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“Ver terminada una pieza y que sea perfecta es lo más gratificante de ser alfarero”
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ALBA DE TORMES

“Ver terminada una pieza y que sea perfecta es lo más gratificante de ser alfarero”

Actualizado 09/02/2024 08:17
Roberto Jimenez

Tomás Pérez es el último heredero de una tradición artesanal y la última esperanza reciente de la continuidad en el tiempo de la alfarería de Alba de Tormes

Fotografías: Estudio Digital Franscisco Cañizal

- Hace ya varios años decidiste continuar con la tradición alfarera de tu familia, que no es pequeña. ¿Qué te impulsó a continuar este oficio?.

Si te soy sincero en mi infancia nunca pensé en ser alfarero. Empecé a ayudar a mi padre durante los veranos en la Alfarería y acompañándole a las ferias y me atrajo mucho y decidí formarme estudiando Cerámica artística en la escuela de artes y oficios.

- Podemos hablar de más de veinte familiares alfareros, distribuidos en seis generaciones, desde que en 1870 se empezase a tener constancia de estos datos. Has tenido la suerte de contar con dos grandes maestros a tu lado, tu abuelo Bernardo y tu padre Tomás, que es uno de los grandes exponentes de la filigrana albense. ¿Qué significan para ti tu abuelo y tu padre?

Son ambos un espejo donde fijarse, los dos han dedicado toda su vida a la alfarería y han sido grandes innovadores. Mi abuelo es uno de los pioneros de la filigrana de Alba, y mi padre ha hecho las piezas más espectaculares que yo he visto. Es una gran responsabilidad y un reto muy grande continuar con lo que ellos empezaron.

- ¿Cómo fue tu primer contacto con la alfarería y cómo te sentiste en ese momento?

Desde que tengo 4 años he vivido encima de nuestro taller y cuando me iba de casa o volvía, siempre pasaba a ver a mi padre y mi abuelo. Y cuando eres pequeño te gusta imitar lo que hace la gente mayor, por lo que desde que tengo uso de razón he estado tocando el barro. Al principio solo jugando a mancharme las manos pero a medida que iban pasando los años hacía cosas diferentes y más elaboradas.

- ¿Dónde encuentras la inspiración a la hora de elaborar una pieza?

En nuestras piezas propias nos gusta tener tradición e intentar innovar manteniendo las líneas de Alba de Tormes. No soy mucho de dibujar o hacer bocetos normalmente tengo la idea en la cabeza y le doy muchas vueltas hasta ver cómo será la mejor manera de hacerla. Muchas veces empiezo y la pieza no va como me gustaría y me toca volver a empezarla. Me considero bastante perfeccionista y si la pieza no sale como tenía en la cabeza no quedo conforme.

“Ver terminada una pieza y que sea perfecta es lo más gratificante de ser alfarero” | Imagen 1

- En vuestra Alfarería todo habla de filigrana. Os dedicáis principalmente a la fabricación de piezas decorativas y ornamentales a las que añadís la seña de identidad de la alfarería albense: la filigrana. ¿Por qué en la actualidad y con el paso de los años la filigrana sigue estando de moda?

Es una técnica que solo se ha realizado aquí, que llama mucho la atención por su complejidad y la delicadeza que hay que tener para llevarla a cabo. La gente que aprecia el trabajo hecho a mano sabe la de horas que hay detrás de cada pieza y además nosotros nos hemos encargado de ir introduciendo colores y formas para que no quedara anticuada en el tiempo.

- ¿Desde qué países o ciudades españolas recibís encargos?

Nuestras ventas online principalmente son en España y Portugal. Recibimos mucho interés desde Estados Unidos pero por desgracia la fragilidad de las piezas no impide enviar a algunos países. Cuando estamos en ferias los franceses e italianos se interesan mucho por nuestros productos. También los mexicanos se fijan mucho en los botijos de filigrana al tener un parecido con el árbol de la vida.

- Vemos que sois muy dinámicos en redes sociales y que la publicación de vuestras piezas tienen una gran acogida. Se trata de una forma de llevar la filigrana al resto del mundo. ¿Qué les ha sorprendido desde que están más presentes en Internet?

Pues nos ha sorprendido la gran aceptación que tienen nuestras piezas fuera del país. El 50% de nuestros seguidores son españoles y un 25% de Estados Unidos y después nos siguen desde muchos países de Latinoamerica. También llama la atención ver como la gente joven se interesa por la cerámica, aunque sea como hobbie o método de entretenimiento.

“Ver terminada una pieza y que sea perfecta es lo más gratificante de ser alfarero” | Imagen 2

- Ha sido monitor del programa de formación y empleo ‘AFE AGUAMANIL’. ¿Qué ha significado para ti y cómo valoras la experiencia?

Ha sido una experiencia muy bonita, hay que agradecer al ayuntamiento que apostara por un AFE relacionado con una tradición de nuestro pueblo y que fue el único en esta especialidad en Castilla y León. Tuve 8 alumnas y alumnos que se involucraron mucho en el proyecto y que quisieron aprender todo sobre la Alfarería. Pero 6 meses es poco tiempo para aprender en este oficio, porque todo es a base de repetición y por desgracia no teníamos tanto tiempo. También ayudó mucho que mi compañera Mari Angeles era sobrina de Felipe que fue alfarero, por lo que conocía el mundo de la alfarería y nos entendimos muy bien.

- ¿Qué es lo más gratificante de ser alfarero?

Lo más gratificante es ver terminada una pieza y que salga perfecta, que no tenga grietas, que el esmalte haya quedado uniforme, que todos los engobes hayan cogido el color que buscábamos. Pero también a la vez puede ser lo más decepcionante, hacer una pieza e invertirle horas y horas de trabajo y ver como en la cocción de vidriado la pieza ha sufrido alguna fisura y que hayas perdido todo el trabajo realizado.

- ¿Qué pieza es tu favorita y cuál entraña más dificultad de elaboración?

Los botijos de filigrana, que son probablemente la pieza más representativa de la alfareria De Alba de Tormes y por la que más se nos reconoce. Llevar la simetría correcta y que la filigrana quede totalmente vertical sin ninguna curvatura en toda su altura es un proceso muy complejo.

- ¿Por dónde crees que camina el futuro de la alfarería albense?

Desafortunadamente la alfarería popular es un oficio que en general está en decadencia. Cuando vamos a ferias se ve claramente que hay poco relevo generacional; y el que hay, se dedica más a la cerámica vanguardista como han hecho en nuestro pueblo Oscar o Iñigo Dueñas. Ser alfarero o ceramista es un trabajo difícil porque montar un taller requiere de una inversión inicial muy alta y no es un trabajo con una rentabilidad económica acorde a la inversión que se realiza y por desgracia vivimos en la época que buscamos una rentabilidad rápida y alta y no el oficio por vocación.