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Nuestra Constitución 45 años después
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Nuestra Constitución 45 años después

Actualizado 07/12/2023 07:58
Fermín González

"La razón, la fría, calculadora y desapasionada razón, debe aportar materiales de nuestro futuro apoyo y defensa. Ojalá dichos materiales se integren en la inteligencia colectiva, la solida moralidad y, en particular, en el respeto a la Constitución y las leyes" (Abraham Lincoln)

¡ …Cuándo llegue el día en el que los españoles puedan elegir en listas abiertas a las personas que consideren más idóneas y capaces, para ser los gestores de los cargos públicos que conforman el patrimonio de la soberanía nacional!... Entonces podremos empezar a hablar que, en un breve período de tiempo, tendremos un sentimiento pleno de democracia. Al decir en listas abiertas, nos referimos que han de conformarse y surtirse de las personas que residan en su distrito electoral. Acercando la persona elegida a su votante, esa, seria a buen seguro, la forma en que: La democracia, sin la menor duda, podrá ser real y efectiva.

La Constitución Española, denominada CARTA MAGNA ha de ser de obligado cumplimiento para todos los españoles, siendo un agravante para los cargos públicos electos, y, para todas las personas dedicadas a la judicatura cuando tienen la responsabilidad de dictar sentencias. Ya está bien de ser una norma inane para unos, y de obligado cumplimiento para otros, creando una violación consentida, -según para quien-, del Articulo 14 de esta norma.

Es evidente, que cuando más hablan de la Constitución – la clase política-, menos la cumplen, y por lo que se les oye, muchos de ellos parece que ni la han leído, o cuanto menos no saben interpretar la forma, su significado y sentido de aquellos artículos y disposiciones en los que se sustenta nuestra convivencia, según esta Carta Magna.

Es lamentable, que se tomen decisiones en nombre de la misma, cuando precisamente, al amparo del magno documento de 1978, se trata de defender, de preservar, de garantizar etcétera, los funcionamientos básicos y elementales en aras de la justicia, el buen sentido y la convivencia, así como también defender derechos, y dar buena dosis de equilibrio y equidad, en las obligaciones, por parte de todos los que habitamos en la Geografía española. Y, aunque es más que necesario, actualizarla, modernizarla, adaptarla a las circunstancias, económicas, sociales y de justicia, que hoy reclama la sociedad, no es menos cierto, que si está escrita sancionada, y votada por todos los poderes públicos y la soberanía popular, debería ser de estricto cumplimiento los artículos, las enmiendas, y sus consiguientes párrafos, en aplicación de esa buena voluntad que se le supone a los mandatarios y a los jueces en que su aplicación llegue a todos los rincones del País, incluyendo todos los mortales españoles, u otros que convivan legalmente en nuestro territorio.

¿Por qué se hace cumplir y respetar la Constitución, en muchos de sus mandatos, acudiendo a ella, para aplicar la Ley?... ¿Por qué, si se hace cumplir unos, no se han de cumplir todos? Esta premisa, esta exigencia, este rigor, esta altura de miras, sería lo que daría crédito, confianza y fe en la ciudadanía, en todos sus ciudadanos, sobre todo en aquellos, obreros, parados, pobres, desamparados, emigrantes, gentes alejadas y calladas, que viven en colmenas arrasadas, por el paro, la droga, la piratería, la suciedad y la marginación. Gentes de toda condición perdidas, en el conglomerado burocrático, el callejón sin salida, y las colas del paro. Y ahora desgraciadamente, corriendo al galope, de la desigualdad, el desafecto, la mala educación, las carencias por unos recortes sin miramientos, y una juventud al pairo, sin saber, hacia donde dirigir sus vacilantes pasos, donde muchos miles de ellos, ¡¡no es que se vayan no; es que han huido!! y siguen huyendo de su país, de su tierra de su familia, se han marchado, quemados insatisfechos, doloridos, y no poco asqueados, de unos mandatarios, unos políticos y unas políticas, donde se les ha visto el “plumero”, dejando al descubierto, sus miserias, sus vergüenzas y además lo han hecho sin escrúpulos, sin sonrojo. Mandatarios de la política sin valor, sin imaginación, sin ingenio, sin ideas, sin saber gestionar una ciudad, una región un país - que debería ser un vergel-, que lo tiene todo, todo menos hombres, de altura de formación, ideas, gestión de manos limpias, y no de prebendas, de enchufismo, de corrupción perpetua, de inútiles centros que multiplican, ralentizan, cuando no, frenan con una infame burocracia, las iniciativas, el trabajo, los recursos de los que son valientes para iniciar la aventura del progreso y la empresa. Y, algo que la inmensa mayoría de los ciudadanos no admiten, es que se les haya tomado el pelo, se les insulte, les crean tontos, y encima gobiernen a sus espaldas, sin poder llegar a nadie, porque nadie les hace el menor caso, cuando no; con una inusitada incapacidad de respuesta. Si, a esto se le une, la falta de una Ley de total y absoluta trasparencia, que es, la que debería ser bandera y estandarte, de la función pública,- esta es la que le falto poner en mayúscula a los padres de la Constitución -, en vez de otras, que tan solo aseguran el medrar, por los despachos de la perniciosa burocracia. Esto, y la clara vocación de servicio a España, que no sea para asegurarse sueldos, prebendas y otros frutos mercantiles, para servirla. Todos aquellos que gritan, que se agitan, se acomodan en sus poltronas, y alardean de patriotismo, había que decirles en algunos momentos, que: ¡¡¡ A España se la sirve, sin esperar cuanto menos ni ventaja, ni privilegio!.

Si amigos lectores, muchos fanfarronean de amarla, de agitar banderas, mostrar pulseras y reliquias, de seguir los mandatos constitucionales, de aplicar la justicia y lo estatuido, de llevar la Carta Magna en el bolsillo, pero, pocos de este gremio saben lo que dice la misma, o lo que es peor, si lo saben, la vulneran, pasan de ella, o acuden a la misma cuando les conviene. Hagan el favor de leerla de nuevo, y verán si me asiste razón. Si es que llegan a entenderla... Que esa es otra…Tú

Fermín González, salamancartvaldia.es, blog taurinerías

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