La entidad trabaja por la “inclusión plena” a través de estrategias como la incorporación al mercado laboral
Mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y sus familias. Así define Asprodes su misión en Salamanca y su provincia. En sus más de 60 años de trayectoria han conseguido también algo muy importante: cambiar el imaginario de la ciudadanía. “A las personas con discapacidad se las percibe como personas”, declara Inmaculada Lorenzo, presidenta de la entidad. El primer paso que dio Asprodes fue acercar los centros y las viviendas de las personas con discapacidad intelectual a la ciudad. “La gente entiende que cada uno somos diferentes y que, en cualquier momento, podemos tener una dificultad. Que las personas con discapacidad actúen utilizando los medios que ofrece la ciudad, los lugares de ocio de todo el mundo es muy importante. Influye muchísimo que las personas con discapacidad se muevan en los mismos ámbitos que todo el mundo, pues normaliza lo que es normal: que cada persona es diferente”.
En este camino hacia la “inclusión plena”, que tienen como lema, recuerda que el acceso al mercado laboral es un paso muy importante. La Lonja de los Huertos Urbanos y la cafetería y restaurante del Victoria Adrados son algunos de los proyectos de los que Asprodes es adjudicataria. “Salamanca tiene una particularidad. Las empresas son pequeñas, entonces la dificultad para las personas con discapacidad para incorporarse al mercado laboral es mucho mayor. Pero tenemos formadores para, por ejemplo, las oposiciones a bedeles. Buscamos diversificar, siendo conscientes de las limitaciones y de que hay personas que no pueden o no quieren trabajar porque no encuentran su lugar adecuado”, explica.
Actualmente, 250 personas con discapacidad vinculadas a Asprodes disponen de un empleo. “Ahora tenemos que crear una empresa de inserción porque también atendemos a personas con otras discapacidades y en riesgo de exclusión”. El turismo accesible y rural se aborda desde Altair Turismo Rural y Posada Miranda, en Miranda del Castañar y en la Sierra de Béjar, respectivamente. La actividad comercial de Asprodes es muy extensa: colaboración con la Universidad para la elaboración de compost, producción de planta convencional y ecológica, servicios de limpieza a empresas, lavandería, transporte adaptado, catering, proyectos de jardinería sostenible…
Esta incorporación al mercado laboral de las personas con discapacidad intelectual se desarrolla a través de la metodología de Empleo con Apoyo, cuyo objetivo es facilitar a la empresa la contratación de la persona más adecuada. “Asprodes continúa ofreciendo respaldo a la persona contratada para que pueda desarrollar su trabajo en las mejores condiciones y respondiendo a la expectativa que requiere el lugar donde está trabajando”, explica. La Formación Profesional Dual es una modalidad de formación profesional que combina la enseñanza en el centro educativo y el aprendizaje en la empresa.
Asprodes no solo defiende la autonomía de las personas con discapacidad, sino también su libertad para elegir dónde y cómo vivir. “El principio básico es respetar la dignidad de la persona. La idea es que puedan continuar en su ámbito. Si son de un pueblo y quieren venirse a Salamanca o a Ciudad Rodrigo, bien. Pero si quieren quedarse en su zona, lo que tenemos que hacer nosotros es ir a apoyarles allí. Gestionamos siete residencias y más de cien pisos compartidos, apoyados en mayor o menor intensidad, en la ciudad y en la provincia”. Inmaculada recuerda que el 50% de la actividad de Asprodes está en la provincia, donde atienden a 1200 personas.
Otra de las barreras que denuncian desde Asprodes es la accesibilidad física y cognitiva, especialmente esta última. “Todavía es una asignatura pendiente que estamos trabajando. Las personas con discapacidad intelectual o muy mayores entramos en los sitios y nos sentimos perdidos. Por ejemplo, en el hospital nuevo falta cartelería con términos accesibles, no todo el mundo puede comprender todo. Tenemos derecho a ser autónomos cuando entramos en un sitio sin necesidad de tener que estar preguntando”.
Las familias son, como define Inmaculada, “uno de los pilares de la asociación y de todo nuestro movimiento”. “Nos ayudamos entre nosotros y recibimos una fuerza increíble. Nos encontramos solos ante una situación tan inesperada como lo es que tu familiar necesite unos apoyos que la sociedad no tiene previsto. Asprodes es un lugar donde saben de qué estás hablando, cuáles son tus problemas y buscan todos los recursos o crean los que se necesitan”. Inmaculada también destaca el papel de las familias como fuente de información a la hora de desarrollar proyectos para personas con discapacidad intelectual. “Los estudios que hacen los técnicos tienen que pasar por el filtro de la realidad, que es la vida diaria de las personas. La familia valoramos si a nuestro familiar le hace bien o no lo que le están ofreciendo”.
El crecimiento de Asprodes le ha llevado a desplegarse para atender las distintas necesidades a lo largo de la vida de una persona con discapacidad intelectual. Muestra de ellos son el Centro Concertado de Educación Especial Los Tilos, un centro concertado que imparte las enseñanzas postobligatorias de Transición a la Vida Adulta; el programa de actividades de entretenimiento, deporte y vacaciones, el servicio de apoyo a personas con diversidad funcional para el desarrollo de una vida independiente; los centros ocupacionales para la integración sociolaboral de las personas o los centros de día.
La presidenta subraya la necesidad de que las comunidades sean buenas para todas las personas. “Nuestro origen es la discapacidad intelectual, pero la realidad es que todos necesitamos apoyo en algún momento. Desde Asprodes también ofrecemos medios, instalaciones y profesionales a la sociedad”. La entidad muestra su compromiso con Salamanca a través de La Inclusiva, su estrategia de desarrollo comunitario. Esta línea de trabajo que apoya la presencia, participación y contribución de personas con discapacidad intelectual ha revolucionado la vida en los barrios de Prosperidad-Rollo, Garrido, San Bernardo, Oeste, Pizarrales Chamberí, Tejares y Huerta Otea desde su nacimiento hace dos años. Bibliotecas humanas, teatro comunitario, un podcast, multitud de actividades abiertas a toda la ciudadanía como yoga, paseos saludables o recogida de basuraleza son algunas de las actividades en las que se encuentran personas con discapacidad intelectual con otros vecinos de los barrios para conseguir, como dice Inmaculada “una vida digna y normalizada”.