Vaya cristo con el Cristo

La pasada semana nos despertamos con un nuevo esperpento ‘tipical sapanis’. En esta ocasión se trata de que el colectivo de Abogados Cristianos anuncia que están estudiando medidas contra el cartel anunciador de la Semana Santa sevillana que el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla presenta cada año. Según dicho colectivo, presenta una imagen poco representativa de Cristo y que palabras de su presidente Polonia Castellanos no refleja el sufrimiento que debiera, ya que parece salir de un spa.

Como cristiano viejo, aunque reconozco que poco practicante, y porque así me enseñaron de jovencito, en la Pascua lo que se celebra es la resurrección de Jesucristo, no su martirio y su sufrimiento ¡por eso nos felicitamos la Pascua! Los días previos son de recogimiento, de meditación, de reflexión, pero en ningún caso, al menos yo no lo he entendido nunca así, de dolor y desconsuelo.

El profundo y nuclear mensaje del cristianismo, a diferencia del de otras muchas creencias, es un mensaje de vida y de esperanza. Es el triunfo de la luz frente a las tinieblas, por eso la Pascua es la principal fiesta cristiana, no la Semana Santa.

El término ‘pascua’ viene del hebreo ‘pésaj’ que en latín dio ‘pascuum’ y con él se hace referencia a la acción de festejar un paso, un tránsito, un cambio, una transformación, de conversión, eso es lo que se celebra y, como ya he dicho, nada de sufrimientos físicos ni mentales.

Anuncia el triunfo de la esperanza cristiana frente a la sumisión del Islam y al rigor de la letra de la ley del judaísmo anclado aún en la figura del Dios inmisericorde y hasta cruel del Antiguo Testamento. Anuncia el perdón frente a la culpa, la caridad y la compasión frente al egoísmo. Cristo es la buena noticia porque eso quiere decir la palabra ‘Evangelio’.

Nadie conoce la verdadera imagen de Cristo, sólo se trata de idealizaciones que se han ido transformado con el paso del tiempo y de una a otra cultura, así que fijares en estos detalles es advierte el conocido proverbio chico dice: Cuando el sabio señala la luna el tonto se queda mirado el dedo.

Una imagen sólo resultar ofensiva cuando se mira con ojos malintencionados y esa parece haber sido la mirada de la Señora Polonia que afirmar que el artista ha tenido mala intención. Yo estaba convencido que las intenciones no son visibles para el común de los mortales y que sólo Dios era capaz de ver en nuestro interior. La buena señora debería recordar las palabras de Lucas 37:38: No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. […] porque con la misma medida con que midiereis, se os medirá.

¿Por qué la mayoría de los santos y santas tienen caras de sufrimiento y de dolor? Eso tampoco lo entiendo. Deberían representarse felices por estar ya en presencia del Creador, a su derecha, y así nos transmitirían esa dicha. ¿Acaso tienen ustedes el monopolio de la imagen de Cristo? El crucificado es sólo una representación, es el dedo que señala lo que de verdad simboliza que no es precisamente la muerte sino por el contrario el triunfo de la vida, de la esperanza de la salvación para todos, esa la ‘luna’ que hay que mirar.

Hacerse los ofendidos, incluso pensar en tomar medidas judiciales aun sabiendo que dicha denuncia tiene escasas posibilidades de éxito, por no decir ninguna, me trae el recuerdo las palabras de Mateo 23:27 ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados, bien arreglados por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de toda clase de impureza.

En mi opinión sólo si reconocemos el rostro de Cristo en cada ser humano ¡en cada ser humano!, Dios reconocerá el nuestro cuando llegue el momento.