La negación de San Pedro
Llega el momento del prendimiento de Jesús, los soldados romanos conducidos por Judas irrumpen en las laderas del Monte de los Olivos. Algunos discípulos intentan reaccionar desenvainando sus armas, pero Jesús los detiene y se somete dócilmente a sus verdugos. Es llevado ante los sacerdotes Anás y Caifás, y es en este punto donde se produce la triple negación de Pedro En el patio del palacio, una mujer acusa le acusa de conocer a Jesús y de ser uno de los suyos. Pedro niega, no una sino tres veces, tal como lo predijo Jesús en la Última Cena. Ante la mirada del Maestro se abandona a las lágrimas.
El juicio de Poncio Pilato
Después de ser acusado de blasfemia por los sacerdotes y el Sanedrín, el tribunal judío, por compararse con Dios, Jesús es llevado ante el gobernador romano de Judea, Poncio Pilato. De hecho, no basta una acusación teológica para condenarlo a muerte, se necesita una política. Pilato, aunque escéptico ante el odio que todo el mundo muestra hacia un hombre al que juzga en el mejor de los casos como loco, es condenado (Muerte que infringían los romanos)
La Pasión y Crucifixión de Jesús
Después de ser golpeado y humillado, a Jesús le colocan una corona de espinas y envuelven en una túnica de color púrpura, en desprecio de haberse proclamado Rey de los Judíos. Arrastrado fuera de la corte, es desnudado, azotado, y luego se carga sobre sus hombros la Cruz que deberá llevar a su destino final: El monte Gólgota (Lugar de la calavera). Jesús avanza entre una multitud enfurecida, la misma que unos días antes lo había recibido con alegría en Jerusalén agitando hojas y ramas de palma. Entre ellos, escondidos y asustados, están los Apóstoles, Su madre María y las mujeres que lo aman y participan impotentes ante el tormento. Jesús se tambalea bajo el peso de la Cruz y cae por primera vez. Su mirada nublada por el sufrimiento se encuentra con la de María. Es sólo un momento, pero podemos imaginar el sufrimiento atroz de Nuestra Señora que ve a su único hijo doblado y roto. La profecía de Simeón se ha cumplido, una espada atraviesa su alma (Lucas 2, 35) y, sin embargo, aún en ese momento la Virgen deja de lado su inmenso dolor y trata de transmitir a su hijo sólo amor, ternura.
Simón de Cirene es obligado por los soldados romanos a ayudar a Jesús a llevar la cruz. Ahora avanzan juntos, mientras y (según la tradición) una mujer de nombre Verónica se abre paso entre la gente para enjugar el rostro de Jesús.
Ante el llanto de las mujeres de Jerusalén, Jesús les dice, «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos».
Al llegar a la cumbre del Gólgota, Jesús es despojado de sus vestiduras, hecho tender sobre el madero en forma de cruz y clavado de manos y pies, para luego ser levantado entre otras dos ladrones. Incluso en este momento en que su agonía llega a su punto culminante, Cristo deja a un lado su dolor y perdona a Dimas, el ladrón arrepentido, prometiéndole el paraíso.
ha cumplido, una espada atraviesa su alma (Lucas 2, 35) y, sin embargo, aún en ese momento la Virgen deja de lado su inmenso dolor y trata de transmitir a su hijo sólo amor, ternura.
Simón de Cirene es obligado por los soldados romanos a ayudar a Jesús a llevar la cruz. Ahora avanzan juntos, mientras y (según la tradición) una mujer de nombre Verónica se abre paso entre la gente para enjugar el rostro de Jesús.
Ante el llanto de las mujeres de Jerusalén, Jesús les dice, «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por vuestros hijos».
Al llegar a la cumbre del Gólgota, Jesús es despojado de sus vestiduras, hecho tender sobre el madero en forma de cruz y clavado de manos y pies, para luego ser levantado entre otras dos ladrones. Incluso en este momento en que su agonía llega a su punto culminante, Cristo deja a un lado su dolor y perdona a Dimas, el ladrón arrepentido, prometiéndole el paraíso.
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.