En la Avenida de Portugal la distancia entre algunos pasos de peatones es de 150 metros, demasiados para ser eficaces.
Debido a la euforia verde y sostenible de nuestro insigne Ayuntamiento desde hace unos años, de vez en cuando compruebo si corrige alguna veterana mala decisión contraria a ello. No pierdo la esperanza, a pesar de insistir en el contraste entre ese discurso tan de moda y la realidad, pues esta va perezosamente mejorando. Pero la santidad está en los detalles, dicen. Por ejemplo, la reforma de Álvaro Gil no puso todos los pasos de peatones precisos en el cruce más importante para ellos, con la Avenida de Italia. Por mirar más allá, como le pasa al Gobierno con su progre discurso ambientalista frente a su fatuo abandono del ferrocarril en la mayoría del territorio español.
El mal diseño de la entrada al aparcamiento provoca un rodeo al peatón. La línea de edificios de este lado está a la altura del árbol más alejado.
Tras el tradicional abandono abocando a su habitual sustitución por otros nuevos, de repente hace unos años pintaron unos bancos en la ahora María Auxiliadora. Algunos tuvimos la esperanza del reinicio de la práctica del mantenimiento, más barata, pero no llegó muy lejos. Hace no mucho se replantaron algunos alcorques, incluso brotaron en alguna ancha acera largo tiempo en evidencia, a la par que el ensanche de otra no los incorporaba. Parece como si de repente alguien se da cuenta de las torpezas y tiene un chispazo corrector, de la misma duración.
Obsérvese la separación entre pasos de peatones, casi 150 metros también en este caso. Inevitables los "atajos" en la mediana.
Uno de esos sitios asomado por aquí de vez en cuando es la Avenida de Portugal. Su ya alejada última reforma en los dos primeros tramos siempre la elogio como ejemplo a seguir, con alguna corrección. Su veloz revisión cuestionó el sentido de la actuación, quizás no del gusto de algún liberal nostálgico de la movilidad desarrollista. Eliminaron pasos de peatones, rompiendo la interesante cadencia de “limitaciones” para calmar al coche y proteger al peatón. Paradójicamente lo justificaron con los atropellos, la plaga histórica de esta calle que se pretendía corregir. Levantar esos pasos, como ahora sin más razones sí es posible, los hubiera evitado.
Complementando la foto anterior, la señal de 30 en el suelo como referencia. Otra vista, desde donde hubo un paso de peatones, de los "atajos" en la mediana.
Aunque no es el único caso, ni en esta calle ni en la ciudad, me fijo en el entorno de un supermercado. Allí es posible ver en breves minutos una amplia muestra de “indisciplina peatonal” causada básicamente por necesidad. Dar rodeos innecesarios (evitados incluso por vehículos) caminando no es lo más lógico, y más cuando se tiene una edad. Pasa el tiempo y por fortuna no se viven situaciones comprometidas, pero no se hace nada y el riesgo persiste. No necesitamos ningún grave incidente para actuar, y evitar estas situaciones absurdamente mantenidas en el tiempo no requieren mucho gasto.
Otros "estelares" momentos vividos gracias a la "buena" actuación municipal.
Además de visibles obras adjetivadas de peatonales o sostenibles en el papel, también se pueden hacer pequeñas actuaciones de gran impacto mejorando la calidad de vida de la gente y su seguridad. Y precisamente la Avenida de Portugal (y su paralela Avenida de Mirat) es hoy ejemplo. En varios accesos a calles trasversales se han levantado pasos de peatones, justamente buscando calmar el tráfico en el Barrio de Labradores. Ya veremos el resultado de esta pequeña inversión.
Nuevos pasos de peatones elevados en la Avenida de Portugal, con Rodríguez Fabrés en este caso.
En el entorno se van a transformar calles en espacios de plataforma única, confiando sea el inicio de algo más serio. Esta es una de las zonas de la ciudad con mayor tráfico de vehículos, antaño (cuando había estación medidora) de las más contaminadas y es de las más ruidosas. Si los cambios también llegan por aquí, ¿no es buen momento rescatar el anterior diseño de la Avenida de Portugal, elevando ahora los pasos de peatones? Buscando la coherencia de convertir el discurso en realidad, en todo el espacio urbano. Y no hace falta pedir disculpas por evitar muertes prematuras.
Restos de un antiguo paso de peatones, sería buena idea rehabilitarlo.
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