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La comunicadora salmantina que triunfa en el mundo de las grandes empresas
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entrevista a Sonsoles Moralejo

La comunicadora salmantina que triunfa en el mundo de las grandes empresas

Actualizado 05/04/2024 13:50
César García

Tras una fulgurante carrera en Antena 3 Televisión, decidió, con gran valentía, darle un giro a su trayectoria profesional que está siendo aún más brillante

El mundo de la comunicación va mucho más allá de los medios tradicionales y prueba de ello es la brillante trayectoria de Sonsoles Moralejo, una salmantina que trabajó durante más de quince años en televisión, llegando a ser la subdirectora de Antena 3 Noticias y logrando el Premio Nacional Joven y Brillante de Periodismo Económico 2013.

Y en ese momento álgido decidió darle un giro a su vida laboral para crear su propio camino, a partir de su gran capacidad profesional, y prueba del éxito es que entre sus clientes figuran grandes empresas de la talla de CaixaBank, Microsoft, Ikea, L ?Oréal, Telefónica, Oracle… e incluso la Casa Real.

Además, no solo presenta y dirige eventos para multinacionales u otras entidades de gran relevancia, sino que creó su propio método para asesorar y formar a directivos con el fin de que mejoren sus habilidades de comunicación y puedan gestionar con más eficacia sus equipos de trabajo.

Empezamos viajando a tu infancia, ¿qué querías ser de pequeña?

Quería ser bailarina y farmacéutica, porque me encantaba bailar y porque tenía una tía que trabajaba en una farmacia en Cantalpino y pasé muchas horas allí. Pero después no tenía nada claro qué quería estudiar hasta que se me despejó la duda. Estudié en el pueblo hasta los 14 años y luego vine a Salamanca a seguir mi formación. En mi casa siempre había escuchado la radio, había visto mis padres hacerlo y ver Informe Semanal, todo eso lo tenía muy grabado, me encantaban las historias y ese verano, cuando tocaba decidir qué estudiar, hice un taller de radio en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y me encantó. Me gustó eso de escuchar mi voz por primera vez en una emisora local, dije creo que me gusta y fue cuando decidí empezar Ciencias de la Información y Comunicación Audiovisual.

Y luego, como todos los estudiantes del Periodismo, hiciste prácticas varios años.

Sí, mientras estaba estudiando en la Pontificia hice prácticas en El Rincón del Vago con Miguel y con Javi, en el verano en Televisión Salamanca y en el último año de carrera ofrecieron prácticas, opté por las de Antena 3 Televisión, en Informativos, hice una entrevista, me cogieron, estuve cuatro meses de verano, y yo ahí sí que me di cuenta y dije, “esto es lo mío”. Fueron los cuatro meses más felices de mi vida hasta ese momento, porque pude trabajar con profesionales a los que admiraba, tener la oportunidad de hacer esos primeros vídeos y me encantó. Entonces volví para el último año de carrera, pero me llamaron para hacer una sustitución en Informativos y estuve el último año trabajando en Madrid.

Aún así, acabaste la carrera y después cuando estabas en Inglaterra mejorando tu inglés te llamaron para un contrato laboral en Antena 3 TV.

Sí, no me lo pensé y volví. Fue el principio de 15 años de una intensa vida profesional en los informativos de Antena 3 Televisión, donde pasé de becaria a reportera, presenté programas en Nova, en Antena 3 Internacional, tuve una etapa de redactora de economía y me llegaron a dar el Premio Nacional Joven y Brillante de Periodismo Económico 2013. Fui asumiendo responsabilidades como adjunta en el área de Nacional y como subdirectora de Informativos donde hay una parte en la gestión que es muy importante y también descubres que, a veces, hay presiones políticas y económicas que intentan condicionar o marcar la manera de hacer periodismo.

Y en ese momento, en plena cima profesional, en 2016, decides dar un giro importante a tu carrera

Había sido muy feliz porque me habían dado la oportunidad de crecer, pero decido que quiero un cambio porque yo siempre me implico mucho, soy muy trabajadora y dedico muchísimas horas de mi vida a eso. Y ya no sentía toda esa felicidad y ese orgullo que había sentido durante 15 años de mi vida. Entonces, lo vi claro, después de un proceso de reflexión, y llegué a la conclusión de que necesitaba emprender una nueva etapa.

Era empezar de cero. ¿Ya tenías claro el nuevo camino que ibas a emprender relacionado con los eventos o el mundo empresarial?

Había visto que periodistas del mundo de la televisión se dedicaban a ello, había una demanda para presentar eventos y que no fueran algo aburrido, sino entretenidos, con ritmo, que la gente quisiera ir y se llevará algo distinto. Y en ese momento empiezo a descubrir cuál es mi valor diferencial, que no es llegar y presentar un acto, sino la implicación y la cantidad de horas que dedico previas al evento para ayudar al cliente, para hacer que ese evento sea algo realmente memorable y en él traslademos los mensajes que consideramos importantes. Entonces, ayudarles con la escaleta, escribiendo el guion y luego presentar, que es ya poner la guinda.

Sin embargo, tu espíritu de superación y tu capacidad te ha llevado más allá, ¿verdad?

Sí, a partir de ahí, lo que nunca había pensado es que me convertiría en mentora en habilidades de comunicación para directivos. Pero es que al presentar ese tipo de eventos y para ese tipo de público, me empiezan a decir “eso que tú haces, ¿me ayudarías a aprenderlo?”. Y es cuando decido crear un método y ponerlo en marcha para ayudar a directivos que tienen que dar discursos, que tienen que participar en mesa redondas o en reuniones con grandes clientes.

Lo dices como si fuese sencillo, pero imagino que crear un método propio no lo es.

Requiere lo que nunca había hecho, pararme a pensar en todo lo que yo ya sabía y estudiar mucho para hacer una comunicación eficaz. Tienes que establecer conexión emocional con las personas a las que te diriges, conexión intelectual con datos, hechos, argumentos, y, sobre todo, generar recuerdo. Vivimos en un mundo de exceso de información, hay que ofrecer algo diferente, especial, y entonces, a partir de ahí, desarrollo.

Siempre he empezado este tipo de procesos explicando lo más llamativo de mí que no saben: que soy hija de un mecánico y de una madre ama de casa, en un pueblo de 850 habitantes que se llama Cantalpino en Salamanca. Les cuento eso porque siempre vi a mi padre con una caja de herramientas para ir a arreglar los motores y yo, cuando dejo la tele, he ido a crear mi propia caja de herramientas, con habilidades de comunicación. He elaborado mi propia caja de herramientas y cada una de ellas las pongo en una mesa, para que sean muy visuales y para que mis mentorizados se lo apliquen a sí mismos, porque intento ayudarles a que saquen su mejor versión, pero que sean ellos mismos.

Y eso con gente que tiene muchísima responsabilidad, pero que luego resulta que todavía puede aportar más gracias a la comunicación.

En muchos casos son personas que tienen quizá la máxima responsabilidad dentro de una multinacional, pero que son conscientes de que la habilidad de comunicación es muy importante, porque ayuda a mover a tu interlocutor de una posición neutra en contra o a favor. Entonces, cuando manejas bien la comunicación, ellos son conscientes de que esto lo pueden utilizar con clientes, con los empleados y sobre todo para enganchar, captar la atención, que muchas veces cuesta y ver cómo el mensaje que ellos quieren trasladar se queda fijado a la audiencia a la que se dirigen. Muchas veces, cuanta más responsabilidad tienen, más conscientes son de que es una habilidad que necesitan mejorar, porque es una ventaja competitiva para ellos.

Además, al margen del ámbito empresarial, te mueves también en el institucional, incluso te han llamado de la Casa Real.

Su llamada fue para presentar el evento de homenaje a los sanitarios por la pandemia de la COVID-19, en el que inauguraban una escultura. Fue una experiencia muy significativa para mí porque, de algún modo, con mi trabajo, podía contribuir a ese homenaje. Mi decisión, por supuesto, fue sí y pesó mucho que mi hermana es sanitaria y había tenido una intensa labor como médico internista en el Hospital de Salamanca.

Ese fue un evento en el que me llamó Casa Real, pero luego, por ejemplo, trabajo para la Fundación Cotec para la Innovación que está presidida por el rey Felipe VI. Ya he presentado para ellos tres ediciones, vamos a por la cuarta, y siempre es un reto. A mí me encanta asumir eventos que tengan un plus de complejidad por el nivel institucional, por el número de asistentes que tenemos, y siempre hacer escaleta, guion, moderar las entrevistas, dar paso al rey… supone un reto porque siempre busco la excelencia en cada evento.

De hecho, me consta, que incluso los monarcas han reconocido tu trabajo

Si, tanto el rey Felipe en esos eventos, en los que incluso en el discurso siempre tiene palabras de agradecimiento y pone valor mi trabajo, como la reina Letizia que en un evento de la Asociación Española Contra el Cáncer, tras terminarlo, se dirigió directamente a mí para preguntarme, para darme la enhorabuena, sabía de mi trayectoria, se interesó por esta nueva etapa y por si echaba de menos la tele… se nota que están muy preparados, saben quién está ahí y tienen ese punto de acercarse y reconocer tu trabajo.

En esta nueva etapa profesional, en la que compaginas la gestión de eventos y la formación de directivos, ¿has ganado calidad de vida?

Sí, ahora tengo un equilibrio entre lo profesional y lo personal, que no tuve en la etapa televisiva. Yo creo que todos buscamos una vida más plena y con el paso de los años aprendes y ves que es muy importante ese equilibrio. Además, en el momento en el que estoy ahora disfruto de todo ese aprendizaje.

Y ya para terminar, ¿qué planes tienes para el futuro?

Quiero seguir haciendo lo que estoy haciendo y quiero seguir siendo feliz con cada proyecto y buscando esa experiencia al final, que a mí me da mucho. Me da muchísima felicidad embarcarme en un proyecto, en un evento, esos meses de trabajo que terminan y culminan cuando lo presentas, pero todo ese proceso es muy bonito. Y, por otra parte, también disfruto mucho de la evolución que logro con mis mentorizados. Ellos confían, se abren, muestran determinadas vulnerabilidades, carencias y puntos de vista. Entonces, ayudar y formar parte de ese proceso también es muy bonito, porque al final ves los resultados y eso te hace sentir satisfacción. Además, a mi me gustan los desafíos, no me tiran para atrás, sino que es una motivación extra.