El año pasado, en 2022, las criptomonedas superaron una de sus peores crisis habidas y por haber. Pero en 2023 aún se mantiene una cierta agitación e incertidumbre sobre el futuro de estas monedas, sobre todo debido a la falta de respaldo de algún organismo oficial
Mucho se habla de las criptomonedas desde hace algunos años, y hasta se ha llegado a decir que las monedas virtuales son el futuro de la economía. De hecho, desde que llegó el bitcoin en 2009 hasta hoy se han visto algunos cambios muy significativos, y ciertamente España ha mostrado una postura muy favorable hacia este y la tecnología blockchain.
La influencia de las criptomonedas se manifiesta de una manera especial en nichos específicos. Por ejemplo, hoy en día es más que fácil encontrar y jugar en un ethereum casino. Estos son sitios de juego online que han adoptado la criptomoneda etherum como una opción de pago. Esta tendencia no sólo refleja la aceptación de las criptomonedas en este sector, sino que también muestra cómo estas monedas digitales están alcanzando otras industrias más allá de las finanzas.
Según un informe del Banco de España publicado hace, aproximadamente, un año, los españoles inviertieron casi 60.000 millones de euros en criptomonedas en 2021, lo que equivaldría a un 10 % de las transacciones totales.
Además, de acuerdo al mismo estudio, España multiplicó el valor de los principales mercados de criptomonedas hasta 7,8 en febrero de 2022. Por otro lado, el bitcoin (BTC) y ethereum (ETH) son las principales criptomonedas que se utilizan y concentran más del 60 % total del valor de las transacciones.
El año pasado, en 2022, las criptomonedas superaron una de sus peores crisis habidas y por haber. Pero en 2023 aún se mantiene una cierta agitación e incertidumbre sobre el futuro de estas monedas, sobre todo debido a la falta de respaldo de algún organismo oficial.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) todavía no considera a las criptomonedas como un producto financiero y, de hecho, ya ha emitido varios comunicados señalando de que no supervisan este tipo de activos. No obstante, esto no quiere decir que las criptomonedas sean completamente libres en España, ya que están sujetas a impuestos sobre la renta y a regulaciones anti-lavado de dinero.
En España, el perfil del inversor en criptomonedas es bastante claro. Son personas que, habitualmente, son muy activos en redes sociales y en tecnologías de la información y tiene estudios universitarios. Un 5 % de su capital lo suelen dedicar a las criptomonedas. Y un 9 % de estos inversores, invierte de manera regular.
Aún así, la gran mayoría de estos inversores es consciente del riesgo que supone invertir en este tipo de activos. Ya sabemos que la volatilidad es un aspecto importante, pero también la falta de liquidez de algunas de ellas y la regulación, todavía un tanto desordenada, hace que muchos otros inversores huyan de ellas.
De todas las criptomonedas es Bitcoin la que más se usa y con la que más se invierte en España. Desde luego, es la que más popularidad ha ganado en el país y ya son muchos los negocios que la aceptan como forma de pago.
A falta de regulaciones oficiales, el comercio del Bitcoin sigue impactando de manera positiva la economía española y sigue creciendo y ganando entusiastas. Aún así, no es algo que esté fuera de polémica en este año. Los inversores son muy conscientes del riesgo de usar bitcoin y otro tipo de criptomonedas, pero lo hacen pese a ello.
Además, y a pesar de todo, lo más probable es que España continúe experimentando un aumento constante y sostenido en la actividad de criptomonedas en los próximos años, pero poco más podemos decir al respecto hasta que no tengamos las cifras exactas.
Por ejemplo, el famoso sitio web de estadísticas, Stadista, afirma que el valor de las transacciones de criptomonedas seguirá aumentando en todo el mundo, a pesar de la crisis del año pasado, de la volatilidad, de la complejidad y de la falta de una regulación en España y en otros países.