 2020 comenzó, poniendo fin a un enfrentamiento de 30 años sobre el enclave y forzando un éxodo de armenios.

Las guerras en Libia, Siria y Yemen también se han apagado, pero sin un acuerdo duradero entre las partes o incluso, en Libia y Siria, una vía política que merezca ser llamada así. De hecho, en realidad, las partes beligerantes están esperando una oportunidad para apoderarse de más tierras o poder.

No es ninguna novedad que las partes beligerantes quieran vencer a sus rivales. Sin embargo, en la década de 1990, una serie de acuerdos pusieron fin a conflictos en lugares como Camboya, Bosnia, Mozambique y Liberia. Estos acuerdos eran imperfectos y a menudo implicaban concesiones desagradables. Un período marcado por el genocidio en Ruanda y la violencia en los Balcanes difícilmente puede ser romantizado como la era dorada de la construcción de paz.

Que atrás nos quedan las palabras de Albert Einstein cuando predijo: La Cuarta Guerra Mundial será con palos y piedras, estoy más de acuerdo con lo que dijo Oppenheimer: Los autores de la masacre que no quedarán ni insectos, peces, mamíferos que sobrevivan a un diluvio de donde las temperaturas serán -50 grados y la lluvia radioactiva regará las plantas, arboles y océanos. El sol se oscurecería. ¿Y el ser humano?

En cuanto una bomba nuclear explosiona, genera una gran bola de fuego que vaporiza todo lo que se encuentra a su paso, incluyendo el suelo y el agua. Esto, la mezcla entre el material radioactivo y el material vaporizado, formando la conocida forma de hongo que tanto se asocia con una detonación nuclear en Hiroshima y Nagasaki, Japón, 6 y 9 de agosto de 1945, 2ª Guerra Mundial.

Una vez enfriados los gases por fisión se condensan, formando partículas que caen a la tierra como lluvia radioactiva, pudiendo ser transportada largas distancias en forma de nube.

¿Cuáles son los efectos de una explosión nuclear?

Es importante conocer que el efecto de una detonación nuclear dependerá del tamaño de la bomba y de la distancia a la que se encuentre el objetivo. En una amplia zona de impacto causarían destrucción material, lesiones y fallecimientos en una amplia zona de impacto. Estas son las consecuencias que podría tener en un cuerpo humano.

Quemaduras en la piel, moderadas o graves. Las personas que observen la explosión, mirando directamente al fenómeno, podrían sufrir ceguera temporal o las quemaduras de retina. Las que se encuentren cerca de la explosión, estarían expuestas a altos niveles de radiación, pudiendo desarrollar sintomatología relacionada por radiación.

Algunos de los síntomas pueden tardar varios días o incluso semanas o años en aparecer, su gravedad variará según el tipo de radiación, la vía de exposición y la duración de la exposición. Algunos de ellos, el cáncer y la muerte.

Existen dos tipos de exposición a materiales radioactivos: la externa y la interna. La primera se produce cuando una persona estuviera expuesta a la radiación fuera de su cuerpo debido a una explosión o a la lluvia radioactiva, mientras que la segunda vendría con la ingesta de alimentos contaminados o al respirar aire radioactivo.

¿Cuáles son los peligros relacionados con las explosiones nucleares?

Estas son las formas en las que una explosión nuclear puede afectarnos.

Destello luminoso: podría causar ceguera.

Onda de choque: podría causar muertes, lesiones y daños a las estructuras a varias millas de la zona en la que ocurrió la explosión.

Radiación: podría el cuerpo a nivel celular, produciendo enfermedades por radiación en caso de que la exposición sea prolongada.

Incendios y calor: muertes, quemaduras y daños a las estructuras en un radio de

Lluvia radiactiva: podría causar enfermedades a las personas que se encuentren al exterior

s son las formas en las que una explosión nuclear puede afectarnos.

Destello luminoso: podría causar ceguera.

Onda de choque: podría causar muertes, lesiones y daños a las estructuras a varias millas de la zona en la que ocurrió la explosión.

Radiación: podría el cuerpo a nivel celular, produciendo enfermedades por radiación en caso de que la exposición sea prolongada.

Incendios y calor: muertes, quemaduras y daños a las estructuras en un radio de

Lluvia radiactiva: podría causar enfermedades a las personas que se encuentren al exterior

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