Han tardado más de una semana en realizar todo el montaje que ya puede disfrutarse
Es una de esas tradiciones tan familiar como ilusionante, algo que va perdurando en el tiempo a base de esfuerzo y dedicación.
Esta bien puede ser la definición del sorprendente y gigante belen que cada año muestra la familia peñarandina Poveda Rodríguez, montaje que ya puede verse en el inicio de la calle Bebedero (conocida popularmente como la calle de los entierros).
Una escenificación, con 200 figuras y todo detalle, en el que no falta el molino, el rio con agua natural corriendo o los no pocos oficios de la ciudad de Jesús de Nazaret.
“Empece a montarlo de manera mucho más pequeño con mi abuelo hace 16 años y hoy, gracias a la donación de los vecinos y nuestro esfuerzo, hemos llegado a las 200 figuras” explica Chema Poveda, artífice del montaje.
Hoy, el nacimiento en casa de la familia Poveda, cuenta con innumerables visitas cada día, al atardecer, mostrando toda su esencia con la iluminación y los no pocos mecanismos que lleva implantados, dandole un realismo pleno a la escenificación, algo que han tardado una semana entera en montar.
“Mis padres, mi hermana, mi cuñado y yo somos los encargados de realizar la instalación” asegura Chema, quién afirma rotundo que “el día que falten mis padres seguiré apostando por ponerlo cada año, no quiero que se pierda esta tradición”