El presidente de las cofradías pide perdón "de todo corazón"
En este día de la Misericordia tan especial para mí, he esperado a terminar mi trabajo personal para dirigirme a todos y todas vosotras en relación a la valoración de la última Semana Santa que hemos vivido en un medio de comunicación. Creo que mis palabras no fueron acertadas para lo que verdaderamente quería expresar.
Siempre, y quien me conoce bien lo sabe, he estado de parte de la mujer y de su gran labor durante todos estos años, tanto pasados como presentes, ya sea en la Iglesia como en la vida personal. Pienso que los jóvenes sois el futuro de la Iglesia, siendo las mujeres las que siempre habéis participado más intensamente en todo lo relacionado con los actos religiosos y en la propia Semana Santa.
En aquel momento pensaba en cómo se podía mejorar y corregir lo que ha pasado este año para que en el futuro se pueda desfilar más organizadamente, y por ello me traicionaron las palabras y no me expresé bien o con suficiente claridad, poniendo un ejemplo que no ha sido el más apropiado y que con el que muchos y muchas os habéis ofendido, lo entiendo y lo lamento.
Se muy bien, porque lo he podido comprobar en todos mis años al cargo de las Cofradías donde he puesto alma, vida y corazón, la ilusión, esfuerzo, sacrificio, cariño y entrega que poneis todos y todas en la Semana Santa Peñarandina, una fuerza tanto interna como externa que lleváis en vuestros corazones.
Por ello si os he ofendido, que no ha sido mi intención, os pido perdón de todo corazón y os animo a que continuéis con vuestras tareas. Como humanos, todos cometemos errores y yo el primero, pero desde el punto de vista cristiano la misericordia de Dios me ayuda a reconocer mis errores y pediros perdón. De ahí que quiera que este comunicado sea publicado en el día de la fiesta de la Virgen de la Misericordia.
Siempre estaré al servicio de todos hasta que vosotros lo consideréis oportuno. Muchas gracias.