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“Saber que tenía epilepsia me hizo pensar que se terminaba la vida normal, pero no es así”
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JESSICA MARTÍN, PACIENTE DE EPILEPSIA

“Saber que tenía epilepsia me hizo pensar que se terminaba la vida normal, pero no es así”

Actualizado 26/12/2023 19:56
Redacción

Desarrolla su día a día con normalidad , trabajando en el restaurante familiar y apoyada por la asociación Aspecyl

Historias como la de Jessica Martín Blázquez aparecen como de la nada, pero esconden detrás un largo camino de silencio y lucha que hoy quieren aflorar y salir a la luz pública con el fin de poder servir de ayuda y apoyo a no pocas personas que cada día están viviendo ocultos una enfermedad como la epilepsia y no saben que hay muchas manos amigas que pueden ofrecer ayuda, tanto a pacientes como a sus familias. Pero para llegar a este fin debemos situarnos en el principio, cuando Jessica comenzaba a notar que “algo pasaba”: “El principio llego un día cualquiera que estaba en clase en el instituto. Tenía 15 años, y recuerdo muy mal cuando algo me pasaba y, de repente, aparecía en una cama del hospital rodeada de médicos y mi familia… algo me había pasado que yo ni sabía. Yo solo escuchaba me llevaban al hospital, que me habían dado unas convulsiones y tenían no pocas dudas sobre lo que era eso”.

A partir de ahí comenzaba un duro camino tras conocer el diagnóstico: “Me detectaron que lo que tenía era epilepsia y la verdad es que no entendía nada… qué era eso? Me dieron medicación acorde a mi edad y yo no lo admitía… me daba mucho miedo enfrentarme al momento de contarlo y acertarlo… qué le iba a decir a mis amigos cuando a esa edad si no salías de fiesta eras ya rara… yo seguía sin aceptarlo y llevando la vida completa que podía tener cualquier joven de mi edad”.

Desde aquí comenzaba un camino largo, en el que la vida de una adolescente cualquiera cambiaba por completo, algo que generaba una madurez mental en Jessica que se generaba a mucha mas velocidad que la de cualquier joven de su edad. “El día a día, controlando y llevando la medicación correctamente, sin una excusa, es mucho más fácil, pero hay que mentalizarse de que esto es así o si no las cosas irán mal… siendo sincera, vivía cada día con el miedo de que volviera a sufrir aquella situación, pero aprendes a convivir con ello” explica.

Desde aquellos 15 ha llegado hasta los 36 años de hoy, en los que compagina a la perfección a enfermedad con su más que animado trabajo en el restaurante de Ventosa del Rio Almar, sacando cada día adelante el negocio junto a su madre pero con sus limitaciones ya que, tal y como detalla, “el conducir es algo que se me hace imposible ya que en cualquier momento puedes vivir lo que llamamos una ‘ausencia’, algo que ya he vivido trabajando y sirviendo a los clientes, aunque esto último no lo ha notado nadie”.

Para Jessica, esta experiencia supone su día a día mas rutinario y normal, algo que ahora ha decidido de manera valiente hacerlo público, con el fin de ofrecer ayuda a través de su testimonio a cuantas familias y vecinos de provincia esten viviedo lo mismo desde la intimidad de su hogar, ya que ella ha comenzado a formar parte de la asociación ASPECYL, una entidad sin ánimo de lucro que surge de la mano de ASPACE (Asociación de Padres de Personas con Parálisis Cerebral y Encefalopatías Afines) en el año 2017, en el sentido de que es esta asociación es quien mueve su constitución, cuyo objetivo principal es la promoción de la calidad de vida de las personas con epilepsia, así como de sus familias y allegados, atendiendo a la defensa de sus derechos y necesidades sanitarias, educativas, laborales y sociales.

“Se trata de una enfermedad difícil de llevar en soledad o sin apoyos, ya que vives con la incertidumbre de no saber en que momento puede volver a manifestarse y llegar las convulsiones o las ausencias… recuerdo con dolor cómo hubo gente que me dejo de lado cuando comencé a vivirlo… y mi familia lo paso mal ya que era incapaz de aceptar lo que me pasaba… hasta que mi prima Sheila empezó a obligarme a salir nuevamente con normalidad y conseguí aceptarlo sin más… se lo agradeceré toda mi vida” asegura emocionada Jessica.

Hoy aborda su epilepsia desde la total normalidad y junto a la asociación ASPECYL, de reciente creación, en la que también está aportando su granito de arena para ayudar a todos los que poco a poco van dando un paso adelante y piden ayuda a un colectivo, que hoy trabaja junto a decenas de pacientes, teniendo como prioridad el contribuir al conocimiento de la problemática, además de fomentar la igualdad social de las personas que lo padecen. De forma que los ámbitos de actuación que desarrolla se centran en realizar una labor divulgativa y de sensibilización que dé a conocer la realidad de la patología, sus repercusiones a nivel individual, familiar y social y contribuya en eliminar el estigma y los falsos mitos que siguen presentes y contribuyen a generar aislamiento social alrededor de la patología, ofreciendo también una atención psicosocial a cualquier persona que acuda, personas afectadas y sus familiares, contando con un grupo de ayuda mutua que desarrolla reuniones mensuales.

“Gracias a mi familia, la asociación, mi marido y mi prima ,he podido normalizar y controlar una enfermedad que parecía ser el final de mi vida plena” asegura Jessica, quién lanza además un llamamiento a quienes estén sufriéndolo para que se pongan en contacto con ella misma y la asociación, algo que pueden hacer en el correo electrónico en [email protected] y en los teléfonos 629 46 58 69 y 923 28 95 85. Estamos también en redes sociales: Facebook @aspecyl Twitter @ aspecyl e Instagram @aspe.cyl.