, 22 de diciembre de 2024
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Carta abierta a los sindicatos agrarios y gentes del campo
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LA REVUELTA CAMPESINA

Carta abierta a los sindicatos agrarios y gentes del campo

Actualizado 06/02/2024 15:25
Redacción

Comunicado del Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca

El Comité Antinuclear y Ecologista de Salamanca ha emitido esta carta abierta a los sindicatos agrarios y gentes del campo

"Dice el agro, sus sindicatos, que la Unión Europea “ha perdido el norte” y culpan de ello a los “lobbies ecologistas”. Queremos contestar, desde esta humilde asociación, a tales acusaciones y nos gustaría que nos leyeran, pero sobre todo que hubiera un diálogo entre ambos sectores: agricultores, ganaderos y ecologistas. No creemos que esto sea imposible, al contrario, creemos que sería muy productivo.

Y lo sería porque no defendemos intereses antagónicos. Todos queremos productos agrícolas y alimentos sanos. Condiciones dignas para todo el mundo, el campesino y el urbano (siempre se acusa de urbanitas a los ecologistas como si fuera un pecado, pero es que, además, todos procedemos o tenemos conexión con el campo).

Entonces, ¿dónde está el problema? ¿de dónde viene ese enfrentamiento? Por parte del movimiento ecologista sí, es verdad, hay un no rotundo a ciertas explotaciones: las macrogranjas y las grandes superficies de monocultivos industriales. Ese modo de explotación agroindustrial del territorio que no trae más que pobreza y contaminación a los pueblos a cambio del beneficio de unos pocos y que desgraciadamente, son los que más cobertura mediática tienen.

Nos gustaría alcanzar una alianza como la lograda en Francia. Una cooperación eficaz que ha conseguido grandes manifestaciones y éxitos, como la manifestación de Sainte Soline contra los embalses, ¡sí contra los embalses de agua! …, porque esa agua sería acaparada por un puñado de grandes empresas agrarias que son las hunden a la mayoría de las explotaciones. Eso en España en estos momentos es inimaginable. El Capital nos tiene divididos haciéndonos creer que ecologistas por un lado y agricultores y ganaderos por otro, somos enemigos irreconciliables. “Que los ecologistas con la ayuda de los lobos, quieren acabar con la ganadería”. O por lo menos, que “los lobos, son más importantes que los ganaderos”.

Tenemos que sublevarnos todas y todos, con un programa de mínimos común. Por la defensa del agro. Sin que esta sublevación sea acaudillada por la extrema derecha. Porque vosotros campesinos/as, y nosotros/as ecologistas, somos defensores de la tierra y del agua, fuente vida y alimentos. También nosotros participamos plenamente de la digna cólera de quienes os negáis a resignaros a la extinción.

El movimiento actual, el bloqueo de carreteras, considerado en toda su heterogeneidad, ha sido iniciado y conducido en gran medida por otras fuerzas que no son las nuestras afines, a veces con objetivos diferentes y también, a veces, con objetivos que nos son ajenos.

No entendemos ni compartimos el papel que ASAJA desempeña en estas movilizaciones. Su presidente, Juan Luis Delgado, se empeña en dar una imagen de unidad, quizá lo consiga. Pero este sindicato durante décadas ha contribuido a las políticas agrarias que favorecen un modelo industrializado y concentrado en detrimento de las explotaciones medianas y no digamos de las pequeñas. Ha colaborado a la extinción de muchas empresas y el sector que representa es el que mayormente recibe las subvenciones de la PAC, ¡las que menos lo necesitan son las que más reciben! No tenemos datos de Salamanca, pero en Francia, el sindicato equivalente a ASAJA, tiene miembros que cobran 11.500 euros/mes.

En todo el mundo el porcentaje de venta que corresponde a los agricultores ha pasado del 40% (año 1910) al 7% (año 1997) según la FAO. Este saqueo del valor añadido orquestado por sectores ajenos a la mayoría de agricultores y ganaderos es lo que explica que sin las subvenciones todos ellos tendrían déficit en sus empresas. Pero las subvenciones tienen un efecto perverso ya que los grandes beneficiarios son las grandes empresas que a vez destruyen a las medianas y pequeñas.

Los acuerdos de libre comercio ponen a competir a los campesinos de todo el mundo; son la otra espada de Damocles y parece que ni siquiera están en la agenda reivindicativa. La política agraria lleva muchas décadas con el logro de expulsar al campesinado del campo. Cada vez es menor el número empresas y las que van quedando cada vez más grandes, también más endeudadas. Si a este marco empresarial añadimos el calentamiento global, las sequías cada vez más largas, las nuevas y viejas zoonosis, el oficio se vuelve casi imposible, de hecho, invivible.

Hay que sublevarse contra este modelo agroindustrial de megasociedades acaparadoras que son las que se tragan las tierras y granjas de sus alrededores por mor de la eficiencia productiva (a costa de la calidad también). Ellas son las que asesinan a la chita callando lo que queda del mundo campesino.

No tenemos lecciones que dar a los agricultores/as ni tampoco ninguna falsa promesa. Sí podemos afirmar que la experiencia de nuestra lucha nos ha dado algunas certezas que guían nuestras apuestas estratégicas. Porque el ecologismo será campesino y popular o no lo será. Porque la seguridad alimentaria solo la podrá dar el campesinado con su propio modelo productivo ajeno al industrial. Y esto solo lo podremos lograr si se levanta un amplio movimiento popular que recupere la tierra frente al acaparamiento y destrucción. Nuestro esfuerzo se orienta a hacer volar por los aires los tratados de libre comercio, la desregulación de precios y el dominio monopolístico de la agroindustria y los hipermercados de consumo.

Creemos en la fecundidad de las alianzas, como las hubo en el pasado entre esta asociación y los sindicatos agrarios cuando se oponían a las instalaciones nucleares en esta provincia: la fábrica de combustibles de Juzbado, el IPES en las Arribes, y aunque menos, la mina de Retortillo. Por nuestra parte, no quedará".