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“Solía bromear con la muerte para reducir el dolor”, revela una joven de Salamanca con depresión
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UNA DURA HISTORIA

“Solía bromear con la muerte para reducir el dolor”, revela una joven de Salamanca con depresión

Actualizado 12/01/2024 12:00
Vanesa Martins

Conocemos la historia de una joven, usuaria de Fundaneed, quien se alegra de haber dado este paso y anima a otras personas en su situación a que también lo den

Fuerza y valentía. Valentía y fuerza. Estas dos palabras son las mejor definen a una persona que se encuentra luchando para superar una depresión, una de las enfermedades mentales que afectan a más personas a nivel mundial. Fundaneed apoya y ayuda a estas personas y a sus familiares y nosotros hemos sido testigos de ello.

Sonia Martín González es psicóloga en la fundación. Entre sus usuarios hay una joven menor de edad, que por privacidad prefiere mantenerse en el anonimato. Tiene una sonrisa que quien la vea piensa que es la persona más encantadora y feliz del mundo. Encantadora lo es. Feliz, no tanto.

Cuando comenzó a desarrollar su adolescencia también comenzaron a llegar pensamientos duros, difíciles, que erizan la piel. Pensamientos con ideas de autolesión. “Desde pequeña yo siempre he sido muy risueña, y ahora con todo lo que he ido viviendo, pues he dejado de sonreír tanto”, explica.

Pero la cosa no acaba ahí, y pronuncia estas palabras que hacen que se encoja el corazón. “Siempre he sabido que me intentaba herir, he sido muy reservada desde siempre; ahora un poco menos”. Esos pensamientos no se los contaba a nadie, “me aislaba”, asegura. “Siempre quería estar sola y de cara al público intentaba mantener una sonrisa, pero luego me encerraba en el año a llorar, cuenta. “O, por ejemplo, yo no decía que se muera todo el mundo, sino que yo quería morirme yo. Solía bromear con ello para reducir ese dolor”.

“Pensamientos que me veían de la nada”, y que le hacían pensar que la mejor opción era autolesionarse, cortarse. Algo que está superando y que ya no hace. “Antes me cortaba para castigarme, pero lo dejé de hacer”. Pero cada palabra es más dura que la anterior, ¿por qué quería cortarse? “Hacía de algo muy pequeño algo muy grande. Lo hacía porque mientras se está cortando no tenía otros pensamientos”.

Su madre fue la persona que le impulsó a ir a terapia, algo que al principio no quería y a lo que se oponía. “Si hubiera sido por mí no hubiera venido, pero mi madre me lo dijo”. Ahora “he pensado que he hecho bien en venir, me gusta venir”. Espera que las sesiones le ayuden “a cambiar la mentalidad frente a todo lo que me está pasando, tener una mejor visión de la vida sobre todo”.

Por eso, anima a las personas que están en su situación, y en especial a los adolescentes, que, si notan que algo no va bien, que pidan ayuda, que lo cuenten. “No es bueno que se guarden las cosas para sí mismos, porque llega un momento que al final que no puedes tú solo y acabas explotando”, concluye.