Quise entresacar del libro de Yuval Noah Harari, “21 lecciones para el siglo XXI” aquellas enseñanzas que pudieran ordenar el mundo del fútbol, tan controvertido en estos momentos. A lo mejor bastaba resumir lo que Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, dijo sobre el problema que concierne al fútbol en estos momentos sin grandes aportes científicos: “Antes solo había un problema, el árbitro. Ahora hay tres, el árbitro, el VAR, y los árbitros del VAR”.
El libro en cuestión se centra en asuntos de tecnología, otros en la política, otras en la religión y otras en el arte. Determinados capítulos celebran la sabiduría humana, otros destacan el papel central de la estupidez humana. ¿Qué está ocurriendo hoy en el mundo y cual es el significado profundo de los acontecimientos? Si me circunscribo al mundo futbolístico que es mi afán diario, y no otro, bien es verdad que en el fútbol seguimos adorando al becerro de oro (Unos que Messi, otros que Ronaldo, otros más que Mbappé, los de más allá que Haaland, y recientemente en el Paseo de la Castellana apareció el inglés Bellingham que rinde pleitesía al fútbol y lo juega con gran perfección, eso sí jugando con las medias raídas para que no se le suban los gemelos.
Respecto a la tecnología del fútbol, además del VAR dichoso, los equipos (algunos) se benefician de la “Inteligencia Artificial” para conocer mejor sus posibles fichajes y las cualidades de los contrarios para contrarrestarlas en los partidos. Y la estupidez humana se concentra en lo que ocurriera hace 20 años en el fútbol español cuando un club de campanillas desembolsó casi 8 millones, para dárselos a un dirigente arbitral, y que todavía los jueces no han llegado a conclusiones de para qué. Digo que la estupidez es grandiosa, porque ahora un dirigente de aquel club histórico le dice a todos los españoles, desde su tribuna periodística, que la actual competición liguera “está manipulada” a favor de su enemigo de toda la vida. ¡Se necesita “jeta”!
La religión del becerro de oro ya no es posible practicarla (Los socios del Barcelona siguen añorando a Messi) y el arte futbolístico sí que se ha resentido, conformándose con jugadores-niños que apenas cobran y lo hacen muy bien en una relación armónica calidad-precio. Eso sí, la SuperLiga que comenzará a funcionar en 2026 es posible que sea la panacea del futuro para obtener unos ingresos necesarios que permitan cancelar los importes hipotecados con las célebres palancas salvadoras…
Como contempla el citado libro: “Les toca a sociólogos, filósofos e historiadores hacer saltar la alarma y explicar todas las maneras en que las cosas pueden ir terriblemente mal”. ¿Quiénes somos? ¿Qué debemos hacer en la vida? ¿Qué tipo de talentos necesitamos? Dado todo lo que sabemos y no sabemos acerca de la ciencia, acerca de Dios, acerca de la política y la religión, ¿qué podemos decir acerca del significado de la vida en la actualidad?
Por eso mismo cito tantas veces a “La Ignorática”, ciencia de lo desconocido, a la que recurro tantas veces para inventariar aquello que no sabemos o no tenemos noticia. Ya lo he repetido cientos de veces que “En el fútbol no está ya inventado todo”.
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