El Black Friday se ha extendido hasta el infinito

El origen de la celebración del día de máximo consumo en gran parte del mundo se pierde en la oscuridad de los tiempos. La primera teoría sobre su origen se remonta a un viernes Día de Acción de Gracias, en EEUU, en el que los esclavistas bajaban el precio de los esclavos negros para su venta, de cara al invierno. Pero esta teoría se tiende a ocultar en las últimas décadas pues, obviamente, al actual comprador/a que sale inocentemente a comprar un día conmemorativo, se le puede atragantar la alegría recordando ese traumático dato de la historia esclavista.

Se han buscado orígenes más financieros o de consumo, que ayuden a incrementar la positiva imagen de comprar. Como los pantalones vaqueros sin rotos o con rotos, como la Coca-cola, como el cine del Oeste, etc.etc., el Viernes Negro del consumo ha crecido como la levadura y ya no es un viernes, sino varios y ya no es solo Occidente donde se celebra, sino allí donde hay productos para vender y masas de compradores.

Cuando hace dos o tres semanas ya estaban las campañas de anuncios de compras en el Black Friday 2023 a toda máquina, una mañana, mientras leía mi diario digital habitual, de repente encuentro ante mis ojos la foto de mis dos cachorritos (metafóricamente hablando): mis dos libros recientes, anunciados con insistencia y sin descanso, con la oferta del 5% de su precio, junto a otros variopintos mil productos. Me quedé de piedra. ¿Cómo habían llegado estos dos cachorritos a la Casa del Libro y de ahí a las páginas de publicidad de varios periódicos?¿Será verdad que en este año disparatado, el 2023, en este Black Friday se vende todo lo que queda en todos los mercados?, me pregunté en un intento de descifrar el destino de estas dos criaturas imaginarias, que tenían un par de años de vida y de nombre “La inmigrante” y “La historia de Miguel de Cervantes y su hija Isabel, contada por Catalina de Salazar”.

A esta pregunta, le siguió otra que me ayudaría a comprender por qué estos dos libros aparecen en medio de esta orgía de consumo y no los otros veintitantos publicados por mí los años pasados.

Como la mayoría de los escritores actuales los contratos que firmo con cada Editorial son contratos, casi todos, para el corto plazo: Se saca una humilde tirada del libro, el autor compra unos cuantos para sus presentaciones y para su red de amigos y familiares y cuando esta tarea finaliza, los libros que quedan en las librerías siguen su destino mercantil, al margen ya de todo control del autor. Pero ¿cuál es la ley de la supervivencia de un libro en el infinito mercado del que forma parte? ¿Por qué “La inmigrante” o “La historia de Miguel de Cervantes…” parecen tener aún vida, y “El baúl de Arriaga” o “Boccherini en España” han desaparecido entre las olas de best sellers y clásicos?

Es útil esta pregunta para saber qué mundos imaginarios o reales atraen al lector actual español y qué otros mundos no le interesan. Tanto la historia de la vida de una mujer del extremo oriente que llega a Europa dispuesta a trabajar…y la vida del genial Miguel de Cervantes contada desde la perspectiva que debió tener y sentir Catalina de Salazar, su esposa, son dos historias cercanas a numerosos lectores, a pesar de la geografía ( ¿quién no tiene algún conocido o amigo emigrado a España?) y de los siglos de distancia que nos separan de la vida de Don Miguel de Cervantes.

La sencillez profunda de estos relatos contrasta con la artificiosidad de todo lo que rodea al Black Friday, que, paso a paso, sigue mezclando todo tipo de productos, como si la operación de compra de un objeto, albergara siempre algún destello de felicidad.

Pura ilusión.