Viernes, 31 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Unas 200 personas participan en el Viacrucis de los Niños, que estrenó un Ecce Homo
X
CIUDAD RODRIGO | SEMANA SANTA

Unas 200 personas participan en el Viacrucis de los Niños, que estrenó un Ecce Homo

Actualizado 15/03/2024 22:23
David Rodriguez

La animada comitiva fue del Colegio Misioneras-Santa Teresa a la Iglesia de El Salvador

Los barrios de San Pelayo y Las Canteras fueron escenario en la tarde del viernes del primer acto de la Semana Santa Mirobrigense 2024 (más allá de las presentaciones del cartel o de la revista del evento): el ya tradicional Viacrucis de los niños promovido por la Delegación de Misiones de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, dentro de las acciones de Infancia Misionera, según explicó en su arranque el responsable del área, José María Rodríguez-Veleiro.

El Viacrucis empezó como es costumbre en el patio del edificio de la Avenida Conde de Foxá del Colegio Misioneras de la Providencia-Santa Teresa, hasta donde se acercaron acudieron un amplísimo número de niños y jóvenes (incluido algunos de La Fuente de San Esteban y Boada), junto a unos cuantos adultos, alcanzándose los 200 participantes en el global del evento, que estrenó una imagen: un Ecce Homo creado por un joven mirobrigense, Hugo Hernández Hueso.

Ese Ecce Homo formó parte de una comitiva encabezada por el estandarte de la Virgen de los Niños, tras la cual desfiló una cruz de madera, el nuevo paso y la ya emblemática Virgen de los Niños. Todos estos elementos fueron portados por niños y jóvenes a lo largo del trayecto, en el cual se fue rezando el Viacrucis. La primera estación se rezó en el patio del Colegio Misioneras-Santa Teresa, las 12 siguientes en otras tantas paradas por las calles Doctor Fleming, Caridad, Iberia y Avenida de Los Cañitos, y la última, en el interior de la Iglesia de El Salvador.

A la hora de rezar estas estaciones, se enunció la estación, hubo una reflexión general al hilo de la misma (por ejemplo se pidió que “se apague el ruido de las armas”) y se rezó un Padrenuestro, antes de seguir caminando, todo ello animado por cánticos (varios niños lucieron carteles con los números e imágenes de cada estación). En la Iglesia de El Salvador, tras la última estación, se cantó el Padrenuestro, regalándose a todos los que habían asistido una cruz (había 200, y se agotaron).