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“Vine unas navidades a Ciudad de México y supe que aquí estaba mi lugar”
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héctor blanco, salmantino que lleva 13 años fuera de Salamanca

“Vine unas navidades a Ciudad de México y supe que aquí estaba mi lugar”

Actualizado 05/12/2023 10:32
Vanesa Martins

En la actualidad, dirige dos empresas e invierte y asesora en otros emprendimientos. Por el momenot, no se plantea volver a Salamanca

Miles de salmantinos han hecho las maletas y se han ido fuera de Salamanca en busca de un futuro. Unos por unas razones y otros por otras. Desde trabajo, familiar o experiencias, hasta por haber encontrado su lugar. Este el caso de Héctor Blanco, hijo del conocido fotógrafo salmantino Javier Blanco, un joven salmantino de 35 años que vive en Ciudad de México, a 8.881 kilómetros de su Salamanca natal y de lo que eso conlleva: su familia y amigos. Aquí creció, disfrutó y en su adolescencia formó parte de la Escuela Taurina de Salamanca, “una experiencia que volvería a vivir una y mil veces. Los valores que se aprenden en el toro sirven para todo en la vida”.

Persona soñadora y apasionada por el emprendimiento, y salmantino de corazón y con muchas ganas de crecer siempre tanto en lo personal como en lo profesional”, así es define Héctor, quien añade “soy taurino y salmantino de corazón”.

Nació en la capital charra en 1988 y hasta los 19 años vivió en Salamanca, algo de lo que se siente “muy agradecido con la vida porque es una ciudad que ofrece una calidad de vida impresionante”.

Recuerda que desde muy pequeño “no era muy buen estudiante” y es algo de lo que se arrepiente. “Pasé por varios colegios y acabé haciendo un grado técnico superior de marketing y gestión comercial a la vez que trabajaba en el estudio de fotografía de mis padres en el Paseo del Rollo y en una empresa que teníamos para colocar hormigón impreso”, explica. “Para mí estudiar era muy aburrido, pero aprender era muy divertido”, asegura.

Desde pequeño Héctor “podía ser independiente y libre”, algo que demostró cuando a los 19 años decidió irse a estudiar a Seattle (Estados Unidos). De allí, dos años después y con tan solo 21 tomó una decisión que le cambió la vida: mudarse a Ciudad de México, su actual hogar.

“Gracias a los toros conocí a uno de mis mejores amigos mexicanos que fue a Salamanca a torear. Allí hicimos una gran amistad y me invitó a pasar un mes a México con su familia en las Navidades del 2009”, recuerda. “Quedé maravillado con el país, pero sobre todo con la calidez de la gente, me sentí identificado con la despaciosidad de las cosas”.

En ese viaje lo tuvo claro. “Supe que aquí estaba mi lugar y en julio de 2010 decidí venirme a México”. Al principio “estaba completamente desubicado y pasando una racha mala en mi vida por situaciones personales y familiares”. Héctor llegó a México con 500 euros y lo único que sabía hacer era fotos. “Pero no tenía ni cámara ni dinero para poner un estudio”.

Al principio recuerda que fue difícil, pero “necesario” para su crecimiento. “Comencé a trabajar en ventas que me dio muchas tablas, luego me contrataron en una agencia como Project Manager para llevar la cuenta de BBVA aquí en México, durante dos años fui distribuidor de una marca de álbumes fotográficos y finalmente comencé a emprender mis negocios en 2014 y 2015”.

“Vine unas navidades a Ciudad de México y supe que aquí estaba mi lugar” | Imagen 1

Ya en México se ha seguido formando y ha cursado un Master de Marketing Digital, un Master de Inteligencia Artificial e Innovación y un diplomado de Data Analytics por Business más varias certificaciones de Google, Meta, Tiktok, etc. “Me gusta estar al día de todo lo que sale y estoy buscando apuntarme a un MBA para poder aplicarlo en mis negocios”.

Asegura que la adaptación no le costó mucho. España y México tienen culturas muy parecidas aunque a la vez “distintas” porque “aquí todo es más despacito”.

En la actualidad, dirige dos empresas e invierte y asesora en otros emprendimientos. “A la que más tiempo le dedico en la actualizad es a Reservándonos, es una web app de gestión de reservas y software as a service para restaurantes, bares y experiencias. Actualmente tenemos más de 100,000 usuarios mensuales y nos estamos expandiendo por varios países de Latinoamérica".

Sin embargo, él mismo explica que la gran parte de su tiempo se la lleva “Master Class Photographers, mi primer emprendimiento en México”. Una escuela de fotografía presencial y online con presencia en varios países. “Organizamos anualmente en Ciudad de México el Congreso de fotografía más grande de habla hispana en el mundo, se llama Expo Photo Master Class”.

Sobre el triunfo en una ciudad y un país tan lejano de Salamanca asegura que “no me gusta pensar en el triunfo como tal porque eso va y viene. Mantengo una actitud humilde de aprendizaje constante, enfocándome en contribuir positivamente a mi entorno y por supuesto siempre orgullo de mis raíces”.

Su llegada a México no fue fácil: sin dinero, sin experiencia laboral y sin títulos universitarios los primeros meses fueron muy duros. “Tuve que empezar muy desde abajo, mis primeras nóminas no superan los 300 euros al mes”.

Recuerda con especial nostalgia una visita de su madre. “Vino a verme y al ver dónde vivía se echó a llorar. Yo no quería pedir ayuda porque quería probarme a mí mismo y sabía que estaba en una etapa de aprendizaje que además me hacía falta vivir”. Sin embargo, tanto mis padres como mi hermano Javier me apoyaron para que pudiera remontar mi camino y es algo por lo que estaré siempre agradecido”.

Lleva más de diez años en México, y asegura que es un país “que aporta muchas oportunidades si eres paciente y constante para esperarlas y además es un país se muchas tradiciones donde también puedo seguir ejerciendo mi pasión por la tauromaquia y el campo bravo”.

Estar lejos de su familia, de sus amigos y seres queridos es lo más difícil para Héctor. “Te pierdes muchos momentos importantes que no vuelven. Trato de ir al menos un mes al año de vacaciones, pero a veces no te alcanza el tiempo para ver a todas las personas que quieres y algunos seres queridos ya no están”. Aunque también echa de menos el jamón “el de Guijuelo, jamón del bueno”.

En la actualidad México tiene más de 120 millones de habitantes y en especial Ciudad de México “está pasando por un momento espectacular. Se está volviendo una ciudad muy cosmopolita para vivir donde cada vez se instalan más Start ups de todo el mundo. Se vive un ambiente muy emprendedor, hay mucho ocio, arte y una excelente gastronomía internacional, además, México tiene una excelente ubicación para impulsar tu empresa tanto en Estados Unidos como en toda Latino América”, asegura.

No se plantea volver, aunque sabe que el futuro puede cambiar en cualquier momento. “Todos mis negocios están aquí y además en unos meses me voy a casar”, aunque asegura que “me encantaría llevar alguno de mis negocios allí para poder ir más tiempo”, concluye.