Teniendo en cuenta todo lo que Amnistía Internacional detalla en su Informe, podemos constatar que esta festividad y celebración no es compartida ni disfrutada por muchos de sus ciudadanos, de hecho y desde hace varios años, se significan y exponen algunos casos muy concretos de personas acosadas, perseguidas o encarceladas por hacer meras críticas al gobierno o por la defensa de los derechos humanos de sus ciudadanos. De este modo, la campaña «Año Nuevo en China» de Amnistía Internacional viene a recordar todos los años a las autoridades chinas la necesidad de respetar los derechos humanos de sus ciudadanos y ciudadanas.
Juan L. Hernández
Activista por los derechos humanos
El 10 de febrero se celebra el Año Nuevo Chino, también llamado Fiesta de la Primavera, y es la celebración más solemne del año. Lleva miles de años celebrándose y es similar a la del Año Nuevo en Occidente. Al igual que en España, en esas fechas se desplazan millones de personas a lo largo del país para ver a sus familiares y disfrutar de esas fiestas con ellos. La comida y la bebida es también parte crucial en las reuniones familiares, sentándose alrededor de una gran mesa en la víspera del Año Nuevo y por supuesto, no puede faltar lo que es consustancial de los chinos desde tiempos ancestrales, como la quema de incienso y los fuegos artificiales.
Pero si no nos centramos exclusivamente en esta celebración, lo que realmente ocurre en el país es muy diferente, de ahí el título de este artículo, y es que muchos de los ciudadanos chinos no podrán celebrar este Año Nuevo, y esa realidad es la que viene reflejada en el Informe Anual 2022-23 de Amnistía Internacional. En este informe, que se publica todos los años, se analiza la situación de los derechos humanos en 154 países del mundo y en el que también se encuentra incluida España. En el análisis que el Informe hace sobre China se viene a decir muy resumidamente que «el gobierno continuó sofocando las críticas a sus políticas y acciones, así como los debates sobre temas considerados delicados, a través de una censura online cada vez más omnipresente. Se detuvo y recluyó arbitrariamente a personas que criticaban al gobierno, a defensores y defensoras de los derechos humanos, a activistas en favor de la democracia y a personas religiosas, tanto dirigentes como practicantes. Continuó la represión sistemática de las minorías étnicas en Xinjiang y Tíbet. Las autoridades trataron de evitar la publicación de un informe de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OACNUDH) que documentaba posibles crímenes contra la humanidad y otros crímenes de derecho internacional cometidos en Xinjiang. Las mujeres continuaron sufriendo hostigamiento y violencia sexual y otras violaciones de sus derechos. El gobierno de Hong Kong continuó su represión contra el movimiento en favor de la democracia. Se procesó y encarceló a periodistas de prensa, radio y televisión y a responsables de editoriales en aplicación de la Ley de Seguridad Nacional y otra legislación represiva, al tiempo que varias organizaciones de la sociedad civil en Hong Kong y en el extranjero se enfrentaban a cargos u hostigamiento por actividades legítima».
Teniendo en cuenta todo lo que Amnistía Internacional detalla en su Informe, podemos constatar que esta festividad y celebración no es compartida ni disfrutada por muchos de sus ciudadanos, de hecho y desde hace varios años, se significan y exponen algunos casos muy concretos de personas acosadas, perseguidas o encarceladas por hacer meras críticas al gobierno o por la defensa de los derechos humanos de sus ciudadanos. De este modo, la campaña «Año Nuevo en China» de Amnistía Internacional viene a recordar todos los años a las autoridades chinas la necesidad de respetar los derechos humanos de sus ciudadanos y ciudadanas.
En estos días en los que las familias se reúnen y expresan sus buenos deseos para el año que está por venir, es un buen momento para hacer llegar a las autoridades chinas nuestros deseos de libertad hacia personas encarceladas por ejercer o defender los derechos humanos en su país. Los casos particulares de este año para los se pide la liberación sin restricciones son los de Yu Wensheng (destacado abogado de derechos humanos condenado a cuatro años), de su esposa Xu Yan (bajo continuo acoso y vigilancia desde que se manifestó en defensa de su marido), de Chow Hang-Tung (abogada y activista de derechos humanos en Hong Kong acusada de «incitar a la subversión» bajo la nueva Ley de Seguridad), de Yiliyasijiang Reheman (estudiante uigur desaparecido, posiblemente en un campo de adoctrinamiento), y de Li Yuhan (abogada que lleva seis años en la cárcel por su defensa de derechos humanos). Todas las acusaciones a las que se enfrentan estas personas en cualquier país considerado democrático carecerían de sentido, estarían libres y no se tendrían que enfrentar a graves y largas condenas de prisión. Para conocer detalladamente por qué están perseguidas o encarceladas estas personas se puede consultar la página web de Amnistía Internacional (www.amnesty.org).
En fin, en esta fecha tan señalada y celebrada por los ciudadanos chinos, reiteraríamos a las autoridades del país deseos de libertad, de final de la tortura, de final del acoso a activistas y de libre ejercicio de derechos humanos para una población que ve como, año tras año, se limitan sus derechos humanos y se castiga a quienes los reclaman o ponen en práctica como son los casos que en esta ocasión se han presentado.
China, como la gran potencia tecnológica, militar, incluso espacial que es y que lidera la economía global hasta el punto que en breve se espera sea la primera potencia económica mundial desbancando a los Estados Unidos, es por el contrario deficitaria en conseguir que a muchos de sus ciudadanos no se les respeten sus derechos humanos y que algunos como los mencionados en este artículo permanezcan olvidados y desamparados en prisión y especialmente cuando acabamos de celebrar el pasado 10 de diciembre el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En cualquier caso, felicidades para todos los ciudadanos y ciudadanas chinas, también a la comunidad china residente en España, en su celebración del Año Nuevo, Año del Dragón.
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