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Drogas en las guerras
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Drogas en las guerras

Actualizado 26/11/2023 16:33
Isaura Díaz Figueiredo

Gracias al éxito internacional de ciertas series de televisión, cuando hoy pensamos en drogas, lo primero que nos viene a la cabeza son narcos como Pablo Escobar, El Chapo y sus sicarios, desplazando el icono más duradero relacionado con las: las estrellas de rock.

Es cierto, aunque novelado, pero lo que a continuación menciono es la realidad de lo ocurrido durante “todas las guerras”

No hay guerra sobria. Que siempre se han usado drogas es sabido. De hecho, han entrado en combate colocados de algo.

Un poco de historia

En general, el recurso a determinadas sustancias por parte de los combatientes es tan antiguo como el propio combate y depende de sus condicionantes culturales y (obviamente) de las sustancias disponibles. En la antigua Grecia se enardecía a los soldados con opio y vino; los ejércitos de Aníbal usaron mandrágora (atropina) en su guerra contra las tribus africanas; las tribus siberianas y los vikingos usaban con profusión hongos alucinógenos (principalmente amanita muscaria); los guerreros incas consumían hoja de coca; los guerreros africanos usaban una amplia variedad de drogas, que iban desde la nuez de cola hasta el hachís; en Asia el opio era usado tanto por los guerreros locales como por los europeos. En el siglo XIX el uso de la morfina ya era común en los conflictos de Europa y Norteamérica, pero fue el siglo XX con su mejorada farmacología el que trajo las drogas modernas.

Sin duda, la Primera Guerra Mundial fue la guerra de la cocaína, que se podía comprar en la mayoría de las farmacias. Aquel producto sintetizado a partir de la vieja hoja de coca se distribuía a las tropas británicas, alemanas, australianas y canadienses para aumentar su rendimiento

La situación cambió radicalmente en las dos guerras que acontecieron en la primera mitad del siglo XX. Nunca antes hubo un consumo tan masivo de drogas por parte de los soldados como durante la Primera Guerra Mundial, cuando el alcohol, la morfina y la cocaína adquirieron un enorme protagonismo.

Además de las raciones diarias de alcohol, al menos los ejércitos británico, australiano, francés y alemán proveyeron a sus soldados de cocaína para aumentar su energía y espíritu en el combate.

Usos terapéutico y bélico.

El punto de inflexión en la relación entre las drogas y la guerra se produjo en el siglo XX. Si bien durante la Guerra Civil Americana (1861-1865), la Guerra Austria-Prusiana (1866), la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871) y la Guerra Hispano-Estadounidense (1898) se empleó de forma masiva y rutinaria el opio y, sobre todo, la morfina, su uso por parte de los ejércitos fue fundamentalmente terapéutico, para tratar de aliviar el dolor físico, reducir el estrés en el combate y mitigar los traumas causados por la guerra en la moral de los soldados.

Durante la Segunda Guerra Mundial se mantuvo la tendencia de consumo masivo de alcohol, morfina y cocaína, pero unas nuevas drogas tomaron la delantera: anfetaminas y metanfetaminas.

De forma rutinaria, los soldados alemanes, británicos, norteamericanos y japoneses recibieron del Ejército estas drogas para combatir el sueño, estimular su valor y reforzar su resistencia física

La Guerra Civil española no siguió la tendencia general de la guerra moderna de convertir a los Ejércitos en los principales proveedores de sus sustancias psicoactivas. Se distribuyeron ambos ejércitos grandes cantidades de tabaco, alcohol, cannabis y morfina, a las que algunos militares se hicieron adictos en medio del estrés por las bombas.

El Ejército de Franco autorizó el kif (hachís), consumido por los soldados marroquíes alistados en los Tabores Regulares.

Las guerras continúan y las drogas cambian pero nunca los efectos para destruir al enemigo y al propio individuo.

¿Es el Captagón la droga de los terroristas, también llamada la droga de los pobres?

¿Qué es?

La Fenetilina, comúnmente denominada como Captagón es una droga psicoestimulante producida por la combinación de anfetamina y teofilina. En un primer momento, se utilizó como medicamento, pero en la actualidad se trata de una sustancia que está prohibida en la mayoría de los países debido a los peligrosos efectos secundarios.

Desde el comienzo de la guerra en Siria y en el entorno de los países de Medio Oriente ha cobrado gran protagonismo, produciéndose cantidades ingentes de este producto en laboratorios clandestinos, modificándose su composición originaria Los informes sugieren que los combatientes en el conflicto sirio usan la droga para aumentar el rendimiento en combate y reducir la fatiga. La píldora contiene fenetilina, cafeína y otros estimulantes.

¿Hasta qué punto es adictivo el captagón?

Sus efectos sobre el sistema nervioso son similares a los de las anfetaminas. Produce euforia, aumento de la vigilia y del rendimiento físico y mental.

Sin embargo, un consumo excesivo conlleva riesgos de deterioro de la función cognitiva y defectos cardiovasculares. Además de crear adicción.

Algunas de las pastillas que se producen en laboratorios ilícitos vendidas a través de Internet, contienen grandes cantidades de fenetilina y sustancias químicas tóxicas.

NOTA

En general, cuando se instaura un proceso de dependencia, el área social del consumidor se ve muy afectada, generando diversas alteraciones: problemas familiares, dificultades en las relaciones con los amigos, problemas de pareja y de convivencia, conflictos escolares y laborales, problemas legales.

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