También han sido distinguidos Enrique Vázquez de Luis, José Antonio Garrido Cárdenas y Juan González Fernández
El Teatro Liceo ha sido el escenario, este miércoles, de un homenaje al padre de la Neurociencia, Santiago Ramón y Cajal, quien fue reconocido con el Premio Nobel en Fisiología y Medicina, entre otros muchos galardones, y es un pilar fundamental no sólo en la comprensión del cerebro humano, sino también en la consolidación y avance de la Ciencia en España.
En el marco de la jornada ‘Salamanca: por Cajal y la Ciencia’, que se está celebrando hoy en el Teatro Liceo de Salamanca, se han entregado los galardones correspondientes a la primera edición de los Premios Ramón y Cajal.
El doctor Adolfo García-Sastre ha sido el ganador del ‘Premio Cajal ZEISS Trayectoria’. Su recorrido comenzó en la ciudad de Salamanca y a partir de ahí su trabajo no ha hecho más que crecer en los ámbitos de virología, inmunología y biología molecular, incluyendo los virus pandémicos como la Gripe de 1918 y el SARS-CoV-2. Cursó la carrera de Biología en la Universidad de Salamanca donde también hizo su doctorado en Bioquímica y Biología Molecular. En 1991 inició un postdoctorado en el Departamento de Microbiología del Hospital Monte Sinaí en Nueva York. En la actualidad es Profesor en los Departamentos de Microbiología y Medicina, y en el Centro del Cáncer Tisch de la Escuela de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí. Es también Director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes en la misma institución, y el Investigador Principal del Centro de Investigación en la Patogénesis y Transmisión del Virus de la Gripe, un Centro de Excelencia en Investigación y Respuesta a Gripe financiado por los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU. Durante los últimos 30 años, sus investigaciones se han centrado en la biología molecular, las interacciones virus-huésped, la inmunidad innata y la patogenicidad tanto del virus de la gripe como de otros virus de RNA, así como el desarrollo de nuevas vacunas y medicamentos antivirales. El Dr. García-Sastre tiene más de 700 publicaciones científicas y de 40 patentes.
Por otra parte, el Doctor Javier Bravo Cordero ha sido galardonado con el ‘Premio Cajal ZEISS Proyección’. Su trayectoria, tanto en España como en Estados Unidos, se distingue por la obtención de diversos reconocimientos debido a sus investigaciones y publicaciones. Es investigador principal en la Facultad de Medicina del Hospital Monte Sinaí de Nueva York. Su grupo estudia la biología celular del proceso de diseminación y latencia de las metástasis del cáncer de mama. Las diferentes líneas de investigación en su laboratorio tienen como objetivo entender la contribución del microambiente tumoral en este proceso, haciendo uso, entre otras, de innovadoras técnicas de imagen de alta resolución en vivo.
El ‘I Premio Cajal y la Inteligencia Artificial’, convocado por el Air Institute, ha sido para el bioinformático analista Enrique Vázquez de Luis por su trabajo ‘Cajal y la Inteligencia Artificial’. Su labor es sumamente reconocida por el desarrollo de la informática e inteligencia artificial en relación a la neurociencia y redes neuronales.
El ‘I Premio Cajal y la Parasitología’, otorgado por la Sociedad Española de Parasitología, ha recaído en José Antonio Garrido Cárdenas por ‘Una relación para la Historia’ y Juan González Fernández por ‘Los parásitos en tiempos de Cajal’. Ambos trabajos abordan el tópico de la parasitología desde la perspectiva cronológica de Santiago Ramón y Cajal.
El ‘I Premio Educación Especial D. Santiago Ramón y Cajal’ ha sido para las clases del Centro Ocupacional El Cueto (Asprodes) y Aspace Navarra por sus trabajos que destacan por el énfasis en la importancia de colaboración y ayuda mutua en materia científica.
El ‘I Premio Educación Primaria D. Santiago Ramón y Cajal’ lo ha ganado la clase de la profesora Esther López, del colegio Marista Champagnat de Salamanca por su trabajo ‘La Casa de Cajal’.
El ‘I Premio Educación Secundaria Obligatoria D. Santiago Ramón y Cajal’ se le asignó a la clase de la profesora Alejandra Sánchez Moares, del colegio Marista Champagnat de Salamanca en virtud de su trabajo ‘Santiago Ramón y Cajal era divulgador. Un aspecto que me gusta’.
Por último, el ‘I Premio Bachillerato D. Santiago Ramón y Cajal’ le corresponde a la clase de la profesora María Carnicero González, docente de matemáticas en IES Vaguada de la Palma (Salamanca) por su escrito: ‘De Ramón y Cajal a ChatGPT: como la investigación de este ilustre científico dio paso a la revolución de la IA’.
La jornada, denominada ‘Salamanca: por Cajal y la Ciencia’, ha contado con dos presidentes de Honor: María Urioste Ramón y Cajal, Marquesa de Ramón y Cajal y bisnieta del científico homenajeado, y Andrés Chordi Corbo, Premio Santiago Ramón y Cajal 1969 y Medalla de Oro de la Universidad de Salamanca.
A la inauguración acudían el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo; el rector en funciones de la USAL, David Díez Martín; el rector de la UPSA, Santiago García-Jalón de la Lama; el catedrático de la USAL, José María Medina Jiménez, vicepresidente del Consejo Científico de la Fundación Ramón Areces; Juan Manuel Corchado, catedrático del Área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial y el director del grupo de oncología experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, Mariano Barbacid.
"Tenemos una especial preocupación por fomentar la cultura de la ciencia, la innovación de todos los niveles, lo hacemos con los más jóvenes, porque creemos que hay que cuidar la cantera, y con los graduados para que tengan oportunidades y con aquellas personas que tuvieron que salir fuera de nuestro país para traer a los investigadores y que puedan desarrollar aquí su carrera", apuntaba García Carbayo.
A continuación, se desarrollaban las ponencias en varios bloques temáticos: Origen del sabio y valores, aficiones y neurociencias, investigación traslacional y presente y futuro.
Entre los ponentes se encuentran varios científicos vinculados a la Facultad de Medicina Monte Sinaí (Nueva York), como: Adolfo García Sastre, catedrático y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes en dicha facultad; Ana Fernández-Sesma, catedrática y directora del departamento de microbiología; José Javier Bravo Cordero, investigador principal en el laboratorio de metástasis del cáncer; o Sara Cuadrado Castaño, profesora de investigación.
También participaba Manuel S. Malmierca, director del INCYL y presidente de la Sociedad Española de Neurociencia; José Ramón Chaves, magistrado especialista de lo contencioso-administrativo y Orden Civil de Alfonso X el Sabio, con la categoría de Encomienda; o la investigadora salmantina Esperanza Arias, investigadora principal en el Centro de Excelencia Nathan Shock para la investigación del Envejecimiento, de la facultad de Medicina Albert Einstein (Nueva York).
Los catedráticos de la Universidad de Salamanca, José Ramón Alonso, Eduardo Weruaga, Bertha Gutiérrez y Antonio Muro, también forman parte del programa que se desarrollará en el Teatro Liceo.
La entrada a todas las actividades es libre hasta completar el aforo.
La actividad está organizada por el Ayuntamiento de Salamanca, la Universidad de Salamanca, la Universidad Pontificia de Salamanca y la Fundación Ramón Areces. A todas ellas se han sumado el Instituto Nacional de Ciberseguridad, el Ministerio de Cultura a través de su Centro Documental de la Memoria Histórica y veinte sociedades científicas e institutos de investigación además de entidades como el Instituto Nacional de Ciberseguridad, la Real Casa de la Moneda - Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la Sociedad Española de Neurociencia, la Sociedad Española de Parasitología, el Ayuntamiento de Petilla de Aragón, ZEISS, la Federación de Ajedrez de Castilla y León, el Colegio Oficial de Médicos y Farmacéuticos de Salamanca y Alumni USAL, entre otras.
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es reconocido como el fundador de la neurociencia moderna. Estudió medicina en la Universidad de Zaragoza y se especializó en histología y anatomía patológica. Aunque se convertiría en uno de los científicos más importantes de la historia, también destacó por su brillante faceta artística. El dibujo y la fotografía fueron sus grandes pasiones. Dichas inquietudes fueron fundamentales para su formación y desarrollo científico, ya que a través de dibujos de alta calidad artística fue capaz de ilustrar la anatomía del sistema nervioso.
Una de sus mayores aportaciones científicas ha sido la conocida Doctrina de la neurona, que sostiene que el sistema nervioso está formado por entidades especializadas e independientes que se comunican entre sí, las neuronas. La principal dificultad a la que se enfrentó esta teoría fue la incapacidad de visualizar claramente las células dentro de la gran complejidad del sistema nervioso. A pesar de ello, superó las adversidades de su época, y gracias a la técnica de Golgi, logró visualizar las neuronas como unidades individuales, como elemento fundamental para entender la estructura cerebral. Por ello, fue galardonado con el Premio Nobel en Fisiología y Medicina en 1906.
A través de sus reconocidas obras literarias, trató de transmitir los principales valores que tanto le ayudaron en sus inicios como investigador: la independencia mental, la perseverancia en el trabajo y la curiosidad intelectual. En definitiva, que “toda obra grande es el fruto de la paciencia y la perseverancia, combinadas con una atención orientada tenazmente, durante meses y años, hacia un objeto en particular”.
Fue un polímata que se interesó por la Naturaleza, la pintura y fotografía, el fisicoculturismo, el hipnotismo, el ajedrez, la escritura, la medicina, el pensamiento crítico, la investigación y la gestión educativa y científica. Además de ser uno de los científicos más relevantes y revolucionarios de la ciencia mundial, fue también un ser humano excepcional. Su figura como universitario y ciudadano ejemplar contribuyó a prestigiar la imagen de los españoles en todo el mundo. Cajal sigue vivo en el inconsciente colectivo universal, para animar al mundo a seguir la senda del conocimiento, la Ciencia, el desarrollo humano y tecnológico, con el elevado propósito de hacer un mundo mejor, más próspero, solidario y armonioso.
En un mundo donde los desafíos relacionados con la salud cerebral y la neurodiversidad son cada vez más acuciantes, el legado de Cajal sigue siendo de máxima actualidad, ofreciendo un faro de sabiduría con su ejemplar poso vital, y una llamada a la colaboración y la innovación en la búsqueda de soluciones para los problemas de nuestra sociedad actual y futura, desde diferentes disciplinas.