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Juan Carlos Sánchez propone crear la vacuna ReNOVA-AFICIÓN en un pregón con toro incluido
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CIUDAD RODRIGO | PRECARNAVAL CULTURAL 2024

Juan Carlos Sánchez propone crear la vacuna ReNOVA-AFICIÓN en un pregón con toro incluido

Actualizado 07/02/2024 09:53
David Rodriguez

El pregonero habló de los enemigos y defensores de los toros, antes de que los Porteros Mayores abriesen literalmente la Puerta del Desencierro

El preCarnaval Cultural regresó en la noche del martes al Teatro Nuevo Fernando Arrabal con el pregón de Juan Carlos Sánchez para la Peña Puerta del Desencierro, dentro de una velada en la que también fueron protagonistas como es habitual las personas designadas este Carnaval como Porteros Mayores de la Peña: Félix Rodríguez Muriel y Samuel Mateos Sánchez, quienes estuvieron acompañados como Madrinas de Honor por Mª Rosa González Romo y Mª Antonia Mateos Sánchez, respectivamente.

Todos ellos, junto con los miembros de la Peña, se concentraron en la Glorieta del Árbol Gordo, donde estuvieron tomando chochos y vino antes de ponerse en marcha encabezados por un quinteto de tamborileros: José Ramón Cid Cebrián, miembro de la Peña, y cuatro de sus alumnos de la Escuela Municipal de Tamborileros y Música Tradicional. Por el Registro, la comitiva alcanzó la calle Madrid, en cuya parte final tuvo lugar la habitual parada a las puertas de la Peña, para tomar perronillas y vino.

Tras unas nuevas fotos de familia en plena Plaza Mayor, con la Casa Consistorial de fondo, se recorrieron los últimos metros hasta el Teatro Nuevo, donde el acto fue abierto en esta ocasión por Miguel González, quién se encargó como “gran amigo” suyo de presentar al pregonero, Juan Carlos Sánchez, de quién desgranó su currículum antes de que hiciese entrada por el patio de butacas junto a la Reina del Carnaval, Clara del Río Pérez de Burgos.

El pregón

Juan Carlos Sánchez ofreció un contundente pregón, en el que tuvo ‘compañía’ sobre el escenario, la de un toro (interpretado por Chuchi Molinero), que interactuó en varias ocasiones con el pregonero, desde las inmediaciones de una Puerta del Desencierro que presidió el escenario, y que se abrió al final, justamente para llevar a cabo el desencierro. Al hilo de ello, Juan Carlos Sánchez ‘empezó por el principio’, es decir, por el encierro, rescatando una composición sobre el encierro a caballo que él mismo pronunció en el pregón que ofreció para El Porvenir en el año 2013.

Como conclusión de esa composición, el pregonero resaltó que “los toros han logrado de nuevo que seamos más ciudad, más gente, más pueblo, más unidos”, considerando que “es la magia de la fiesta, toro y carnaval maridan bien y casan mejor”, por lo tanto, “en esta fiesta no existe el divorcio, o no será ya el Carnaval de Ciudad Rodrigo, el Carnaval del Toro”. La parte de introducción del pregón se cerró con un recuerdo para los constructores de los tablaos a raíz de la Declaración de la plaza como BIC.

A partir de ahí hubo 6 bloques, siendo el primero para las ‘nostalgias del Carnaval’ del propio pregonero, evocando las corridas y encierros que se hacían también en Fuenteguinaldo en Carnaval, que se pasaron al verano a partir de 1964 debido a la emigración (ya que la gente volvía a los pueblos en esa época). Tras ello, pasó a hablar de los enemigos de los toros, comenzando por los “pensadores y moralistas” que se oponían a los mismos, así como al teatro, como el padre jesuita Juan de Mariana, añadiendo que los eclesiásticos “tampoco lo hemos tenido fácil” (relató una historia de Santo Tomás de Villanueva).

Teniendo un recuerdo a partir de otra anécdota para el desaparecido Román Durán, habló asimismo de una carta de 1830 del Obispo de Ciudad Rodrigo al párroco de Fuenteguinaldo felicitándole por intentar suprimir los encierros y las capeas; de la más conocida consulta que realizó el Obispo Mazarrasa a Roma en 1893 sobre la presencia de sacerdotes en eventos taurinos; o de la prohibición en los años 50 por parte de los Obispos de Salamanca y Ciudad Rodrigo a sus sacerdotes de asistir a corridas de toros.

En contraposición, el siguiente bloque estuvo dedicado a los defensores de los toros, centrándose en la figura de Juan Herreros de Almansa, a raíz de una obra de 1642, a partir de la cual dijo “arriba los corazones y vengan a remediar nuestros males los toros y las fiestas de esta muy antigua, noble y leal Ciudad Rodrigo”. Considerando que para remediar esos males también es necesaria “una buena vacuna”, explicó el origen de esta palabra.

A partir de ahí, enumeró los tres enemigos principales de la fiesta de los toros, empezando por uno que “está en casa: la falta de pasión y de afición”, que propuso combatir con la “vacuna" de la “ReNOVA-AFICIÓN". El segundo enemigo al que se refirió es la legislación de los propios festejos taurinos, que pretende ser “más papista que el papa”, con una “excesiva burocratización e inflación de trámites”.

Según dijo, esa legislación viene a raíz de los movimientos del respeto y el cuidado de los animales, de quienes “hemos de aprender al trato cada vez mejor hacia los animales”, por ejemplo que a un toro “no le tiren piedras en el encierro, ni lo pinchen, ni le maltraten, ni le hagan barbaridades”, asegurando que “el buen aficionado nunca se ha opuesto” a que se regulen estas cuestiones.

Sobre ello, añadió que las “legislaciones radicales de protección animal parecen regulaciones de corte fundamentalista e intolerante”, entendiendo que “legislar desde despachos puede hacer inviable la propia producción de productos de la tierra”. Desde su punto de vista, “algo no estamos haciendo bien, y estamos empujando a los ganaderos y agricultores a abandonar y a echarse en brazos de grupos radicales que pondrán en jaque en el futuro a la misma Unión Europea”. En torno a la tauromaquia, dijo que a la “hiperlegislación” hay que “darle puerta cuanto antes”.

El tercer enemigo al que se refirió Juan Carlos Sánchez fue “el desconocimiento e ignorancia”: “si te das una vuelta por una buena finca y ves cómo es criado y mimado y tratado un toro bravo y cómo son mimadas las vacas, no harían falta gastar muchas energías para defender a los toros”. En este momento, expuso palabras de reconocimiento de Federico García Lorca o Nikos Kazantzakis.

Como “remedio” para los males, Juan Carlos Sánchez propuso “encontrar unos buenos aficionados, que sean el mejor antídoto ante la gangrena de la desafición”, poniendo como ejemplo a los Porteros Mayores, que transformados en marionetas protagonizaron un diálogo sobre sus vivencias taurinas. Los Porteros Mayores ‘de verdad’ se levantaron a continuación para seguir desde la Puerta del Desencierro plantada en el escenario la lectura de una composición final por parte de Juan Carlos Sánchez titulada Poema al toro del desencierro.

Tras la misma, se abrió la Puerta, por la que salió un carretón hacia el patio de butacas. Finalizado el pregón, fue turno para las fotos y las felicitaciones, acudiendo la Rondalla III Columnas a las puertas del Teatro Nuevo para acompañar a la comitiva de la Peña hasta su cena post-pregón.