El acto, celebrado en Madrid, fue clausurado por el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy
CENIE, el centro para el estudio de la longevidad dependiente de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, ha dado a conocer en Madrid los resultados del informe SOLiEDAD “La Acción Comunitaria, una herramienta para la prevención de la soledad y el aislamiento de la población mayor”, documento que recoge los aprendizajes y desafíos de la intervención empírica, iniciativa piloto y pionera llevada a cabo en la ciudad de Zamora, con el objetivo de abordar y combatir la soledad no deseada en la población mayor. El proyecto dirigido por la investigadora de CENIE, Elisa Sala Mozos, ha contado con la colaboración de la investigadora Regina Martínez Pascual y el liderazgo de la Escuela Universitaria de Enfermería del Campus Viriato de Zamora.
La presentación de las conclusiones del estudio ha tenido lugar en Casa de América de Madrid, y ha contado con la apertura institucional del director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, Óscar González Benito, quien ha señalado que “el incremento de la soledad no deseada con la edad presenta un gran reto para la sociedad. Hay que destacar que en todos los estudios hay un foco de intervención, un punto de partida para empezar a construir y un propósito educativo para desarrollar recomendaciones de cara al futuro”.
La directora del estudio, Elisa Sala Mozos, investigadora de CENIE, ha expuesto las principales conclusiones del informe destacando que con estos resultados ahora el paso siguiente es “seguir trabajando a partir de los activos y los aprendizajes generados. En estos momentos ya hemos realizado un segundo ciclo con 20 personas, con las que hemos generado espacios intergeneracionales, donde los más mayores y los más jóvenes deciden conjuntamente qué actividades y proyectos realizar. Estamos obteniendo aprendizajes muy útiles en términos de generatividad, empoderamiento y cobertura de expectativas relacionales de las personas”. Además, ha puesto en valor el rol que jugaron los voluntarios senior y junior en todo el proceso de ejecución del proyecto, señalando que “sin ellos, nada de lo que estamos haciendo sería posible”.
Irene Lebrusán, doctora en Sociología y coordinadora del Área Calidad de Vida y Sociedades Longevas de CENIE, ha moderado la mesa de debate que ha contado con la participación Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada; María Jesús Goikoetxea, psicóloga y doctora en Derechos Humanos en la Universidad de Deusto, y Clara Costas, investigadora social y experta en intervención en soledad no deseada de las personas mayores.
Irene Lebrusán ha explicado que el abordaje de la soledad de los demás es una forma de abordar y prevenir la propia. En este sentido, el enfoque comunitario nos permite no solo paliar las manifestaciones de un problema que afecta cada vez a más personas, sino de prevenir su aparición. "Una sociedad será tan fuerte como lo sean sus relaciones sociales", ha concluido.
Durante la mesa, Matilde Fernández ha indicado que “vivimos momentos de cambios globales, también en la sociedad española, y hacer frente a los nuevos malestares sociales, como las soledades, va a implicar la movilización de muchos actores protagonistas, como las administraciones, la economía social, el voluntariado, la ciudadanía en general”, mientras que María Jesús Goikoetxea ha puesto el foco en “que es necesario que desde la administración se refuercen los apoyos en las comunidades, ya que son los lugares donde las personas podemos encontrarnos, conocernos, influirnos e interrelacionarnos”. Al respecto, Clara Costas ha señalado que “es importante que las administraciones tomen cartas en el asunto, promoviendo allá donde sea necesario iniciativas comunitarias que tengan en cuenta la perspectiva intergeneracional”.
Posteriormente, hemos tenido la oportunidad de escuchar testimonios de dos de los voluntarios que formaron parte de esta iniciativa y que han sido parte integral de esta. Jesús Gallego García, voluntario senior y enfermero jubilado, y Marta Martínez Fidalgo, voluntaria junior y alumna de la Escuela Universitaria de Enfermería, quienes han compartido sus vivencias durante su colaboración en el proyecto. Para Jesús Gallego García el estudio SOLiEDAD ha significado formar parte “de una experiencia social y poder conocer lo que pasaba, donde la parte afectiva ha sido importante (…) hemos hecho amigos entre nosotros y ha sido una experiencia muy bonita”. Asimismo, Marta Martínez Fidalgo ha compartido que formar parte del voluntariado les ha permitido a los más jóvenes “conocer cosas de las personas mayores y sus vivencias” y ser parte de una vivencia intergeneracional.
El cierre de la jornada ha estado a cargo del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, quien valoró que “hoy, por suerte, sabemos más. Sabemos que la soledad debe abordarse desde una perspectiva comunitaria; sabemos que la soledad es una cuestión de bienestar y salud. Por eso, cuando hablamos de soledad ya no podemos hablar solo de intervenciones puntuales e individuales, sino, ante todo, de responsabilidad institucional y de políticas públicas”. Ha agregado que “si nos centramos en el caso de las personas mayores, diversos estudios sugieren que su sensación de soledad no tiene tanto que ver con la soledad física, con el hecho de estar solos, sino por el alejamiento emocional que experimentan. Tal y como explica el Informe, las personas mayores quieren respeto, quieres proximidad, quieren apoyo y espacios de intimidad”.